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Hemeroteca Diagonal
Nanni Balestrini: “En mis novelas el personaje es una voz que cuenta una historia colectiva”
Nanni Balestrini (Milán, Italia, 2 de julio de 1935 - Roma, 20 de mayo de 2019). Entrevista realizada por Diagonal en el año 2007.
De los ‘años de plomo’ italianos sólo se recuerda la tragedia y el dolor. Pocas voces han sido capaces de rasgar ese velo para recordar dos décadas de conflicto social, creatividad, alegría y libertad. Una de ellas es la de Nanni Balestrini (Milán, 1935), perteneciente a la generación de militantes que fue protagonista de esa época. Poeta, novelista, guionista, dramaturgo, ensayista, agitador y artista plástico, dos de sus relatos y un recopilatorio de poesía acaban de ser publicados en castellano.
Has formado parte de grupos de vanguardias poéticas y políticas. ¿Qué te aportaron ambas experiencias?
El Grupo 63 reunió a jóvenes escritores pertenecientes a una generación que tenía la necesidad de dar un nuevo rumbo a la literatura italiana, que se había vuelto asfixiante tras el fascismo y la postguerra. Poder Obrero [Potere Operaio] y, más en general, el movimiento que empezó en el 68, fue el intento de transformar una sociedad bloqueada por viejos esquemas. Dos experiencias que han dejado una huella duradera en nuestro país, y que, habiéndolas vivido, forman parte de mi biografía intelectual, y han influido notablemente en mi trabajo literario y artístico, tanto en el plano teórico como en el formal.
Sin embargo, entre vanguardia política y cultural, no creo que existan relaciones determinadas y directas, sino que se filtran a través de las personalidades individuales y pueden configurarse de formas muy distintas. Una de las razones centrales del Grupo 63 ha sido el rechazo de la implicación del intelectual, sometida directamente a una ideología política, que producía resultados desastrosos. Pienso que cada artista se implica en lo que crea, las modalidades son diferentes, pero lo que importa es la calidad del resultado artístico mediante el que una obra llega a ofrecer una nueva óptica sobre la realidad, una nueva visión del mundo, y en ese sentido es revolucionaria.
Vanguardia y experimentación son las dos características del Grupo ‘63. Ambas son provocaciones.
Desde siempre las artes y la literatura dan una imagen de su propio tiempo que resulta provocadora para la sociedad, porque anticipa y pone en crisis la imagen común. El trabajo del artista es dar forma a una nueva óptica sobre la realidad en transformación.
No obstante, la utilidad social y política de una obra puede ser importante para un artista o un escritor, pero no es lo que determina su calidad, que reside únicamente en la realización formal. La obra de arte ofrece emociones estéticas, no propaganda ideológica, que tiene a su disposición otros instrumentos.
Eres un gran innovador, por ejemplo, en las formas. Tus novelas desconciertan, entre otras cosas, por los juegos con la puntuación.
En mis novelas el personaje colectivo es una voz que cuenta una historia colectiva, por lo que la elección del lenguaje oral ha sido una necesidad. Para reproducir en la página —en la escritura— el sentido de la oralidad he utilizado un procedimiento que confía en la respiración en vez de en la puntuación, que normalmente organiza la sintaxis de la escritura, el flujo del lenguaje.
La oralidad no sigue la sintaxis de la escritura, tiende a rebelarse contra ella cuando quiere expresarse en su más alto grado a través de la fisicidad de las palabras. Y rebelarse frente a las reglas tradicionales que aprisionan las palabras podría remitir a rebelarse contra las reglas que aprisionan a los individuos, contra las que rebelarse es justo.
El héroe moderno no tiene un destino histórico marcado porque sus luchas forman parte de un largo proceso de transformación global del que no logramos ver sino algunos fragmentos
Contrariamente a lo que se podría pensar, mis textos en general no han tenido dificultades para ser aceptados por el así llamado gran público. He tenido más ‘desconciertos’ con algunos académicos reaccionarios que han protestado por la violación de las reglas del ‘buen’ escribir. Las rupturas formales son etapas siempre necesarias para la evolución de la literatura, y surgen de las situaciones reales que tienen que interpretar.
Son las transformaciones sociales las que tienen un papel determinante en la evolución del lenguaje. Sin embargo, no consideraría los dos hechos como separados, uno incluye, es inseparable del otro, porque las palabras son cosas y acciones, y viceversa.
Una de las características de tu narrativa es un personaje central como representante de toda una generación.
A diferencia de la novela tradicional, decimonónica, que contaba la historia de un individuo definido psicológicamente, que para defenderse o afirmarse se enfrenta individualmente con la sociedad, mis protagonistas son personajes colectivos que representan un estrato (clase) social, con comportamientos, ideas y recorridos parecidos. Y que participan en un enfrentamiento social para transformar la realidad en la que viven.
Dotas de una épica a una clase obrera en radical transformación, entre otras cosas, por el rechazo del trabajo asalariado, por sus ansias de libertad. ¿Qué queda hoy de ello?
La épica antigua era la expresión de una colectividad étnica mediante la voz de un cantor oral. Ya Brecht retomaba para su teatro esta noción. De igual manera, yo creo en posicionarme frente a la novela burguesa, a través de narraciones orales de situaciones sociales conflictivas.
En el poema épico clásico el héroe muere porque con su sacrificio consigue la victoria de su pueblo (Cantar de Roncesvalles, etc.). El héroe moderno no tiene un destino histórico marcado porque sus luchas forman parte de un largo proceso de transformación global del que no logramos ver sino algunos fragmentos.
La liberación de la esclavitud del trabajo asalariado que se ha impuesto desde los 70, ha sido convertida de flexibilidad en precariedad por el capital, aprovechando las crisis económicas y el desempleo masivo consiguiente. La fragmentación y la dispersión de esta nueva fuerza de trabajo permite hoy su control mediante retribuciones bajas, un problema que se podrá solucionar creando nuevas formas de lucha unitaria, para imponer una nueva regulación y nuevas leyes.
Creo que hoy el 90% y tal vez más de la población mundial puede definirse como proletaria, término que incluye también lo que queda de la clase obrera tradicional sindicalizada, junto con todos los que están excluidos de la riqueza.
En tus novelas la violencia es habitual: huelgas salvajes, lucha armada, tifosi, mafiosos. ¿una violencia exagerada?
Los 70 con sus luchas, que eran mayormente luchas pacíficas, han sido años extremadamente violentos sólo en las deformaciones de una prensa hostil. Y en el plano global, nada parangonable con la violencia desencadenada por la política estadounidense actual. Violencia y uso de las armas son modalidades que en algunos conflictos pueden ser necesarias, en situaciones extremas, cuando no existen ya márgenes de lucha democrática, pacífica.
Tus creaciones literarias —por ejemplo, Black Out, compuesta, entre otros materiales, de extractos de panfletos— y artísticas son, en gran medida, recuperaciones y recombinaciones de materiales ya existentes. ¿Dónde queda el artista como ‘creador’?
Desde hace más de un siglo el arte se basa en los procesos de captura, recombinación y montaje de materiales ya producidos. Estos procesos los ha ejemplificado Duchamp definitivamente firmando un orinal. La creación no es fabricación de nuevos materiales, todo existe ya, se crea confiriendo formas nuevas a lo que existe. Sin embargo, no creo en la creación colectiva, los materiales pueden proceder de un origen colectivo, pero luego es siempre una mente única la que los convierte en una obra de arte. Fragmentación y ensamblaje son las características de las artes desde hace más de un siglo hasta ahora. Una parte de mi trabajo consiste en aplicar estas operaciones a la palabra, tanto en el plano visual como en el sonoro. Naturalmente, en primer lugar siempre se plasman los materiales utilizados a través del ritmo. En el Grupo 63 experimentamos con el hipertexto, un proceso que reproduce mecánicamente lo que cada texto literario ofrece como posibilidad de una lectura no superficial. Por lo que respecta a mis experimentos, he utilizado simplemente la velocidad combinatoria del ordenador para conseguir grandes cantidades de resultados casuales, imprevisibles, algunas veces interesantes. El ordenador es un instrumento útil únicamente para ilustrar las posibilidades del arte combinatorio, para ejecutar algunas operaciones que, realizadas manualmente, llevarían demasiado tiempo. Es un siervo bastante estúpido y banal, pero muy eficaz.