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Hemeroteca Diagonal
“Quien te paga el teléfono, que te pague la deuda”, al habla los fondos buitre
“Estás hablando por teléfono, alguien te lo pagará. Quien te paga el teléfono, que te pague la deuda. En algún sitio vivirás. Quien te acoge, que te pague la deuda”. Así funcionan los fondos buitre, según el testimonio de un cliente de Bankia, cuyo préstamo al consumo fue transferido a Cerberus, según le informó una voz que aseguraba pertenecer al servicio jurídico de Lindorff, una empresa noruega de gestión de impagados. Este cliente tuvo la mala fortuna de pedir un préstamo de 3.000 euros a Caja Madrid y quedarse en paro. Después de estar pagando casi diez años, una empresa desconocida le exige más de lo que pidió. Bankia no le informó de que vendía su deuda, ni a quién, ni por cuánto.
En agosto, Bankia anunciaba que había vendido, sin especificar a quién, tres carteras de créditos de unos 1.353,9 millones de euros. Una de esas carteras estaba formada por créditos al consumo de particulares y autónomos por un importe de 317,3 millones. En su web, Lindorff España reconoce que adquirió una cartera de más de 125 millones de euros de préstamos al consumo morosos de particulares procedentes de Bankia.
Expansión publicó la operación el pasado 2 de agosto y dijo que “el fondo norteamericano Cerberus ha comprado parte de la cartera de Bankia, en alianza con la plataforma noruega de recobro Lindorff, una de las que más han crecido en España en la crisis”. De este tipo de operaciones, la noticia afirmaba que los inversores las han cerrado “con precios de derribo”, es decir, que han comprado estas deudas con unos descuentos del 96% de media “y pueden llegar a exprimir rentabilidades que dupliquen su inversión”.
El perro y los Aznar
En septiembre, Bankia anunciaba que había cedido la gestión de su negocio inmobiliario, Bankia Habitat, a una empresa del grupo Cerberus —sin especificar cuál— por una cantidad no aclarada entre los 40 y los 90 millones de euros. Cabe recordar que el fondo buitre estadounidense Cerberus, cuyo nombre hace referencia al perro tricéfalo que vigila las puertas del infierno, opera en España de la mano de Poniente Capital, la asesoría financiera de José María Aznar Botella, el primogénito del expresidente del Gobierno y la alcaldesa de Madrid.
Ante la proliferación de fondos buitre, son muchos los testimonios en la red de personas, morosas o no, que cuentan cómo son acosadas diariamente por empresas de recobro como Lindorff y que denuncian prácticas como por ejemplo la presunta violación de sus datos personales, o el presunto cobro pseudomafioso de deudas no demostradas.
¿Quién protege a las víctimas de los abusos de los fondos buitre? El Banco de España no. Este periódico preguntó al supervisor y su respuesta fue que “no somos competentes para responder a las reclamaciones sobre fondos buitre. El Banco de España sólo es competente sobre las entidades financieras que están bajo nuestra supervisión”. Cuando les llega una reclamación de este tipo la trasladan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, a la Agencia Española de Protección de Datos o al Instituto Nacional de Consumo. “En todo caso, si la reclamación es contra la entidad, el Banco de España le pide información de lo que ha ocurrido hasta el momento de la cesión”, explican fuentes del Banco de España.
En muchas ocasiones, empresas como Lindorff, que abarca todas las fases del recobro, la telefónica, la presencial y la judicial, se confunden y acosan a víctimas no morosas. De hecho, una de las campañas de Facua-Consumidores en Acción es “contra los que nos hacen pasar por morosos”. En ella, denuncia las prácticas ilegales de estas empresas y ofrece modelos de reclamación ante las autoridades de consumo y la Agencia Española de Protección de Datos. Para las víctimas de los buitres que sí son morosas y siguen padeciendo abusos, hay numerosos foros antiusura en internet que comparten sus experiencias y dan consejos para combatirlos.
También los sindicatos denuncian las malas prácticas de Lindorff, como despidos disciplinarios sin indemnización, pese a no registrar disminución de beneficios, o seguimientos exhaustivos a sus trabajadores del Polígono de la Mora, en La Cistérniga (Valladolid), donde concentran a más de 300 trabajadores entre Contact y Legal Centers.