A la Búsqueda de la Felicidad
Cantando alegres y positivos, se despertaron
los lápices de colores, el ilustrador y los textos
con el que recibe en gracia las palabras.
Brilla el sol, cantan pájaros, niñas y camareros
y todos, con los pinceles y las letras, salen
a buscar la buena nueva del día en el mundo.
Se enteraron que un prófugo rico, mantenido
por amigos millonarios y pobres crédulos,
obtenía algo extra vendiendo herramientas
de esas que procrean huérfanos y viudas.
A la inmoralidad de segar la vida sagrada,
se suma la canallada de estimular el crímen,
por unos eurillos innecesarios como las balas
Insiste el coro de aves, sol, niñas, pinceles,
ilustraciones y reporteros y todos salen
a buscar la feliz noticia en el planeta.
La búsqueda intensiva trae ballenas muertas,
pandemias, ciertas o no, vacunas eficientes,
o no, hambruna en Yemen, muy real, y todo
indiferente al abuso de mujeres y pequeños.
El coro encuentra humo, que asfixia con su candente
trenza, desde Manaos a Vancouver, mientras
la vieja Europa se inunda en verano.
Tintas, jóvenes y vocablos eligen no mirar
a través de las ventanas ofrecidas y rompen
muros para abrazar mariposas, culebras,
dragones y delfines y cantar en fraternidad.
Ramón Haniotis
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