Entre los franceses hay uniformados
apaleadores y también villanos
de gatillo fácil contra la juventud
sobre todo si tiene nombre extranjero
Quién lo diría después de 1789
con el descabezamiento del estado
aunque luego eso terminó en imperio
pero en el 1871 llegó Louise Michele
Por estos lares no faltan golpeadores
pobres que ocultan su función
que cumplen de antifaz o en secreto
como en París Los Ángeles o Génova
Pero el pueblo no olvida a Joe Hill
que canta “Amamos al chatarrero,
al carnicero y a la criada, al zapatero
y a quien cava hoyos, al camionero,
al basurero, al asalariado y a todas
las empleadas de la fábrica.”
Todas gentes que proclaman orgullosas
sus oficios cualquiera sea su quehacer
creador o reparador como siempre
lo han hecho los pueblos de la Tierra
Allá en su ignominia quedan aquellos
pusilánimes escudados en uniformes
matando por las dudas y sin pudor
siempre tras un amo al que servir
Ramón Haniotis.
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