Opinión
¡Sed!, un imperativo

La pelotita se perdió entre el cielo y el monte y produjo
risas y coléricas imprecaciones entre golfistas caddys
y público a pie o en carrito eléctrico de club exclusivo
excluyente
como el fresco hoyo 19 y el verdísimo césped
bien regado como la húmeda fertilidad del Sáhara
de hace 5.000 años y ya sabemos como terminó

Cuando precio de la luz terrenal se disparaba
hasta el cielo los amos de eléctricas y arroceros
de hoy secos bañados bebían sobre el fino pasto
despreocupados
que con tosco gesto de avaro desembalsaron
lagos para generar dinares con energía sin costo
a costa de pueblos sedientos y casi olvidados

El Poderoso Caballero cotiza más que el líquido vital
pues la única liquidez que cuenta está en las cuentas
ya que vale más ser vil que vendimiadora o barrendero
y en los Foros del Regadío
ponen a la Mesa de la Sequía un plato bien aliñado
de plaguicidas y otras toxicidades que inundarán ríos
tierras y el viento esparcirá con nuestas cenizas

La verde esperanza de un mundo sin hambre ni sed
desaparece en un polvoriento horizonte rojo y gris
se diluye en el egoísmo suicida de ávidos indignos
y codiciosos
a quienes por desidia entregamos nuestros destinos
y por desgano republicano y demócrata no reclamamos
el agua el pan el canto y la vida misma que nos robaron

Ramón Haniotis.