Ya no entrará hollín por la ventana
aunque el mar continúe su ascenso
imparable como la temperatura
y el amor por nuestra prole
Y sin embargo ni siquiera rogamos
ni pedimos nada al patrón ni su hijo
que todo lo toman sin pedir permiso
y ordenan ciegos el salto al vacío
Qué pena da saber la llegada del día
inexorable en que caeremos todos
junto a maestras jornaleros soplones
maderos bienintencionados y canallas
Será una jornada larga y desoladora
en que veremos los nuevos déspotas
del Olimpo y pagaremos para respirar
el aire que ellos envenenaron
Pues como dice El Libro de ellos será
el agua y la tierra por nosotros labrada
y compraremos lo que nosotros hicimos
para que ellos vivan bien como siempre
También pagaremos el opio y el éxtasis
el canal deportivo y el salario de quien pega
a quien osa preguntar “¿No es nuestro
lo que nuestras manos nos dan?”
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