Cuidados
Los cuidados y la cultura de mercado

Todas las personas necesitamos recibir cuidados de manera permanente a lo largo de la vida, pero la cultura de mercado los ignora o infravalora.
feminismo y cuidados GMC
Ilustración de Mercè M. Tarrés

Sara Escribano (Granada, 1989) escribe y traduce sobre procomún, feminismo interseccional y colaboración radical en Guerrilla Translation/Guerrilla Media Collective y es miembro de DisCO.coop.

19 oct 2021 10:00

Las personas somos seres vivos vulnerables e interdependientes. Nacemos con una fragilidad extrema. Tardamos un año en levantarnos, dos en comunicarnos mediante el lenguaje y cuatro en poder vestirnos solas para protegernos del frío. Nuestra vulnerabilidad y dependencia son la razón por la que vivimos en comunidad. Para sobrevivir, dependemos del tiempo, los trabajos y los afectos que otras personas nos dedican.

Cuando hablamos de cuidados nos referimos al conjunto de tareas que sirven para regenerar cotidiana y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas, y que se producen normalmente en circuitos de intimidad y en el marco de los hogares.

Desgraciadamente, los cuidados son invisibles, gratuitos, precarios y, en nuestra sociedad y modelo económico tienen sexo y clase social.


El término cuidados, que tiene un largo recorrido en los estudios feministas, reconoce la im­portancia del trabajo desmercantilizado y del valor intrínseco, conceptos generalmente ignorados o infravalorados por la cultura de mercado.

Cuando las personas cuidan los bosques, los cultivos, el agua o los espacios urbanos, estos pasan a formar parte de su memoria, cultura, vida social e identidad común. No producen bienes o mercancías como los individuos racionales descritos por los economistas, sino que se convierten en ad­ministradores de todo lo que necesita de nuestro cuidado: los objetos, sistemas vivos y relaciones que precisan de nuestro cariño, cuidado, expe­riencias comunes y vínculos emocionales. Abarcan las relaciones afectivas con la vida cotidiana y la cultura de cada uno.

El procomún incorpora los cuidados a nuestra conceptualización de la economía. Con el auge del capitalismo, las labores como los cuidados de personas, la crianza de los niños y la educación se han tratado como actividades externas al funcionamiento o de la economía. A excepción de la educación pública, las demás se consideran como algo a lo que dedicarnos en nuestro tiempo libre y que corre por nuestra cuenta. El procomún no externaliza las labores de cuidados, al tener en cuenta que la vida de una persona posee muchas más dimensiones aparte de la necesidad de ganar dinero.

Dos generaciones de economistas e investigadoras feministas fueron las primeras en criticar duramente las deficiencias de la economía dominante en lo que respecta a los cuidados. Varios estudios demuestran que aquellas personas que consiguen escapar de la influencia de regímenes mercantiles de valoración (dinero, precios) a menudo muestran mayor motivación y preocupación por la calidad a la hora de proporcionar cuidados. Esto se debe a que los salarios, las bonificaciones, los sobornos y otros incentivos monetarios inducen a la gente a comportarse como jugadores de mercado cínicos y competitivos. Por el contrario, la práctica del procomún suele alentar a la gente a dar lo mejor de sí misma y a fomentar tanto la confianza social como unas relaciones más estrechas. La práctica de cuidados y el trabajo desmercantilizado les muestran el camino para reconocer su Yo interdependiente.

El ejemplo más habitual de esta (no siempre consciente) dinámica es la donación de sangre, una forma de economía del obsequio. El investigador británico Richard Titmuss descubrió en la década de los sesenta que las personas que donan sangre voluntariamente suelen tener una sangre más sana y segura que aquellos que donan sangre por dinero —ya que estos últimos a menudo tienen enfermedades o problemas de abuso de sustancias.

Todas las personas necesitamos recibir cuidados de manera permanente a lo largo de la vida, de tipo e intensidades diferentes, dependiendo del momento del ciclo vital en que nos encontramos, y de las capacidades de autocuidado y atención a los demás que tenemos en cada etapa de la vida. Aunque la infancia, la vejez y los momentos de enfermedad requieren cuidados físicos específicos y más intensivos, las personas necesitamos afectos y atención emocional de manera permanente, incluso cuando somos adultas sanas e independientes. Hay que pensar en la necesidad de cuidados no como una situación de excepcionalidad, sino como una característica inherente a la naturaleza humana, en que todos y todas tenemos el derecho, pero también el deber, de recibir y proveer cuidados.

Sobre o blog
La Comunal es un blog sobre procomún, ecofeminismo, decolonialismo, decrecimiento y P2P, elaborado por el equipo de Guerrilla Media Collective, una pequeña comunidad internacional de traducción, interpretación, edición, ilustración y diseño gráfico que siente un gran compromiso con la realidad social y medioambiental.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Represión
Represión Las leyes rusas antiderechos planean sobre el este de Europa
La Ley de Agentes Extranjeros entra en vigor en unas horas en Georgia y está previsto que en los próximos días lo haga en Hungría.
Chile
Chile Daniel Jadue: “4.8 millones han creído en una Constitución que es la que la mayoría del pueblo chileno quiere”
El exalcalde de la localidad chilena de Recoleta se encuentra actualmente en arresto domiciliario por un contencioso con las farmacéuticas. Desde su Ayuntamiento puso en marcha una experiencia pionera: las farmacias populares.
Opinión
Opinión Hacia una nueva concepción de lo político en Ecuador
Claves para entender la coyuntura nacional post electoral y el futuro de la izquierda ecuatoriana.
Sobre o blog
La Comunal es un blog sobre procomún, ecofeminismo, decolonialismo, decrecimiento y P2P, elaborado por el equipo de Guerrilla Media Collective, una pequeña comunidad internacional de traducción, interpretación, edición, ilustración y diseño gráfico que siente un gran compromiso con la realidad social y medioambiental.
Ver todas as entradas
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Últimas

Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.