La madeja
El orden natural

Cuando estuvimos tan solo diez pasos por detrás, ellos señalaron que ya no había distancia de la que pudiéramos quejarnos.
Deporte en la naturaleza
Dos jovenes corren en en el parque de la Dehesa de la Villa, Madrid. Álvaro Minguito
Olalla Castro Hernández
17 ago 2024 06:00

Los siempre primeros nos dejaron atrás, leguas atrás mientras solo avanzaban. No conocían otro modo de ser que rebasarlo todo. Para conservar la distancia que nos separaba de ellos, durante siglos hicieron trampas, pusieron zancadillas, colocaron obstáculos. Llamaron a esa carrera orden natural. En algún punto impreciso del recorrido, uno de ellos aminoró ligeramente el paso o alguna de las nuestras lo aceleró veloz. La distancia inicial se fue recortando, a veces de forma imperceptible, a veces de manera prodigiosa, en una aceleración casi irreal. Una de nosotras corría de pronto a zancadas, en un sprint iniciado mucho antes de que la meta se pudiese siquiera adivinar. Las otras la seguíamos, impulsadas por la contingencia que a su paso se abría: el brillo de la posibilidad.

Cuando una trotaba más aprisa, las otras la seguíamos sin apenas pensarlo. Constituíamos un solo cuerpo con todos nuestros cuerpos

Como resultado del evidente sobreesfuerzo quedaba un rubor febril en las mejillas, gotitas de sudor emergían del rostro, pulsaciones frenéticas percutían el tórax igual que si lo fuesen a romper. Cuando una trotaba más aprisa, las otras la seguíamos sin apenas pensarlo. Constituíamos un solo cuerpo con todos nuestros cuerpos, parecido al que forman las bandadas de estorninos al volar.

Durante décadas y décadas, la distancia continuó recortándose. Morimos por cientos, por miles muchas de nosotras, intentando alcanzar a las demás. Algunas nos hacíamos a un lado, dejándonos caer exhaustas o asustadas (si acaso no es lo mismo); otras lo intentábamos hasta que no podíamos más. Hubo en los organismos que avanzaban infartos, derrames, fracturas, luxaciones, punzadas, torceduras de los que nadie dio cuenta jamás. Hubo asimismo debajo del dolor algo gozoso (erótico, me atrevería a decir): vernos cada vez más cerca de la vida, la mano próxima a alcanzar lo hurtado, rozando la lengua de la que nos apartaron al nacer.

Cuando estuvimos tan solo diez pasos por detrás, ellos señalaron que ya no había distancia de la que pudiéramos quejarnos. Afirmaron que haberse detenido era la única razón de que los pudiésemos alcanzar. Les debíamos el lugar que ocupábamos de nuevo. Mientras hablaban, volvían la cabeza cada tanto, aunque sus ojos y sus voces siguieran proyectándose a menudo hacia delante, allí donde no estábamos aún. Se paraban con una gran sonrisa entre los dientes y hacían el gesto de dejarnos pasar. Se convertían entonces los diez pasos en cinco, en tres, en dos.

El día en que una de nosotras se adelantó de veras, doblando la distancia de los siempre primeros, entre los siempre primeros creció la indignación

Algún tramo que otro parecía, visto desde lejos, que caminásemos juntos. Sin embargo, poniendo atención a los detalles, congelando la imagen en una foto finish, se revelaba un desajuste, cierta ventaja a su favor. El día en que una de nosotras se adelantó de veras, doblando la distancia de los siempre primeros, entre los siempre primeros creció la indignación. Se sentían pequeños, traicionados; no lo podían soportar. “Habéis ido demasiado lejos”, dijeron al unísono el 44% de ellos (quién sabe cuántos más lo pensaron también). “No merecéis ser las primeras. Este no es el orden natural. Este no es el orden natural. Este no es el orden natural”. Lo repitieron tanto que alguna de las nuestras lo creyó.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

La madeja
La madeja Jano, el fantasma y el umbral
La mística del Año Nuevo (el tiempo de lo recién hecho, de lo intocado aún) tiene que ver, sobre todo, con aquello que necesitamos dejar atrás. Funciona como exorcismo y no como conjuro.
La madeja
La Madeja La primera ley de Newton
Sin un cuerpo dispuesto a colisionar con el fascismo, capaz de imprimir sobre él una fuerza igual o superior, nunca lo podremos frenar.
La madeja
La madeja Seamos el monstruo
Kafka nos enfrentó a la pregunta esencial: ¿el monstruo es aquel que desafía la norma o lo aberrante es precisamente esa norma que la existencia del monstruo viene a cuestionar?
Contaminación
Contaminación Un municipio galego demanda á Xunta pola contaminación do encoro das Conchas
A veciñanza das Conchas, na comarca da Limia, leva á Xunta ao Tribunal Superior de Xustiza de Galicia pola contaminación provocada debido á cría intensiva de gando porcino e avícola.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.

Últimas

En saco roto (textos de ficción)
En saco roto Trayecto
“El objetivo principal de cualquier reunión es dejar convocada la siguiente”, dijo uno de ellos. Y el otro estuvo de acuerdo y añadió una anécdota sobre un encuentro en una casa palaciega que tenía de todo excepto una sala para reunirse.
Opinión
Opinión La impunidad machista de dar voz a un feminicida
‘El odio’ no es periodismo ni literatura, es violencia pretendidamente enmascarada bajo adjetivos altisonantes y referencias literarias que solo usan los egocéntricos para esconder sus carencias, es el orgullo del indocumentado.
València
València La jueza de Catarroja pide a la Guardia Civil que documente cuántas cámaras hay en el Cecopi
La instructora del caso de la dana ha encargado la elaboración de un informe sobre las instalaciones del Centro de Coordinación de Emergencia (Cecopi).
Madrid
Madrid La Sareb ejecuta con violencia el desahucio de dos jóvenes activistas en Carabanchel
Desde el Sindicato de Vivienda de Carabanchel apuntan a que la estrategia actual del ‘banco malo’ es vaciar cuanto antes este y otros pisos de su propiedad para especular con ellos antes su disolución definitiva.
Cine
Cine ‘No other land’: poner rostros y cuerpos al sufrimiento palestino
El documental ganador de un Oscar (y muchos premios más) vuelve a la actualidad a raíz de la agresión y detención sufrida por uno de sus codirectores, Hamdan Ballal. Ya ha sido puesto en libertad, si esta expresión aplica en un territorio ocupado.

Recomendadas

El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.