La madeja
Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
La madeja
Jano, el fantasma y el umbral
La mística del Año Nuevo (el tiempo de lo recién hecho, de lo intocado aún) tiene que ver, sobre todo, con aquello que necesitamos dejar atrás. Funciona como exorcismo y no como conjuro.
La madeja
La primera ley de Newton
Sin un cuerpo dispuesto a colisionar con el fascismo, capaz de imprimir sobre él una fuerza igual o superior, nunca lo podremos frenar.
La madeja
El orden natural
Cuando estuvimos tan solo diez pasos por detrás, ellos señalaron que ya no había distancia de la que pudiéramos quejarnos.
La madeja
Seamos el monstruo
Kafka nos enfrentó a la pregunta esencial: ¿el monstruo es aquel que desafía la norma o lo aberrante es precisamente esa norma que la existencia del monstruo viene a cuestionar?
La madeja
La herida que os empeñáis en celebrar
La “nación” a la que rendís homenaje cada 12 de octubre está hecha de huesos y de llamas, de todo lo que se mató y lo que se quemó para que podáis hoy afirmar vuestra españolidad.
La madeja
Podríamos ser esta erupción
Decir nosotras tiene que ser también escuchar el dolor de las demás, hacer lo que sea por dejar de apretar.
La madeja
El ángel de la historia
¿No seguimos en las guerras donde parieron las nuestras, donde cayeron las nuestras? ¿No sentimos a veces el hueco de su hambre o de su miedo? ¿No nos late el corazón al ritmo de las bombas al caer?
Opinión
La escalera, la lupa, la palabra
¿Cómo no sentirte una extranjera cuando el lugar que ocupas jamás se representa, cuando lo tuyo queda sistemáticamente fuera de los mapas? ¿Cómo no revolverte cuando habitas un mundo que no te ha pertenecido jamás?
Opinión
Decir el bosque
La literatura ha de acercarnos de nuevo a lo que nos hemos empeñado en dejar atrás durante siglos: el lugar del que veníamos (agua, rama, piedra, semilla), allí donde solo éramos pisada sobre la tundra, sonido gutural, dedo señalando las cosas.

Más de Olalla Castro Hernández

Opinión
Dudar
Dudar nunca es lo mismo que negar o afirmar; es solo creer lo que se cree mirando al otro lado, poner también los ojos en aquello que nuestro pensamiento deja a oscuras.
Literatura
Para que las puertas crujan
Durante siglos, las mujeres han escrito para que las puertas crujan, para que el mecanismo mal engrasado del mundo chirríe.
Opinión
Los que bailan
Federico hundió las pestañas en el llanto de todas, arrulló nuestro dolor como si fuese un hijo. Eso nos enseñó: a quebrarnos por dentro cada vez que las otras se rompían, a entender que el daño de una es el daño de todas y que el poder opera para volvernos solo multitud que vomita.
Opinión
Llénate de este aire
Parece que nos hemos convencido a nosotras mismas de que la única alternativa posible al reparto desigual de la riqueza que el capital propone es un reparto equitativo de la miseria.