Olalla Castro Hernández

Olalla Castro Hernández

Es poeta y doctora en Teoría de la Literatura.

Artículos

La madeja
La Madeja La primera ley de Newton
Sin un cuerpo dispuesto a colisionar con el fascismo, capaz de imprimir sobre él una fuerza igual o superior, nunca lo podremos frenar.
La madeja
La madeja El orden natural
Cuando estuvimos tan solo diez pasos por detrás, ellos señalaron que ya no había distancia de la que pudiéramos quejarnos.
La madeja
La madeja Seamos el monstruo
Kafka nos enfrentó a la pregunta esencial: ¿el monstruo es aquel que desafía la norma o lo aberrante es precisamente esa norma que la existencia del monstruo viene a cuestionar?
La madeja
La madeja La herida que os empeñáis en celebrar
La “nación” a la que rendís homenaje cada 12 de octubre está hecha de huesos y de llamas, de todo lo que se mató y lo que se quemó para que podáis hoy afirmar vuestra españolidad.
La madeja
La madeja Podríamos ser esta erupción
Decir nosotras tiene que ser también escuchar el dolor de las demás, hacer lo que sea por dejar de apretar.
La madeja
La madeja El ángel de la historia
¿No seguimos en las guerras donde parieron las nuestras, donde cayeron las nuestras? ¿No sentimos a veces el hueco de su hambre o de su miedo? ¿No nos late el corazón al ritmo de las bombas al caer?
Opinión
La escalera, la lupa, la palabra
¿Cómo no sentirte una extranjera cuando el lugar que ocupas jamás se representa, cuando lo tuyo queda sistemáticamente fuera de los mapas? ¿Cómo no revolverte cuando habitas un mundo que no te ha pertenecido jamás?
Opinión
Decir el bosque
La literatura ha de acercarnos de nuevo a lo que nos hemos empeñado en dejar atrás durante siglos: el lugar del que veníamos (agua, rama, piedra, semilla), allí donde solo éramos pisada sobre la tundra, sonido gutural, dedo señalando las cosas.
Opinión
Dudar
Dudar nunca es lo mismo que negar o afirmar; es solo creer lo que se cree mirando al otro lado, poner también los ojos en aquello que nuestro pensamiento deja a oscuras.
Literatura
Para que las puertas crujan
Durante siglos, las mujeres han escrito para que las puertas crujan, para que el mecanismo mal engrasado del mundo chirríe.
Opinión
Los que bailan
Federico hundió las pestañas en el llanto de todas, arrulló nuestro dolor como si fuese un hijo. Eso nos enseñó: a quebrarnos por dentro cada vez que las otras se rompían, a entender que el daño de una es el daño de todas y que el poder opera para volvernos solo multitud que vomita.
Opinión
Llénate de este aire
Parece que nos hemos convencido a nosotras mismas de que la única alternativa posible al reparto desigual de la riqueza que el capital propone es un reparto equitativo de la miseria.
Opinión
Donde antes la vida

Todo parece seguir como si nada, pero la realidad tiene esa pátina de lienzo gastado. La incertidumbre, la desesperanza, la muerte y, sin embargo, el techo sobre las cabezas, dormir bajo una manta. Solo dentro las bombas.

Opinión
También somos el amo

El amo blanco no desapareció en 1863, cuando Lincoln aprobó la Proclama de Emancipación por la que se abolía la esclavitud, ni tampoco lo hizo más de un siglo después, cuando el Movimiento por los Derechos Civiles y el Partido de las Panteras Negras consiguieron, a golpe de décadas de lucha, acabar con las leyes de segregación racistas en Estados Unidos.

Queer
Un modo de abrazarnos

La poesía queer se levanta contra la Ley del Padre, maldice mil veces la masculinidad heredada, esa trampa antigua. Sabe que la hombría no es más que un señuelo, algo oscuro y terrible de lo que hay que escaparse

Juicio del 1 de Octubre
Tenemos miedo al fuego

Demasiadas veces la cultura es esa torre de marfil que tanto le gustaba a Rubén Darío: el lugar elevado desde el que miramos lo sucio sin mancharnos.

Opinión
Ese dolor de todas

Decir que si las mujeres no tienen una presencia más destacada en la literatura es porque no alcanzamos la excelencia masculina supone negar la dimensión política e ideológica de la literatura, como si esta fuese una esfera luminosa al margen de la vida.

Literatura
La poesía de las subalternas

La poesía de las subalternas ha de ser molesta, señalar a todas horas que el lenguaje no alcanza a decir y se convierte en cepo, que hace falta un idioma de labios y maleza, una palabra-plaga de langostas capaz de asolar los campos del faraón y vaciar sus arcas de monedas, de trigo sus despensas.

Cine
La peste que nadie quiere oler

Menos mal que existe este cine que señala y hunde el dedo en la ranura para abrir una auténtica brecha en la verdad instituida, para desmontar el imaginario dominante.

Feminismos
Algo incapaz de pinchar

Este es un intento de escribir nuestra genealogía, de sacar la foto de familia que la historia nos niega, de no perder de vista nuestro origen.

Literatura
Un chicle en el zapato
La literatura desfila hoy por los escaparates del capital mostrándose como la mercancía que hace siglos que es.