Chernobil 4
Un pez contaminado por el accidente del reactor civil de Chernóbil. Raúl Moreno

La semana política
Imprudencia temeraria

Si no estamos en un escenario de guerra, el Gobierno y los medios de comunicación tienen la obligación moral de actuar bajo esa punto de partida.
Pablo Elorduy
29 ene 2022 05:24

Dicen los expertos en armas nucleares, tanto los científicos que se ocupan de poner en hora el llamado “reloj del fin del mundo”, como las activistas de la campaña internacional para la abolición de las armas nucleares (ICAN), que la amenaza atómica que transformó la segunda mitad del siglo XX sigue latente en forma no menor por la posibilidad de que se produzca un error en los sistemas de control sobre las 14.000 ojivas nucleares que hay en el mundo. Es posible imaginar a un operador nuclear diciendo para sí, o para un pequeño grupo de espectadores accidentales, “la he liao parda”, antes de que se precipite el fin de la civilización tal y como la conocemos

A lo largo de la historia, el instante cero de la guerra atómica se ha rozado en una decena de ocasiones. En 1983, Stanislav Petrov decidió hacer caso a su instinto y no creer lo que le decían los algoritmos del Centro de Detección de Ataques Nucleares de la URSS. Evitó con su prudencia la respuesta establecida —la destrucción mutua asegurada—, un ataque a escala masiva con consecuencias en vidas y devastación superiores a las de las bombas de Hiroshima y Nagasaki. 

Entre las “anécdotas” que desde la invención de la bomba H pudieron desencadenar un holocausto nuclear se incluyen el dulce transitar de unos gansos confundido con el vuelo de misiles, la presencia de un oso gris en torno a una instalación del ejército o la caída de una bomba en el patio trasero de una familia, a la que no le pasó nada (sí a las gallinas que vivían allí, que fueron volatilizadas). Otros accidentes son más previsibles: aviones que entran por accidente en espacios aéreos no autorizados, aviones que se estrellan contra silos de lanzamisiles, radares que anuncian que un misil se dirige a la placa euroasiática pero al final qué va, era otra cosa. Lo típico.

Los investigadores del Centre Delàs, Teresa de Fortuny y Xavier Bohigas se hacían eco en un artículo de 2014 de una investigación de la Universidad de Texas en la que se refería que entre 1950 y 2009, “hubo un promedio de casi un percance grave relacionado con armas nucleares cada siete meses”. La única garantía de riesgo cero con el armamento nuclear, concluye Lloyd J. Dumas, el investigador al frente de ese estudio, es que no haya armamento nuclear. Pero eso ya lo sabíamos. Lo que era más difícil de imaginar es que comenzara una campaña mediática y entre las opiniones públicas europeas que omitiera que Rusia es la segunda potencia nuclear del planeta e instase al débil gobierno de Ucrania a tensar la cuerda en un conflicto que nadie —salvo algunos halcones del Pentágono— desea. Un conflicto en el que ningún Estado, a estas alturas de siglo, puede involucrar a sus sociedades de referencia, exhaustas por la pandemia, amenazadas por la crisis climática y desquiciadas por la concurrencia de diversas patologías sociales.

La guerra empieza en la televisión

El lunes 24 de enero, Estados Unidos y su socio para todo, Reino Unido, ordenaron la salida de su personal diplomático de Ucrania. El movimiento pilló desprevenido al Gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski, que consideró prematura, lo que parece la acción cautelar ante lo que se avecina. El mismo jueves, Washington tuvo que salir a desmentir la información dada por oficiales ucranianos a CNN de que Biden había asegurado a Zelenski, de que la invasión tendrá lugar cuando se “congele” el terreno y que Rusia no parará hasta llegar a la capital.

La interpretación más plausible de los dos episodios de decepción y desmentido por parte de Kiev es que Zelenski comienza a ser consciente de que su papel de víctima puede convertir al país en una víctima en un sentido mucho más cruento de lo que parece hoy. Los faroles de Estados Unidos y, en menor medida, de Rusia, pueden tener consecuencias reales inesperadas. El problema fundamental, tras una semana que termina con la reafirmación de que no habrá guerra, es que llegados alcanzado cierto punto de ebullición, un error puede cambiar el destino de Ucrania, Rusia, la Unión Europea y el mundo. “La diferencia entre un error trivial y un error catastrófico estriba no en el error mismo, sino en la situación circundante”, escribió Dumas en las conclusiones de trabajo sobre el factor humano en la custodia del armamento nuclear.

Lo mejor que se le puede pedir al Gobierno de un país sin un papel destacado en esta historia como el español es que favorezca un contexto en el que los posibles errores no tengan finales catastróficos. Lo mínimo, que no compre la mercancía en mal estado que está poniendo en circulación un sector muy determinado del establishment estadounidense y deje hablar a sus mayores, en este caso Alemania y Francia, que tienen una posición también interesada pero bastante más fundamentada que la que el ministro de Exteriores José Manuel Albares acertó a defender el pasado martes en el Congreso de los Diputados.

Si, como repitió Albares, “no estamos en un escenario de guerra”, el Gobierno y los medios de comunicación tienen la obligación moral de actuar bajo esa premisa. No tiene sentido que añada presión con la ufana proclama de que se han enviado armas y tropas a la zona de conflicto cuando no hay razones para situarse en el grupo de los países que se sienten amenazados por Rusia. Es más, es el momento de cumplir uno de los puntos más olvidados de la firma del acuerdo de Gobierno de coalición y España firme el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. 

Opinión
El Gobierno del 'sí' a la Guerra
Lamentablemente, la conciencia de que existe una mayoría en favor de la paz no parece trascender más allá de las declaraciones públicas, ni permear el ámbito de las decisiones del gobierno.

Como recordaba esta semana el presidente de la Campaña por la Paz, el Desarme y la Seguridad Común en un artículo traducido por El Salto, la I Guerra Mundial tuvo en su inicio un momento de involuntaria torpeza: el káiser Guillermo II envió una contraorden destinada a detener la invasión de Luxemburgo por parte de Alemania, pero el mensaje llegó 30 minutos tarde. La guerra no se avecina, a fecha de 29 de enero no es una posibilidad real, pero especular alegremente con ella es uno de los factores que la podrían provocar. Y entonces no tendrá ninguna gracia que alguien se dé cuenta de que la ha liado parda mezclando intereses geoestratégicos, demagogia de consumo interno y la inconsciencia provocada por el culto por lo militar predominante en estas sociedades exhaustas, amenazadas y desquiciadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
Javier Gallardo Vía
30/1/2022 13:53

...Es que, aunque sea ridículo (como otros rasgos del ser humano), la amenaza contiene la guerra. No es absurdo pensar que mandar tropas sea una buena estrategia para mantener la paz. Repito que, racionalmente, sabemos que no debiera ser así, pero el "si vis pacem para bellum" sigue siendo un proverbio más cierto que falso. La postura del gobierno español es muy fácil para ser justamente criticada, pero también es justamente defendible desde el gobierno.
Es algo paradójico... pero es así. ¿No?

0
0
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Más noticias
Pontevedra
Ecoloxismo Unha investigación revela alta contaminación por nitratos en augas superficiais da comarca do Deza
Os resultados da análise de Ecoloxistas en Acción, con máis de 80 puntos de mostraxe, reflicten concentracións xeneralizadas e moi altas de NO3. Só o 19% das augas superficiais analizadas están “fóra de toda sospeita”.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Comunidad de Madrid
Violencias machistas Huelga en la red de atención a la violencia de género de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid el próximo 25N
Las trabajadoras de ambas redes se unen para reivindicar mejoras laborales y de atención a las mujeres víctimas en un paro de 24 horas. “Te sientes impotentes porque no puedes ayudar como deberías”, explican.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.

Recomendadas

Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.