Palestina
Negar una Nakba y prometer otra. La voluntad genocida en la voz de Israel (IV)
Parte IV (última). Aniquilar, una cuestión de estado
Los cuatro capítulos de esta mini-serie son extractos revisados del documento homónimo incluido en el informe ejecutivo presentado a la mesa 7 (Mercado securitario, colaboracionismo diplomático y lobby sionista) del Tribunal de los Pueblos sobre la Complicidad con el Genocidio Palestino en el Estado español (TPCGP-25: https://tribunaldelospueblos.org/), el pasado mes de noviembre en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Para facilitar una lectura más cómoda del texto, hemos prescindido de todas las referencias bibliográficas, que pueden consultarse en la versión completa del informe ejecutivo citado.
Los cuatro capítulos comparten nota introductoria, para la que tomamos prestada una cita al historiador judío estadounidense Zachary Foster, experto en historia del antisionismo judío y el antisemitismo sionista.
¿Por qué se convirtió Palestina en una prueba de fuego? Tu apoyo a Israel no es solo un signo de depravación moral, sino también de tu incapacidad para distinguir realidad y ficción o causa y efecto. Es un signo de decadencia ética, desconocimiento de los medios de comunicación y falta de educación básica.
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Podríamos seguir recorriendo cualquier momento histórico del sionismo y de Israel. Siempre ha quedado claro: el objetivo (Eretz Yisrael) y los medios son obvios para quien quiera mirar directamente a la sociedad israelí sin los filtros de los argumentarios destinados a auto-exonerarse. Leyes de apartheid escritas negro sobre blanco para ser aplicadas contra los palestinos que hoy son ciudadanos de Israel; la brutal ocupación de Cisjordania, donde el mismo estado aplica dos sistemas legales (uno para palestinos y otro para colonos israelíes); el muro de separación declarado ilegal; el robo de tierra, continuo y acompañado de una silenciosa anexión de territorios en Cisjordania para la construcción de asentamientos, todos son crímenes de guerra tan reconocidos internacionalmente como impunes. En Gaza, bloqueo y genocidio.
La lista de horrendos crímenes, medios todos ellos para construir paso a paso el “Gran Israel”, es interminable. Comenzaron antes de la creación de Israel en 1948, pues no podría haberse creado de otra forma, y no terminaron con el reconocimiento internacional de su estado. Los colores de los gobiernos israelíes han ido cambiando, pero el fin de crear un estado judío desde el río hasta el mar y más allá ha sido una constante.
Criticar o denunciar los medios utilizados sin oponerse al fin último que esos medios persiguen es un acto de hipocresía. También es un acto de complicidad con los mismos crímenes que muchos denuncian con la boca pequeña. No parece coherente apoyar la existencia de un estado exclusivo para judíos y luego decir que “un gobierno” israelí es malo porque se quita de encima a los no judíos. Esa contradicción no hace otra cosa que comprar tiempo al victimario para que elimine a sus víctimas. Por eso Israel, después de matar decenas (¿centenares?) de miles de hombres, mujeres y niños palestinos, nos habla de estar abierto a la “migración voluntaria” de los palestinos a otros países: porque esa es la solución óptima para todos los socios de Israel.
Son socios de Israel todos los países que han mantenido abiertas sus embajadas, han mantenido sus lazos comerciales o han seguido comprando los últimos avances de la Startup Nation en materia de defensa. ¿Por qué Israel es tan bueno fabricando armas, sistemas de control de la población o sistemas de reconocimiento biométrico que nuestras empresas, universidades, administraciones y cuerpos de seguridad sienten una compulsiva necesidad de asociarse a, colaborar con y comprar a Israel? Será porque la continua necesidad del sionismo de controlar minorías, rastrear comunicaciones, matar civiles de forma discreta y en masa, expulsar familias, explotar recursos ajenos, encarcelar niños sin juicio, y un largo etcétera de atrocidades le ha permitido alcanzar un aberrante grado de excelencia como productor-exportador.
Complicidad e hipocresía es no rechazar los medios que emplea Israel sino premiar su “excelencia” comprándolos y financiar a empresas y universidades sionistas para que sigan innovando. La verdadera y más simple forma de oponerse a los medios utilizados es rechazar el fin que persiguen, pues ningún medio tiene razón de ser si se niega el fin.
Nos repetirán que el problema es Netanyahu. Ex-líderes de Israel (mucho más “moderados”) como Ehud Olmert denuncian hoy los crímenes de guerra en Gaza, pero (insistamos:) la hemeroteca no les perdona. Cuando Olmert gobernaba Israel, uno de sus asesores declaró en 2006 que la idea era “no matar de hambre a los palestinos, sino ponerlos a dieta”, todo para contar las calorías que entraban entonces en la recién sitiada Gaza, que ya en 2007 registraba casos de malnutrición y retraso del crecimiento gracias al Israel de Olmert.
A partir del 7 de octubre…
2023.10.17. Omer Barlev, exministro de seguridad nacional: ”Un asedio completo sobre Gaza. Ni agua, ni electricidad, ni comida. Como Beirut en 1982“.
2023.11.14. Ariel Elharar, asesor de comunicación del ministro Ben Gvir: “Lo he pasado bastante bien hoy visitando con el ministro Ben Gvir la sección de los presos Nukhba nazis y viendo a hombres, niños y ancianos sentados como ratones, esposados, en una celda pequeña y oscura con camas de hierro”.
2023.11.17. Benjamin Netanyahu, primer ministro: ”Es necesario hacer cambios culturales en Gaza como los de Japón y Alemania tras la IIGM“.
2023.11.18. Yoav Gallant, ministro de defensa: ”Pronto se enterarán del poder de las IOF, incluso en la zona Sur [de Gaza]... Quienes estaban en la zona Oeste de la ciudad de Gaza lo entienden muy bien... quienes ahora están en el Sur de la Franja también lo van a entender pronto“.
2023.11.19. Benjamin Netanyahu, primer ministro: “La ayuda humanitaria es necesaria para el apoyo internacional; sin ella, nuestros buenos amigos tendrán dificultades para seguir apoyándonos por mucho tiempo”.
2023.11.22. Benjamin Netanyahu, primer ministro: “En su forma actual, la Autoridad Palestina no es capaz de responsabilizarse de Gaza... ¿Tenemos que darles la Franja después de haber luchado y hecho todo esto?”.
2023.11. Bezalel Smotrich, ministro de finanzas: “En Cisjordania hay dos millones de nazis. Funduq, Nablus y Jenin deben quedar como Jabalya”.
2023.12.14. Yoav Gallant, ministro de defensa: “La campaña va a durar meses e incluye el área Sur de la Franja”.
2024.01.26. Yoav Gallant, ministro de defensa: “El estado de Israel no necesita lecciones morales para distinguir entre terrorismo y población civil en Gaza... Las IOF continuarán actuando y desmantelando el régimen de Hamas”.
2024.01.29. Daniella Weiss, ex-alcaldesa y líder de los asentamientos: “Si no les damos comida, se irán”.
2024.02.02. Daniella Weiss, ex-alcaldesa y líder de los asentamientos – mensaje Biden: “No creas que vamos a parar la guerra en Gaza y el reasentamiento de los judíos en toda la zona de Gaza”.
2025. Bezalel Smotrich, ministro de finanzas: “Creo que podremos declarar la ‘victoria’ en pocos meses. Gaza será totalmente destruida, su población será concentrada… hacia el Sur, y desde ahí partirán en masa hacia terceros países”.
2025.05.20. Benjamin Netanyahu, primer ministro: “Estamos destruyendo más y más hogares y los gazatíes no tienen adonde ir. El único resultado inevitable será el deseo de los gazatíes de emigrar fuera de la Franja de Gaza”.
Podrían interpretarse como expresiones de rabia causadas por el “shock” de lo ocurrido, pero no son sólo amenazas y justificaciones “en caliente”. No es difícil demostrar que declaraciones idénticas a éstas vienen repitiéndose desde mucho antes del 7 de octubre.
1983. Rafael Eitan, ex-jefe de gabinete de las IOF (luego parlamentario de Knesset). “Los árabes están drogados como cucarachas en una botella”.
1969. Golda Meir (Primera Ministra, partido laborista Mapai). “No existe tal cosa como los palestinos”.
2008. Matan Vilnai (viceministro de defensa). “Cuanto más se intensifique el fuego de Qassam... [los palestinos en Gaza] mayor es la Shoah [holocausto] que van a provocar, porque vamos a utilizar toda nuestra fuerza”.
2013. Naftali Bennett, ministro de economía (luego primer ministro). “He matado montones de árabes en mi vida – y no hay problema en ello”.
2013. Shimon Peres, presidente (ex-primer ministro), pronuncia un discurso que niega el lugar de los palestinos en el relato histórico de Israel, interpretado como genocidio cultural por su borrado de la identidad palestina y vinculado por académicos como Ilan Pappe al concepto de “genocidio incremental”.
2014. Ayelet Shaked, miembro de Knesset (juego ministro de justicia). ”El pueblo palestino nos ha declarado la guerra... Esto incluye que las madres de los terroristas... seguirán el camino de sus hijos... de no ser así, más pequeñas serpientes seguirían creciendo“.
2015. Avigdor Lieberman, ministro de exteriores. ”A los [árabes desleales] que están contra nosotros... debemos agarrar un hacha y cortarles la cabeza“.
2017. Bezalel Smotrich, parlamentario (luego ministro de finanzas), sobre el ”plan decisivo“: Los palestinos pueden aceptar el sometimiento, migrar o, ”para quienes no elijan, recibir un tiro en la cabeza“.
2021. Bezalel Smotrich, parlamentario, a los diputados palestinos: ”Estáis aquí por error... Ben-Gurion no acabó el trabajo y no os echó a todos en 1948“.
2023. Bezalel Smotrich, ministro de finanzas. ”No existe nada llamado pueblo palestino“).
2023. Bezalel Smotrich, ministro de finanzas. Tras el ataque a Huwarah: ”El pueblo de Huwarah necesita ser arrasado“.
Incluso podemos remontarnos a los escritos del fundador del estado de Israel, David Ben Gurion, que muestran cómo desde mucho antes de la Nakba se reconocía la presencia de una población nativa en la tierra donde debían fundar su estado. Al principio, reconociendo derechos. Luego, a medida que se avanza hacia la “independencia”, las opciones van inclinándose más hacia (u ocultando cada vez menos) la “judaización” y la “desarabización”.
1918. ”Palestina no es un país vacío... bajo ningún concepto debemos vulnerar los derechos de los habitantes“.
1919. ”¡No hay solución!... Nosotros queremos que el país sea nuestro. Los árabes quieren que sea suyo“.
En 1923, el miembro de Irgún Vladimir Jabotinsky publicaba El muro de hierro: nosotros y los árabes, artículo que inspira la operación “final” sobre Cisjordania iniciada en 2025 con las invasiones de Jenin y Tulkarem:
No podemos ofrecer compensación alguna por Palestina a los palestinos árabes [...] La colonización sionista debe parar o continuar sin preocuparse por la población nativa. Eso significa que sólo puede continuar bajo la protección de un poder que sea independiente de la población nativa – detrás de un muro de hierro que los nativos no puedan traspasar.
1924. ”No reconocemos el derecho de los árabes [palestinos] a gobernar el país, ya que Palestina aún está subdesarrollada y espera a sus constructores“.
1929. ”El árabe no debe ni puede ser sionista. Nunca podría desear que los judíos se convirtieran en mayoría“.
1930. ”La comunidad árabe en Palestina es una parte orgánica e inseparable del paisaje... Los árabes [palestinos] trabajan la tierra y seguirán haciéndolo“.
1937. ”Debemos expulsar a los árabes y ocupar sus lugares... si es necesario usar la fuerza, no para despojar a los árabes... sino para garantizar nuestro propio derecho a establecernos allí“.
1938. ”Estoy a favor de la transferencia obligatoria. No veo nada inmoral en ello“ [durante 1937 y 1938, los nazis endurecieron las medidas raciales y de exclusión económica, prohibiendo a los judíos ejercer profesiones, obligándolos a registrar sus propiedades y marcando sus pasaportes con una J].
1947. ”En el área asignada al Estado judío... casi el 40 % son no judíos... tal composición no proporciona una base estable“.
1948. ”La guerra nos dará la tierra. Los conceptos de «nuestro» y «no nuestro» son conceptos de paz... en la guerra pierden todo su significado”.
1948. "No podremos ganar la guerra si no... poblamos... de manera militar... la guerra también traerá... cambios en la distribución de la población árabe”.
1948. “Debemos hacer todo lo posible para garantizar que [los palestinos] nunca regresen”.
1948. “A los árabes de la tierra de Israel sólo les queda una cosa que hacer: huir”.
En la célebre carta dirigida a su hijo Amos en 1937, David Ben Gurion habla del diseño del plan de partición por parte de la Comisión Peel y se congratula de que Israel vaya a recibir más de lo que ya posee – aunque menos de lo que quiere. Ben Gurion afirma que el establecimiento de un estado (judío) en una parte de la tierra no es el logro buscado (el fin) sino “el comienzo” (el medio) hacia la consecución de un estado judío en una tierra habitada por una población no judía. Eso no deja otra vía al proyecto que no sea la limpieza étnica, mediante la “transferencia” de población (forzada o por huida) o mediante el genocidio (si no queda otro remedio).
Como reveló por error el archivo del estado de Israel (el documento estaba censurado), Ben Gurion dijo que las localidades palestinas debían ser “aniquiladas” mientras su ministro de Asuntos Exteriores “pasaría por alto” los casos de violaciones a mujeres palestinas.
Según conocemos hoy por boca de sus lideres, la Nakba no fue sólo un episodio de limpieza étnica sino un proceso jurídicamente reconocible como genocidio, en los hechos y en la intención manifiesta. Israel nace mediante el genocidio y sobrevive gracias al genocidio como medio de contrarrestar su “amenaza existencial”: esa población nativa que no sólo no se marcha sino que crece más y, como vemos en Gaza, resiste al proyecto colonial con todo lo que tiene.
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post scriptum a 16.12.2025
Como bien explica el historiador israelí-británico Avi Shlaim, judío antisionista nacido en Irak en 1945 (tres años mayor que la Nakba), “la solución al conflicto” es obvia y el presunto problema es una sanguinaria invención. No es sólo que nada “comenzara” el 7 de octubre, sino que muchas cosas empezaron a desmoronarse el 7 de octubre. La colonización es el crimen. La ocupación es el crimen. Quienes la ejecutan y sostienen son los genuinos criminales. En ese sentido el sionismo concibe, construye y emplea a Israel como la herramienta, el vehículo, el instrumento, el arma, la condición necesaria de un crimen absoluto. Por eso complicidad es ya un concepto paupérrimo para resumir la decisión “colegiada” de semejante crimen. Su objeto ha sido reconocido y ubicado. El foco reposa sobre él. ya no hay Hasbara que revierta esa inflexión. Bajo ese foco, todo conocimiento es ya perfectamente accesible. Siguiendo a Zach Foster, concluyamos que nadie sin un alto grado de depravación moral o “que no mezcle realidad y ficción o causa y efecto”, nadie con la mínima dosis de dignidad humana en la última de sus neuronas puede fingir sorpresa ante el despliegue de una ola de fascismo cuyo potencial destructivo no hará prisioneros. El aviso viene de lejos. Aimé Césaire nos dejó descrita la trayectoria de esa ola en 1950, a sus 37 años, cuando el profesor Avi Shlaim cumplía cinco. Ho Chi Minh tenía 60. Lumumba, 25. Abd el-Qáder tenía 42, como Salvador Allende. Israel saluda hoy a los herederos chilenos de los fascistas que le eliminaron. En 1950, Izzedin al-Qassam llevaba 15 años muerto. Israel habría sido el cuarto ocupante al que se habría resistido.
Diez años después, la resolución 1514 de la AGNU declaba: 1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales. 2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.
En 1982, la resolución 37/43 reafirmaba la legitimidad de la lucha de los pueblos por la independencia, la integridad territorial, la unidad nacional y la liberación de la dominación colonial y extranjera y de la ocupación foránea por todos los medios a su alcance, incluida la lucha armada.No se trata de “la paz” sino de la descolonización como vía necesaria para la paz. No se trata de “alcanzar acuerdos” sino de materializar una idea de justicia que es condición necesaria de todo acuerdo. Los dueños del fetiche legal internacional que secuestraba esa idea han puesto el último clavo en su ataúd.
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