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Libertad de expresión
España sigue liderando el encarcelamiento de la expresión artística
En 2019 se produjeron al menos 711 violaciones de la libertad de expresión artística en 93 países, con episodios de censura, juicios, prohibiciones o sentencias de prisión. Los ha contabilizado la organización Freemuse en su informe anual, que vuelve a dejar a España en mal lugar, con 14 personas condenadas a cárcel por lo que dicen mediante sus obras artísticas.
Para encontrar ejemplos de persecución —censura, condenas, ataques— a la libertad de expresión artística por parte de gobiernos y autoridades no hay que mirar a desiertos remotos ni visitar montañas lejanas. Sucede aquí, en la vieja Europa y en nuestra querida España, y sucede —lo sigue haciendo— hoy. Es una de las principales conclusiones que arroja el informe The State of Artistic Freedom 2020 (El Estado de la Libertad Artística en 2020), elaborado por la organización internacional Freemuse con datos estadísticos relativos a 2019 y entrevistas personalizadas a numerosos artistas que han sufrido en carne propia la amenaza de represalias por lo que escriben, cantan, pintan o filman.
La investigación analiza 711 casos de violación de la libertad artística documentados en 93 países durante el año pasado. Y España encabeza el ranking de artistas encarcelados o con condenas de prisión, con 14 personas, seguida por Irán (13), Turquía (9), Myanmar (8) o Egipto, con seis. La mayoría de los motivos que han llevado a los artistas a estar entre rejas o a recibir condenas de cárcel son sus críticas a las políticas gubernamentales (el 42% de los casos recopilados por Freemuse), la aplicación de leyes antiterroristas (21%) y las ofensas religiosas (11%).
Los 14 casos en España no son nuevos ni ocurrieron en 2019, ya que se trata de las condenas a Valtonyc, Pablo Hasel y los 12 miembros de La Insurgencia, emitidas en 2018, pero desde la organización informan a El Salto de que, pese la reducción de condena en el caso de La Insurgencia o del exilio de Valtonyc, las incluyen porque “reflejan una privación de libertad y el hecho de que sitúan a los artistas en una situación particularmente vulnerable”. De hecho, en el primer informe publicado por Freemuse en 2018 estos casos ya eran tenidos en cuenta.
Esa atmósfera ha influido en lo que los músicos cuentan. Grupos con mensaje se han visto obligados a medir sus palabras. Así lo reconocían Los Chikos del Maíz el año pasado, en una entrevista publicada por El Salto con motivo del lanzamiento de su disco Comanchería. “Lo que haces es rebuscar más la manera de decirlo, darle una vuelta, no ponérselo en bandeja para que te puedan acusar con cualquier frase”, admitía Toni el Sucio. Su compañero Nega asumía que es algo que el músico acaba interiorizando, “lo que es terrible y peligroso. Tachas cosas, buscas cómo decirlas de otra manera. No sé si eso limita tu capacidad de creación artística, creo que la modifica, te tienes que esforzar más. Pero sí, planea siempre”. Más recientemente, Jorge Navarro, bajista y encargado de las letras en el grupo punk Biznaga, contaba que cuando terminó la canción “Atentado”, una crítica a la autoridad en especial a la figura del juez y la policía, consultó con un abogado, por si acaso. “La revisó y me dijo que no había ningún problema, no pueden alegar nada porque no hay falta de respeto ni mancilla el honor de nadie en concreto ni hay amenazas”, explicaba. Pero el humo se huele. Y donde hay humo, puede haber fuego.Freemuse sitúa a España en el grupo de países que acumulan un mayor número de “restricciones ilegales” a la libertad artística de los músicos, junto a Turquía, Estados Unidos, Irán, China y Rusia
Sverre Pedersen, responsable de campañas de la organización, explica que las condenas en España son “el resultado de abusos de medidas antiterroristas” y especifica que “el 31% de los casos que hemos documentado de abusos en este tipo de medidas contra el terrorismo han ocurrido en España”. Con las condenas a estos músicos, Freemuse sitúa a España en el grupo de países que acumulan un mayor número de “restricciones ilegales” a la libertad artística de los músicos, junto a Turquía, Estados Unidos, Irán, China y Rusia.
“El 41% de los casos con repercusiones penales que hemos registrado por expresar disconformidad sobre un escenario han sucedido en nueve países de Europa, y España es uno de ellos”, señala Pedersen.
La utilización del terrorismo como justificación para los ataques a la libertad de expresión artística y la aprobación para ello de normativa ad hoc o de endurecimiento de la ya existente siguen siendo dos de las coartadas que emplean los Estados en la persecución de artistas críticos. “La legislación antiterrorista continúa siendo usada para socavar libertades fundamentales en nombre del fortalecimiento de la seguridad nacional. Las definiciones vagas de lo que constituye terrorismo permiten a los gobiernos perseguir a artistas e imputarles cargos de ‘glorificación’ de organizaciones terroristas, como hemos visto en Turquía y España”, sostiene el responsable de Freemuse, quien también detalla que muchas de las personas encarceladas han sido juzgadas bajo leyes antiterroristas y con ausencia de evidencias firmes de actividad criminal o actos que “razonablemente pudieran ser juzgados como terrorismo”.
Turquía es uno de los nombres más señalados en el estudio de Freemuse, que ha documentado 33 casos de violaciones de la libertad artística en este país en 2019, con varias detenciones, encarcelamientos y censura. El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan está aplicando una dura represión bajo el mantra de la lucha contra el terrorismo que ha llevado a que muchos artistas hayan cesado su actividad, otros han sido arrestados y numerosos han optado por el exilio.
Freemuse pone como ejemplo la intensa persecución sobre la banda musical turco kurda Grup Yorum, que en 2019 sufrió el encarcelamiento de varios de sus miembros y la inclusión en el listado de terroristas más buscados. Dos de los músicos apresados, el guitarrista Ibrahim Gökçek y la cantante Helin Bölek, han fallecido en el último mes por la huelga de hambre de más de un año que llevaron a cabo en respuesta a la ofensiva estatal contra la libertad de expresión. Grup Yorum es una formación musical muy exitosa en Turquía, que mezcla folk, rock y reivindicación de la clase obrera y que en su larga carrera ha enfrentado la represión gubernamental. “Durante mucho tiempo —explica un artículo de la web alemana Qantara.de— era posible ser encarcelado en Turquía solo por escuchar las canciones de Grup Yorum, que eran de alguna manera una llamada a sumarse a la lucha underground. Muchos escolares y estudiantes fueron perseguidos cuando sus profesores les encontraban las cintas del grupo”.
Occidente ya no es lo que era y el resto del mundo tampoco
La tercera edición del informe anual de Freemuse, presentada a mediados de abril, confirma que no hay que irse muy lejos para topar con la mano dura del Estado reprimiendo expresiones artísticas. En 2019, según esta investigación, cuatro de cada diez encarcelamientos de artistas por críticas al gobierno tuvieron lugar en Europa, siendo este continente el que sumó el mayor número de ingresos en prisión relacionados con expresiones artísticas.
“Occidente está perdiendo su liderazgo como defensor de los derechos humanos y la libertad a un ritmo muy rápido mientras el mundo se hace más intolerante y violento contra los puntos de vista y expresiones que no son las mayoritarias, las mainstream”, afirmó Srirak Plipat, director ejecutivo de la asociación, al dar a conocer el estudio.
La investigación de Freemuse señala el nocivo efecto del auge de las políticas nacionalistas y populistas, que ha llevado a un incremento de las restricciones a las expresiones artísticas, con un notable deterioro en países en los que la libertad de expresión ha sido tradicionalmente un derecho protegido.
Además de los casos de encarcelamientos o condenas de prisión, el informe detalla las detenciones, prohibiciones, persecuciones y actos de censura que Freemuse ha documentado durante 2019. Así, 85 artistas fueron detenidos en 27 países. El 56% de estas detenciones obedecieron a expresiones de carácter político en sus obras. Llaman la atención la situación del artista visual cubano Luis Manuel Otero Alcántara, arrestado una docena de veces en su país, o la de Elżbieta Podlesna, artista polaca acusada de ofensa a los sentimientos religiosos por colocar carteles en la ciudad de Plock con la imagen de la virgen María con el halo pintado de los colores del arcoiris.
Los siete países con más casos registrados de censura sobre expresiones artísticas en 2019 fueron Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Irán, Francia y Serbia
Freemuse contabiliza 352 situaciones de censura en 73 países, más de la mitad de ellas responsabilidad de los gobiernos (el 55%), que afectaron a un total de 847 artistas y obras. Europa, con el 34% de los casos, acumula la mayoría, seguida por América (28%) y la región de Asia y el Pacífico (19%). Los siete países con más casos registrados de censura sobre expresiones artísticas en 2019 fueron Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Irán, Francia y Serbia.
Asimismo, la organización identifica 13 países “de particular preocupación” en materia de libertad de expresión artística, por sus “preocupantes violaciones y desarrollos documentados” e insta a que sean observados con respecto a su responsabilidad en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos. Son Brasil, China, Egipto, Francia, Indonesia, India, Irán, Líbano, Nigeria, Rusia, Turquía, Estados Unidos y Zimbabue.
¿Seguro que el que canta su mal espanta?
La música es la forma artística más atacada, con 225 casos documentados por Freemuse en 59 países. Destacan los 31 detenidos que han enfrentado procesos penales y sentencias de prisión por lo que cantan en sus letras. Uno de los casos que señala la organización es la prohibición por parte del Departamento del Senado de Berlín para Asuntos Exteriores de la actuación de los raperos palestinos Shadi Al-Bourini y Shadi Al-Najjar en un acto a favor de Palestina frente a la Puerta de Brandenburgo, supuestamente a petición de los embajadores de Israel y Estados Unidos.
Música
¿Dónde se escucha la canción protesta del siglo XXI?
El arte visual registra un incremento de ataques, “especialmente en las obras que abordan cuestiones políticas o que son consideradas inapropiadas en términos de moral y religiosos”, señala el informe, que contabiliza 185 casos documentados de violación de la libertad artística en estas artes en 51 países durante 2019.
En cuanto al cine, Freemuse considera que la censura ejercida se mantiene en un nivel similar al de años anteriores, con 107 casos en 31 países y un dato espeluznante: según esta organización, casi la mitad de las películas que se estrenan son blanco de ataques por el contenido político que muestran.
Y sobre literatura, la investigación apunta como novedad que la tendencia a retirar libros de colegios y bibliotecas con motivo de su temática relativa a orientación sexual e identidad de género se ha incrementado.
Las mujeres artistas y las obras que tratan sobre las mujeres o que abordan cuestiones relativas a los feminismos continúan bajo un “ataque constante”
Las mujeres artistas y las obras que tratan sobre las mujeres o que abordan cuestiones relativas a los feminismos continúan bajo un “ataque constante”, subraya este estudio, que recuerda que son objeto de censura, acoso, amenazas y en ocasiones persecución de carácter legal. Freemuse también destaca que las artistas se enfrentan a un trato discriminatorio, “especialmente en países que imponen obstáculos legales a su participación en el sector cultural”.
Igualmente, la organización señala que las personas LGTBIQ+ y sus expresiones artísticas sufren un “retroceso continuo” en las obras de arte y en la propia sexualidad de los artistas. Sus obras son censuradas en países que proscriben la supuesta “promoción de la propaganda homosexual”.
Instituciones culturales
Solo una de cada tres exposiciones individuales en museos españoles es de una artista
La programación de exposiciones individuales incumple la ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en la inmensa mayoría de museos y centros de arte. Durante el último lustro, solo el 31% de las realizadas fue de artistas mujeres, según un informe presentado por la asociación Mujeres en las Artes Visuales, un colectivo que también propone un manual y una app de autodiagnóstico para que las instituciones culturales corrijan esta desigualdad.
La investigación de Freemuse también menciona el papel que cumple Facebook como nuevo censor. En el caso de las artes, el estudio recoge la prohibición de la empresa dirigida por Mark Zuckerberg al Museo de Arte e Historia de Ginebra para publicitar su exposición César y el Ródano con imágenes de dos estatuas, una Venus de Arles semidesnuda y otra de un hombre desnudo arrodillado. Facebook también censuró al Teatro Real de Plymouth el uso de una fotografía para anunciar un espectáculo porque había varias personas que mostraban demasiada carne.
Precisamente en relación a la libertad de expresión y la censura de contenidos, Facebook anunció el miércoles 6 de mayo que ha creado una suerte de tribunal independiente que operará a finales de este año para servir de guía en la moderación de contenidos. Se trata de un consejo asesor formado por hasta 40 miembros no empleados por Zuckerberg que se encargará de tomar las decisiones referentes a la publicación o veto de determinados contenidos sensibles y que, en principio, Facebook e Instagram deberán acatar.Con la iglesia hemos topado
Una constante que recoge el informe es cómo los gobiernos de todo signo siguen aplicando la censura para evitar herir sentimientos religiosos. “Los intentos de censurar obras basados en que se consideran ofensivas para los sentimientos religiosos no se restringen a Estados en los que una narración divisiva del nacionalismo religioso se ha implantado recientemente. Es mucho más evidente en países como España, donde el catolicismo ha dominado históricamente la esfera pública”, explica Pedersen a El Salto.
Él recuerda el caso de la obra Con flores a María, de la artista Charo Corrales, cuya retirada de la exposición Maculadas sin remedio, organizada por la Diputación de Córdoba y la Fundación Botí, fue solicitada en mayo del año pasado por PP, Ciudadanos y Vox. El cuadro fue destrozado en un acto vandálico.
“Es probable que estos intentos de censura y ataques a la libertad de expresión artística aumenten si el partido nacionalista Vox continúa construyendo su base electoral desde los conservadores muy católicos a los seguidores muy nacionalistas de una España centralista”, pronostica el responsable de campañas de Freemuse.