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Memoria histórica
“El crimen”, el poema de Machado a Lorca, se publicó en El Liberal de Murcia
Es de tener en cuenta que siendo El Liberal de Madrid (1879) y El Liberal de Murcia (1902-1939) dos periódicos propiedad de la misma empresa, la de El Liberal de Madrid, uno de los más conocidos e intensos poemas escritos en memoria de Federico García Lorca -al saberse la noticia de su asesinato en Granada por los militares sublevados durante la guerra- se haya publicado en El Liberal de Murcia el 23 de octubre de 1936. No encontré ese poema bajo la misma cabecera en Madrid. Su afligido autor lo escribió poco antes de que el gobierno republicano del Frente Popular y el propio poeta, junto a otros escritores e intelectuales, se trasladase a Valencia desde Madrid, en donde residía.
En el artículo sobre La muerte de García Lorca en la prensa republicana, publicado en la revista El viejo topo en el número de octubre de 2019 y en este mismo DdA el 9 de octubre de 2019, hacía referencia al primer periódico español que dio a conocer la noticia del fusilamiento del autor de Bodas de sangre, que no fue en los rotativos madrileños sino en el Diario de Albacete el 30 de agosto de 1936, casi dos semanas después del ignominioso asesinato del poeta. Bien es cierto que el titular de la noticia ponía entre interrogantes el fallecimiento de Federico, sin atreverse a confirmar tal información.
Escribí entonces en ese artículo lo siguiente: “Se trata de un suelto que aparece en la parte inferior de su primera página, sin que se asegure la certidumbre del hecho y dando por lugar del mismo la provincia de Córdoba, ”en donde parece que se hallaba preso y que en una de las últimas razzias, de las que acostumbran los facciosos a realizar tras de haber sufrido algún descalabro, ha caído el gran poeta“. En esa ciudad manchega, según publicó Gabriel Pozo en El independiente de Granada hace unos meses (¿Por qué García Lorca ”murió“ primero en Albacete?) residían por entonces Juan Ramírez de Lucas (El Rubio) y su hermano mayor. El primero (1917-2010) era el amante de García Lorca, autor de un poema póstumo dedicado al poeta y de un diario íntimo sobre sus secretas relaciones, cuya publicación está por venir. Cabe preguntarse si ante el inminente final de su vida Federico hizo algún tipo de gestión para que su novio tuviera conocimiento de su muerte a través del periódico que se publicaba en la ciudad en la que vivía Juan Ramírez de Lucas. ¿O fue la propia familia del poeta la que facilitó esa información?”.
Hasta el 8 de septiembre no se confirmará en la prensa madrileña, a través del diario ABC, que Federico García Lorca fue ejecutado por los militares golpistas en Granada. Que en España hubiera por entonces dos territorios como consecuencia de la evolución del conflicto armado, el sublevado y el leal a la segunda República, dificultaba la fluidez de las informaciones de lo que ocurría en uno y otro. Puede resultar significativo que habiéndose dado la primera noticia sobre la muerte del poeta en un diario de Albacete, Antonio Machado decidiera mandar su poema a un periódico de la misma región en la que residía Juan Ramírez de Lucas, amante de Federico, eludiendo hacerlo en un medio de mayor difusión de la capital de la República.
EL CRIMEN
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
...Que fue en Granada el crimen sabed -¡pobre Granada-, en su Granada...
II
EL POETA Y LA MUERTE
Se le vio caminar sólo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”
III
Se le vio caminar...
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!