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Memoria histórica
Cuando el rey Alfonso XIII se bañó en cueros durante su viaje a Las Hurdes
Ahora que tanto se habla de la curiosa foto familiar en Abu Dabi en la que el rey emérito aparece rodeado de sus hijas y nietos, con las piernas de uno de ellos (Pabo Urdangarín) ausentes, no queda mal traer a colación otra instantánea de la que es protagonista el abuelo de Juan Carlos I, facilitada en las redes por Fotos Antiguas de España, una página muy recomendable para saber de nuestro pasado en imágenes.
Se trata, ni más ni menos, de una insólita instantánea en la que aparece Alfonso XIII el Africano tal como vino al mundo, pero mucho más crecido. La imagen data de 1922, es obra del magnífico fotógrafo José María Vázquez Campúa y se hizo con motivo de la histórica visita que el monarca realizó a la depauperada comarca cacereña de Las Hurdes, cuyas penurias y miserias reflejó el cineasta Luis Buñuel una década más tarde en su celebrado documental Tierra sin pan
A su paso por la localidad de Pinofranqueado, según leemos, el rey se dio un chapuzón en pelota en compañía del doctor Gregorio Marañón, que no quiso prescindir de sus largos calzoncillos, acaso por respeto a su majestad, ante el que también se cubrió castamente las tetillas. Al parecer fue el mucho calor de la jornada lo que obligó a Alfonso XIII a tomar esa decisión, ante la sorpresa de su séquito, queriendo además que inmortalizara la escena el citado fotógrafo.
Se dice que la instantánea se filtró y difundió durante la segunda República, hasta el punto de que quien firmaba sus libros como El caballero audaz, el periodista y escritor José María Carretero Novillo (1887-1951), la empleó como ilustración y reclamo para una de sus obras. No fue para las de temática erótica, en los que se inició a principios del pasado siglo, sino para la que lleva por título ¿Alfonso XIII fue un buen rey?
También se cuenta que la fotografía llegó a manos de la Gestapo, váyase a saber si por los derroteros del exilio republicano, y que la policía hitleriana se la entregó a Franco sin que se conozcan los motivos y detalles por los que se le hizo esa entrega al dictador. Mucho antes de este baño real en cueros en una charca del río cacereño Los Ángeles, es sabido que ya los antecesores de esa dinastía habían sido despelotados en unas láminas satíricas que datan de los meses posteriores a la Revolución de 1868 (La Gloriosa), publicadas bajo el título Los Borbones en pelota, obra atribuida a los hermanos Bécquer, Valeriano y Gustavo Adolfo. si bien están firmadas por SEM, V. SEM, Semen o V. Semen.
Constan de 89 escenas pintadas a la acuarela, todas ellas procaces y hasta pornográficas, donde se caricaturiza sobre todo a la Casa Real, con agudos textos alusivos. Se hizo una edición en 1991 y según la historiadora Isabel Burdiel, autora de un estudio introductorio, su finalidad fue “la de desligitimar a la monarquía isabelina y privarla del respeto de amplio sectores de la población, para justificar La Gloriosa y el destronamiento de la reina”.