Masculinidades
La complicidad en el not all men

Para tener claro primero si no formamos parte de ese grupo hay que hacer autocrítica y conocer el alcance de cada uno de los comportamientos que hemos llevado a cabo.
1 ago 2021 07:00

El hagstag #notallmen, cuya traducción al castellano es “no todos los hombres” ha sido utilizado, en su mayoría por sectores masculinos, en los últimos años como contrarreacción a los discursos feministas.

La generalización de un mensaje en el que ellas focalizan sobre la figura masculina gran parte de las conductas y actos que sufren prácticamente a diario, así como la complicidad que tenemos sobre los comportamientos de nuestros iguales (los hombres), incomoda al ideario de la masculinidad. Llegando hasta el punto de parecer que la única manera que tenemos de movilizarnos sea mediante una ofensiva contra las mujeres en vez de posicionándonos colectivamente contra aquellos que ahondan en la desigualdad a través de la violencia y los roles de poder.

Mentiríamos si cualquiera de nosotros no hubiera mencionado, o pensado en alguna ocasión el viralizado “no todos los hombres”, con el fin de no hacernos responsables de las acciones que muchos hombres llevan a cabo en el mundo. Es obvio que no podemos atribuirnos los actos de personas que no conocemos, pero en un sistema en el que la inequidad ahonda con dureza en las diferentes experiencias que pueden vivir las mujeres y nosotros, producto de las construcciones socio/culturales, no podemos conformarnos con el alivio de que nosotros no somos o no actuamos como los demás.

En la mente masculina resuenan frases tan cotidianas como:

No todos somos violadores, no todos somos maltratadores, no todos abusamos, no todos acosamos, no todos cosificamos, no todos hemos hablado mal de las mujeres, no todos somos unos irresponsables en el hogar, no todos hemos descuidado la crianza, no todos somos unos insensibles o no todos pensamos con el falo.

Nos enorgullece pensar que no pertenecemos a la lista de los hombres malos y nos encanta decir que nosotros no somos como los otros

Nos enorgullece pensar que no pertenecemos a la lista de los hombres malos y nos encanta decir que nosotros no somos como los otros. A su vez nos da pavor pensar que podamos ser parte de ellos. Ante este pensamiento solo me sale gritar al viento: ¡¡ MENOS MAL!!

Menos mal que no todos los hombres cumplimos con todo lo peor que vemos a diario en la televisión o con lo que escuchamos que acontece, siempre, en el pueblo de al lado... Pero, ¿es esto suficiente? Y, además, ¿qué dice de nosotros que nos conformemos con no violar/agredir?

Que uno piense que no es como los otros hombres, como esos que supuestamente ninguno “conocemos”, no quiere decir nada. No es el momento para la satisfacción personal ni para las medallas condecorativas. Creo que no será difícil entender que no todos los hombres violamos, pero quizá sí los suficientes para que prácticamente cada una de las mujeres haya sufrido algún tipo de violencia o comportamiento denigrante.

Según la macroencuesta sobre violencia de genero realizada en España en 2019, una de cada dos mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista alguna vez en su vida, desde acosos puntuales hasta violaciones o agresiones físicas. Me parece digno de destacar, la rareza casual que envuelve a nuestro entorno. Ninguno de nosotros tenemos constancia de amigos, conocidos o familiares que hayan cometido comportamientos delictivos.

Se han extendido y normalizado hasta tal punto las agresiones y los abusos sexuales, y a su vez polarizado a lo ajeno el acto de la violación, que hemos conseguido romantizar el acoso, los piropos, el control sobre la indumentaria o las amistades de nuestras parejas, así como la hipersexualización de la figura femenina como objeto de deseo. No podemos pasar por alto la naturalidad de la que hemos dotado a la presión ejercida en el ámbito privado, mediante la manipulación o el enfado, para que, por ejemplo, nuestra pareja tengo sexo con nosotros, convirtiéndose así en el modus operandis a través del que satisfacer nuestras necesidades sin pensar en el deseo mutuo de las partes implicadas.

El peso de los mandatos de la masculinidad hegemónica ha conseguido normalizar actos que no deberían serlo

El peso de los mandatos de la masculinidad hegemónica ha conseguido normalizar actos que no deberían serlo. Por citar algunos: el hombre como sujeto deseante y proveedor del sexo, y la gestión de emociones tales como la rabia o la ira por medio de la violencia como método de resolución de conflictos y como parte de una estructura jerarquizada por y para el poder. Estos mandatos, y otros muchos, están tan impregnados en nuestra construcción socio-cultural que no somos conscientes de ellos o directamente no tenemos la capacidad de ver qué conductas son apropiadas o no.

Por otro lado, cuando se le pregunta a una mujer si ha sufrido alguna vez en su vida alguna de las aberraciones mencionadas anteriormente, cuesta encontrar una que no haya padecido al menos alguna. Si una mujer no ha sido violada, al menos tiene constancia de una amiga o una conocida que sí lo ha sido, pero nosotros nunca conocemos a nadie que haya llevado a cabo una violación. Lo mismo con las agresiones, los abusos, o el acoso.

Pensamos que los hombres malos que se dedican a estigmatizar la figura de la masculinidad en nombre del terror y de la violencia, siempre son desconocidos a los ojos de nuestro entorno, capaces de llegar a cada uno de los círculos femeninos que nos rodean.

No podemos estar orgullosos de no ser como esos hombres, porque o somos uno de ellos y no queremos (o no sabemos) reconocerlo, o alguien de nuestro entorno sí lo es, y no hacemos nada para que esto cambie

Para tener claro primero si no formamos parte de ese grupo hay que hacer autocrítica y conocer el alcance de cada uno de los comportamientos que hemos llevado a cabo. No podemos estar orgullosos de no ser como esos hombres, porque o somos uno de ellos y no queremos (o no sabemos) reconocerlo, o alguien de nuestro entorno sí lo es, y no hacemos nada para que esto cambie.

Ser cómplices nos hace ser uno de ellos. Callar nos ubica inmediatamente a su lado. Victimizarnos nos quita responsabilidad. Y sin responsabilidad es imposible transformar nada. Cada vez que nos hemos reído ante un comentario vejatorio que un amigo ha hecho sobre una mujer, o cada vez que hemos permitido el envío de imágenes intimas sin consentimiento a un grupo de mensajería, hemos sido cómplices. Estos son dos ejemplos, pero hay tantos como veces hemos alentado el machismo y el sexismo.

Si tú no eres un violador, quizá estés esperando que todas las personas te demos las gracias... Pero que sepas, que mientras no subvirtamos los mandatos, tú, yo y el entorno somos las piezas que alimentan y permiten que siga funcionando a la perfección el patriarcado y con él, el miedo de todas las mujeres a disfrutar de una libertad plena e igualitaria.

Sobre o blog
Demoler, verbo transitivo: deshacer, derribar, arruinar... Y eso intentamos: deshacer las viejas masculinidades y poner en duda las nuevas, derribar a los hombres de siempre y arruinar los planes del patriarcado desde la reflexión sobre quiénes somos y cómo renunciamos a nuestros privilegios.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Granada
Violencia machista Las feministas de Granada se rebelan contra el acoso de la policía local a una víctima de violencia de género
Seis compañeros de un policía local denunciado por maltrato espiaron a la víctima a través del sistema Viogén, uno de los “actos de violencia institucional más graves destapados en los últimos años” según el feminismo granadino.
Comunidad de Madrid
Instituto del Menor La Comunidad de Madrid arranca una hija a una mujer peruana que ha denunciado violencia de género
La madre afectada, Pamela L.C., considera que ha habido un componente racista en el arrancamiento. La mujer no obtuvo ninguna información sobre el paradero de su hija hasta la citación en el Instituto Madrileño del Menor una semana después del parto.
Sobre o blog
Demoler, verbo transitivo: deshacer, derribar, arruinar... Y eso intentamos: deshacer las viejas masculinidades y poner en duda las nuevas, derribar a los hombres de siempre y arruinar los planes del patriarcado desde la reflexión sobre quiénes somos y cómo renunciamos a nuestros privilegios.
Ver todas as entradas
Minería
Minaría Bruxelas cava fondo: litio galego para o novo militarismo europeo
No medio do rearme ordenado pola UE, Galiza entra no ámbito xeopolítico como potencial provedor de litio para a industria de defensa. Un enclave de alto valor ecolóxico en Doade (Ourense) converterase en canteira de baterías militares.
Senegal
Senegal Una ‘Escuela de rehenes’ o cómo Francia usó la educación en África para transformar las mentes
La administración colonial francesa puso en marcha en 1855 un centro educativo que tenía el objetivo de formar a los hijos de los reyes locales mediante el borrado de su cultura.
Camboya
Camboya 50 años del inicio del genocidio en Camboya
El régimen de Pol Pot acabó con la vida de más de dos millones de personas. Solo tres integrantes de los Jemeres Rojos han sido condenados por crímenes contra la humanidad.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.

Últimas

Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Más noticias
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.

Recomendadas

Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y deja de emitir nuevas entregas tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.