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Memoria histórica
Primera querella por los crímenes del franquismo admitida en democracia en Galiza

Manuel Reboiras fue detenido y torturado en dos ocasiones: el 28 de septiembre de 1975 en Padrón y el 18 de junio de 1976 en el monte O Castro (Vigo). El hermano de Moncho Reboiras, sindicalista asesinado por la policía franquista cuyo caso fue finalmente archivado, ha conseguido algo que hasta ahora solo han conseguido seis casos: que un juzgado admita a trámite su querella como víctima de los crímenes del franquismo. El Tribunal de Instancia 2 de Padrón (A Coruña), se convierte en el primer juzgado gallego en iniciar una investigación de este tipo.
Reboiras, quien denunció el pasado mes de octubre de 2024, ya con una nueva ley de memoria democrática sobre la mesa que las víctimas están poniendo a prueba, vio como el mismo Juzgado, el 12 de diciembre de 2024, acordó el sobreseimiento libre y el archivo de la causa por prescripción. El Auto de la admisión a trámite es consecuencia de la estimación de un recurso de reforma interpuesto por Fiscalía, quien se puso manos a la obra.
Desde la Coordinadora de la Querella Argentina, CEAQUA, valoran positivamente el contenido del auto, que requiere información documental para iniciar la investigación al Archivo Histórico Nacional, al Centro Documental de la Memoria Histórica y a la Dirección General de Policía. No obstante inciden en que estas admisiones a trámite siguen siendo excepcionales y extraordinarias.
“Lamentablemente hasta la fecha más de 115 querellas criminales en las que se denunciaban dichos crímenes han sido inadmitidas o archivadas en el conjunto del Estado español”
“Lamentablemente hasta la fecha más de 115 querellas criminales en las que se denunciaban dichos crímenes han sido inadmitidas o archivadas en el conjunto del Estado español”, indican desde la coordinadora de víctimas del franquismo.
Sin embargo hay ciertos destellos de esperanza: el pasado 19 de mayo, Blanca Serra, histórica militante catalanista y víctima de torturas policiales durante el franquismo y la transición, declaraba ante la Fiscalía de Memoria Democrática y Derechos Humanos de Barcelona, acto que se desarrollaba por primera vez en la historia. Antes de ella, en el mes febrero, otra víctima, familiar de represaliados en la posguerra, Carolina Martínez, vio como inexplicablemente su testimonio judicial se suspendía sine die en los juzgados de Paterna. La abogada de esta víctima remarcó que no existía motivo jurídico por el que suspender la declaración. Anteriormente, Julio Pacheco fue otra de las víctimas de torturas franquistas que sí consiguió declarar delante de un juez, en este caso, por torturas presuntamente cometidas por Carlos Villarejo. No obstante, su causa no prosperó y no fue tenida en cuenta su declaración prestada en sede judicial.