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Migración
Liberan los barcos de rescate Alan Kurdi y Aita Mari
Tras permanecer casi dos meses detenidos por la Guardia Costera italiana en el puerto de Palermo, ambos barcos navegan hacia sus puertos. Los costes y la interrupción de sus próximas misiones son algunas de las consecuencias generadas por reciente bloqueo de Italia a los barcos civiles de rescate humanitario.
El Alan Kurdi, de la ONG alemana Sea Eye, y el Aita Mari, de la organización vasca Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), fueron detenidos en el puerto siciliano de Palermo el pasado 5 de mayo. Las autoridades italianas decidieron inmovilizar las embarcaciones alegando unas supuestas deficiencias técnicas que afectaban a la seguridad de las personas rescatadas y de la tripulación, por lo que el Mediterráneo permaneció durante varias semanas sin ningún barco civil de rescate humanitario. Ahora ambas embarcaciones han sido liberadas a través de un pasavante; una especie de salvoconducto que les permitió zarpar y navegar hacia sus puertos. Así, el Aita Mari volverá a Pasaia, en Guipuzkoa, y el Alan Kurdi navegará hacia el puerto valenciano de Borriana, donde permanecerá hasta que se aclaren las condiciones administrativas que garanticen el fin del bloqueo en Italia.
“Somos libres, pero no estamos exentos de futuros problemas. Nos amenazaron con que pueden volver a detenernos”, afirma Gorden Isler, presidente de Sea-Eye, haciendo referencia a que, después de 52 días detenidos en Sicilia, han podido zarpar y navegar hacia sus puertos pero la posición legal italiana continúa vigente, por lo que podrían ser detenidos nuevamente.
En este sentido, el experto en derecho marítimo Valentin Schatz, del Instituto de Derecho del Mar y de Derecho Marítimo de la Universidad de Hamburgo, ha calificado la detención como “una medida ilegal”, especificando que “los requisitos técnicos impuestos al Alan Kurdi por el Ministerio de Transporte italiano no corresponden a la clase de barco legalmente determinada por las autoridades alemanas”. Es por ello que una vez anclados en Borriana, la organización exigirá junto al gobierno alemán que se den garantías para que pueda volver a las operaciones de rescate lo antes posible. ”Encontraremos una solución, lo hemos logrado una y otra vez, y estamos decididos a salvar vidas humanas nuevamente pronto", afirma Gorden Isler, presidente de Sea Eye.
Medidas de bloqueo que, no sólo han significado un alto coste económico para ambas organizaciones de rescate, sino que también están provocando la suspensión de las operaciones planificadas para los próximos meses. En el caso de Sea Eye, la organización ha tenido que asumir más de 70.000 euros de “daño financiero” como consecuencia de la detención. En cuanto al Aita Mari, el bloqueo ha provocado un coste que supera los 55.000 euros, según informa Daniel Rivas, portavoz de SMH. En este sentido, además de la sanción legal, se ha ejercido una obligación económica que ha debilitado fuertemente a ambas organizaciones, sobre todo a la del Aita Mari que cuenta con una organización y un presupuesto más reducido. “El Aita Mari ha recibido permiso para zarpar de Palermo y volver a Pasaia. Esto no significa que la persecución administrativa haya terminado. Italia nos ha hecho gastar mucho dinero de manera arbitraria al retenernos”, reclama la organización vasca en su perfil de Twitter. “Mientras los líderes políticos miran sin hacer nada, la sociedad se moviliza por garantizar la vida en el mar”, añade.
A pesar del bloqueo administrativo aplicado al Kurdi y al Aita Mari, recientemente otras ONG de rescate humanitario han retomado sus operaciones en el Mediterráneo
A pesar del bloqueo administrativo aplicado al Kurdi y al Aita Mari, recientemente otras ONG de rescate humanitario han retomado sus operaciones en el Mediterráneo. El Sea Watch 3, que zarpó a principios de junio y rescató un total de 211 personas en menos de 48 horas, en colaboración con el avión MoonBird, que ha vuelto a monitorizar el Mediterráneo Central en busca de embarcaciones en peligro. Tres días más tarde, el Estado italiano, que continúa denegando el acceso a sus puertos, autorizó el traslado de las personas rescatadas a otra embarcación frente a la costa siciliana de Porto Empedocle, donde pasarán 14 días de cuarentena antes de desembarcar.
“La distribución de las personas rescatadas debería hacerse en tierra, con todos los Estados miembros europeos cumpliendo con sus responsabilidades. No estamos de acuerdo con el concepto de cuarentena en el mar, pero aceptamos el transbordo para garantizar los intereses de nuestros huéspedes y de la propia operación”, reclama la organización y anuncia que durante las próximas semanas iniciará operaciones de rescate con un segundo buque de rescate, el Sea Watch 4.
Por su parte el Ocean Viking, de la organización SOS Mediterranee, zarpó el pasado lunes 22 de junio desde el puerto de Marsella. Tres días más tarde, durante la mañana del pasado jueves, realizaban un primer rescate de 51 personas que se encontraban a la deriva en una embarcación de madera.
“Los 51 supervivientes, entre ellos una mujer embarazada, están a salvo a bordo de nuestro buque. Las autoridades marítimas han sido informadas durante todo el procedimiento y hemos aplicado todos los protocolos para el covid-19”, informaba la organización. Unas horas mas tarde, otras 67 personas eran rescatadas, sumando un total de 118 supervivientes a bordo del Ocean Viking. “Todas están siendo atendidas por nuestro equipo médico y su salud está siendo monitorizada cuidadosamente”, explican desde la ONG.