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Movilidad
Madrid respira el mejor aire de la década a pesar del ‘efecto Almeida’
El informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2019, presentado este jueves por Ecologistas en Acción, indica que la urbe ha registrado disminuciones históricas de los niveles de dióxido de nitrógeno. La organización ecologista presenta un recurso contra el recorte a Madrid Central realizado por el Ayuntamiento el 26 de diciembre.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
Lo ha intentado una y otra vez, y lo seguirá intentando, como demuestra el recorte a Madrid Central, la zona de bajas emisiones (ZBE) de la ciudad, que el alcalde José Luis Martínez-Almeida infringió a finales de año eliminando varias calles de la zona restringida y aumentando la moratoria a ciertos vehículos contaminantes, así como su supuesta intención de sustituir el Plan A, la Estrategia de Calidad del Aire del anterior Gobierno, por el menos restrictivo Madrid 360. Pero los datos son concluyentes: aunque dos estaciones han incumplido los valores límite legales para el dióxido de nitrógeno (NO2, el contaminante por el que España tiene abiertos varios procedimientos sancionadores en Madrid y otras regiones), el año 2019 ha marcado los mejores datos de la década respecto a este contaminante.
Así lo señala el informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2019 que ha presentado este jueves la confederación Ecologistas en Acción (EeA). “En el promedio de los años 2010-2018, 11 de las 24 estaciones medidoras de contaminación incumplieron el valor límite anual legal de NO2 —40 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de media—, pero en 2019 solo han sido dos”, ha señalado el responsable de Calidad del Aire de EeA, Juan Bárcena.
Asimismo, en lo referente al valor límite horario —200 µg/m3 durante 18 horas—, es la primera vez que solo una estación, la instalada en plaza Elíptica, lo supera, mientras que en 2018 fueron dos y en 2011 al cifra asciende a once. De hecho, el número de superaciones de este valor en todas las estaciones ha sido de 96 veces, “un número muy inferior a las 554 de 2015 o a las 326 de 2017”, ha destacado Bárcena, quien ha recordado además que solo en la primera semana de 2015, “cuando no había ni protocolo anticontaminación, ni Madrid Central, ni Plan A ni nada” hubo más superaciones que en todo el pasado año.
Madrid Central: valores récord
“La evidencia es que Madrid Central funciona, reduce la contaminación”, ha señalado por su parte el coordinador de EeA, Paco Segura, quien ha resaltado, sin embargo, que “esto no es suficiente: seguimos por encima de los límites legales”.
Los datos de la única estación situada en el interior de la ZBE, la instalada en plaza del Carmen, son claros: mientras la media anual de los años 2010-18 es de 46 µg/m3, en 2019 registró 36, una reducción del 22%. También ha registrado otras cifras récord: en abril de 2019 se registró la cifra mínima mensual contaminación en la zona, con solo 22 µg/m3.
Asimismo, 22 de las 24 estaciones repartidas por el área metropolitana han registrado disminuciones de NO2. “Claramente ha habido una reducción de la contaminación por NO2 muy intensa en Madrid, y menos intenso en la Comunidad”, ha expuesto Bárcena, quien remarca que “no ha habido efecto frontera, sino un efecto contagio, que llega más claramente al entorno más inmediato a Madrid Central y en menor medida a las zonas más alejadas”.
Con respecto al resto de contaminantes, ninguna estación superó el límite legal de partículas en suspensión PM10 y PM2.5, aunque desde EeA destacan que dos de las trece estaciones que miden PM10 superaron el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) —20 µg/m3, la mitad del límite legal— y de las ocho estaciones que miden PM2.5 cinco superaron o igualaron la recomendación de la OMS.
Almeida y la desinformación
El pasado año fue el primero en el que ha funcionado la zona de bajas emisiones, lo que permite ver unos resultados que para los ecologistas hubiesen sido mejores si no se hubiese producido lo que llaman el ‘Efecto Almeida’. “Se puede decir con claridad que la contaminación se ha reducido a pesar de la actuación del Equipo de Gobierno de Madrid”, denunciaba Segura. “Desde este se ha mantenido una política absolutamente desquiciada, destinada a reducir los logros del Gobierno anterior. Todas y cada una de las medidas han ido encaminadas siempre a favorecer el uso del coche, a dar más permisividad y a prorrogar la entrada de vehículos contaminantes”, continuaba.El coordinador de la confederación ecologista destacaba como “lo más paradigmátcio” la moratoria de sanciones que el recién elegido Gobierno conservador quiso hacer a Madrid Central en junio, algo que fue tumbado apenas unos días más tarde por los juzgados ante varios recursos interpuestos por Ecologistas en Acción, Greenpeace y el PSOE.
Esa actuación, unida a las promesas que los partidos en el poder —PP, Ciudadanos y Vox— que en campaña que hablaron de “supresión”, “reversión” y “modificación” de la ZBE; además de “la impresión que había con todo ese barullo de que este gobierno iba a dejar de poner multas”, según ha explicado Bárcena, “más las tergiversaciones que se hicieron en su día diciendo que Madrid Central había empeorado la contaminación” provocaron el efecto Almeida. Esto es, en palabras de Bárcena, “un ambiente cuyo resultado fue la disminución de la efectividad de Madrid Central”.
Los datos señalan que, mientras la estación de plaza del Carmen registró una media histórica de 23 µg/m3 entre abril y junio, de julio a septiembre, tras la campaña y el intento de moratoria de multas, se pasó a 35 µg/m3, una variación del 52% no registrada a ese nivel en ninguna otra estación medidora de contaminación ni en ningún otro año en esas fechas.
De hecho, los que los ecologistas califican de “intento de confusión interesada” continuó en septiembre, cuando el nuevo Gobierno madrileño anunció su intención de crear una nueva estrategia de calidad del aire que, de aprobarse según lo anunciado, rebajaría las exigencias de Madrid Central y aumentaría el número de vehículos en la ciudad. Bárcena, sin embargo, califica el anuncio de “mero acto electoral” y “documento deslavazado que hizo una consultora en dos meses en verano que nada tiene que ver con lo que es un plan de contaminación”, remarcando que ni siquiera va acompañado de una justificación y una cuantificación de las medidas, como señala la legislación europea, para un plan semejante que pretenda sustituir al Plan A, así como de un calendario para que esas medidas cumplan con los valores límite legales.
De nuevo a los juzgados
El último ataque a la zona de bajas emisiones de Almeida y Villacís se dio en la última Junta de Gobierno del año, en la que se rebajaba el perímetro de la zona de bajas emisiones— las calles Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles, en Argüelles, vuelvían a aceptar la libre circulación de vehículos— y se ampliaba un año más la moratoria a vehículos sin distintivo —los más contaminantes— para determinados colectivos.
Estas medidas han sido recurridas por Ecologistas en Acción, que este jueves ha presentado un recurso en los juzgados de lo contencioso-administrativo contra ellas, recurso que esperan sea admitido a trámite.
Para la confederación, en vez de rebajar la eficacia de Madrid Central “la aspiración de un gobierno responsable debería ser la de reducir los niveles de polución por debajo de las recomendaciones de la OMS —inferiores a los límites de contaminación atmosférica legales actuales— para garantizar el derecho a respirar aire limpio de la ciudadanía madrileña y de quienes visitan esta ciudad.