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Movimientos sociales
“Por una ciudad vivible”: así ha sido la manifestación en defensa de La Invisible
Comienza a sonar Storm de Vivaldi y se hace el silencio entre la multitud que se ha congregado en calle Nosquera para marchar una vez más en defensa de la Casa Invisible. La colorida marea de gente alza su mirada hacia los balcones de la fachada del edificio, pues sabe que, siguiendo la tradición, una intervención artística dará el pistoletazo de salida. En esta ocasión, bailarines con pasamontañas salen de los balcones y comienzan a moverse a ritmo de los violines.
Termina la performance y dos integrantes del proyecto salen a uno de los balcones. Con un micrófono en la mano y el manifiesto en la otra, una de ellas comienza a leerlo, mientras la otra lo interpreta en lengua de signos: “La Invisible forma parte de esa vida, esa vida que no se vende, que no se puede subastar, esa vida que no cabe en los museos. La Casa Invisible forma parte de esa vida y algunos no lo conciben porque para ellos la vida solo vale la pena cuando figura en el precio de una entrada. Quieren que Málaga, que nuestras vidas, se conviertan en una atracción más. Quieren que la ciudad se pueda visitar, pero a costa de volverla invivible. Por eso, esta manifestación va más allá de frenar el desalojo. Va, sobre todo, de habitar nuestras ciudades. Y aún estamos tiempo. Este desalojo lo vamos a parar”.
La Invisible forma parte de esa vida, esa vida que no se vende, que no se puede subastar y algunos no lo conciben porque para ellos la vida solo vale la pena cuando figura en el precio de una entrada.
En este momento empieza a sonar las notas de “Ay Mamá” de Rigoberta Bandini, pero en vez de escuchar su voz, se escucha una versión que el grupo de teatro de La Invisible ha escrito para esta ocasión. “Tú que intentaste el desalojo tantas veces. Aprende que eso no es lo que quiere la gente. Lo sabes bien. Paco, Paco, Paco. Firma ya la cesión, estamos hasta el moño de tu eterna indecisión. Paco, Paco, Paco. Queremos Invi, Invi, Invi, Invi”, cantaba el grupo haciendo alusión al alcalde de la ciudad.
La marea invisible comienza a brincar y a bailar, y con este eufórico momento comienza oficialmente la manifestación encabezada por un pasacalles de marionetas que días antes se fabricaron en el taller impartido por la compañía teatral El Espejo Negro. La abría un señor gigante con traje, sombrero de copa y muchas medallas en representación del poder, y un Cenachero que le interpelaba constantemente, simbolizando la cultura popular malagueña. A su alrededor, palmeras y palmeros que rondaban al poder, simbolizando a aquella parte de la ciudadanía complaciente que aplaude las políticas neoliberales. Seguidamente, la turistificación y la gentrificación se vio representada con un crucero con aspecto de tiburón malvado que perseguía al Faro para devorarlo, junto a un Teatro Cervantes, una Catedral de la Encarnación de Málaga y un Ayuntamiento, que eran devorados por unos edificios turísticos monstruosos con una boca gigante articulada.
A continuación, las puertas de la Casa Invisible fabricadas con cartón reciclado, que a lo largo de la manifestación se iban abriendo cada vez que el Cenachero lo cantaba, y de las cuales iban saliendo todas las cosas que aporta el proyecto a la ciudad: pensamiento crítico e historias representados a través de libros, el baile popular, banderas de diversos colectivos, el arte representado con máscaras de teatro e instrumentos musicales, una casa simbolizando la vivienda digna, y todo rodeado de vegetación y naturaleza.
Las marionetas se movían a ritmo de la batucada que le seguía, conformada por diferentes proyectos entre los que se encontraron Chalaúras, Malavanda Batufem y Quilombeira. Entre la batucada y el bloque de circo con sus malabares, marchaba el bloque de familias residentes en el Centro Histórico. Una decena de niños sostenían una colorida pancarta llena de huellas de manos de diferentes tonos, y en la que se podía leer: LA INVISIBLE TAMBIÉN ES NUESTRA CASA.
Tras esto, nos encontrábamos con una marea brillante de mujeres y disidencias vestidas de guerrilleras, con sus pasamontañas, sus metralletas y sus botes de humo rosa: es el bloque fucsia. “La llaman Invisible y sí se ve”, “nos tocan la Invi, nos tocan a todas” y “la furia trans va a defender los pilares de la Invi que no se van a caer”, fueron algunos de los cánticos del bloque. En él marcharon La Medusa Colectiva, el Café Feminista de Málaga, la Red Feminista Latinoamericana y Orgullo Crítico, junto con integrantes del bloque feminista autónomo de Málaga.
Seguidamente las integrantes del taller de afro-dancehall exponían sus coreografías, a las que se iban sumando cada vez más participantes de la manifestación, convirtiéndose el bloque en una especie de taller en movimiento.
En este momento, la manifestación continuaba a ritmo de samba y música brasileña de la mano de Málaga Brasil Collective, un colectivo de músicos que tienen residencia semanal en La Polivalente. El conjunto de músicos tocaba sobre un camión que abría paso al bloque de vivienda (con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el Sindicato de Inquilinas y Stop Desahucios), la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), los pensionistas, la Alianza por el Clima y la Nave.
“No sé por qué, da tanto miedo La Invisible. Sin ella la ciudad no sería vivible. Escúchanos ciudad, ciudad, ciudad”.
La manifestación desde calle Carretería continuó por la plaza de la Merced, la Plaza de la Marina, subió por calle Larios para desembocar en la Plaza de la Constitución, donde todos los asistentes se colocaron en círculo para dar paso a la performance de las marionetas y a una posterior lectura del manifiesto. El punto y final lo marcó la canción versionada de Rigoberta Bandini, cuando todos los bloques se mezclaron para reír y bailar juntos, donde más fuerte que nunca se cantó: “No sé por qué, da tanto miedo La Invisible. Sin ella la ciudad no sería vivible. Escúchanos ciudad, ciudad, ciudad”.
La festividad y la alegría continuó durante el día en el patio de la Casa Invisible, donde tras una gigante paella popular tuvo lugar la inauguración de la segunda fase de la muestra internacional de arte contemporáneo “Como una bola de nieve”, que pretende estar expuesta hasta el 30 de junio los viernes, sábados y domingos. Así, a la espera de ver si finalmente el Ayuntamiento decide retomar una solución negociada o si se decantará por el uso de la fuerza, el proyecto sigue apostando por la cultura libre, el arte y la sinergia como formas de combatir esta amenaza de desalojo.