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Música
Israel podrá seguir utilizando Eurovisión en 2024 para lavar su imagen
Unas horas antes del inicio de la primera semifinal del Benidorm Fest 2024, la tercera edición del concurso musical de Radio Televisión Española en el que se elige la canción que representará al ente público en el Festival de Eurovisión, una de las presentadoras de la gala habló sin tapujos de un tema conflictivo que sobrevuela cada año —y este especialmente— la celebración del certamen europeo: la participación en él de Israel.
En rueda de prensa el martes 30 de enero, Inés Hernand condenó “profundamente” los ataques de Israel a la población gazatí, sin medias tintas. “Lo diré públicamente como Inés Hernand y no como RTVE, no puedo comprometer la posición de la pública, pero yo ahí tengo un posicionamiento claro: está siendo una masacre, un genocidio, y yo como persona individual exijo el alto el fuego ya”, manifestó la presentadora, quien también apuntó a una comparación que no deja en buen lugar a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), el conglomerado de televisiones públicas europeas que organiza Eurovisión: “Que Israel participe en el festival cuando Rusia fue vetada el año pasado en similares circunstancias deja entrever otras cuestiones que tienen que ver con el capital. Es mi opinión y no me importa decirlo públicamente porque los que asesinan son ellos, no yo”.
Hernand señalaba una circunstancia muy repetida en estas últimas semanas, cuando la participación de Israel en Eurovisión 2024, a través de su canal de televisión KAN 11, ha sido muy cuestionada debido a la operación militar que su ejército está llevando a cabo y que está arrasando Gaza desde el mes de octubre, con un resultado de más de 25.000 víctimas civiles asesinadas. En 2022, la UER expulsó a la televisión rusa del festival un día después del inicio de la guerra en Ucrania, justificando la decisión en que su entrada “desacreditaría al concurso”.
La Unión Europea de Radiodifusión afirma que “quiere preservar el estatus del concurso como un evento apolítico que une a audiencias de todo el mundo a través de la música”
Sin embargo, este año no va a tomar la misma medida con respecto a Israel. En un comunicado remitido al periódico sueco Aftonbladet, la UER afirma que “quiere preservar el estatus del concurso como un evento apolítico que une a audiencias de todo el mundo a través de la música”. Según la organización, el Festival de la Canción de Eurovisión es una “competición entre televisiones públicas de toda Europa y Oriente Medio que son miembros de la UER. Es una competición para emisoras —no gobiernos— y la emisora israelí ha estado participando durante 50 años”.
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El comunicado de la UER responde a una carta firmada por más de mil músicos suecos —Eurovisión se celebra este año en Malmö, Suecia, del 7 al 11 de mayo— que exigen que Israel sea excluido de la edición de 2024 del concurso de canciones por su “guerra brutal en Gaza”. Publicada en Aftonbladet el lunes 29 de enero, la carta abierta expresa que, al permitir que Israel participe, la UER “está mostrando un notable doble rasero que socava la credibilidad de la organización”.
“El hecho de que los países que se sitúan por encima de los derechos humanos sean bienvenidos a participar en eventos culturales internacionales trivializa las violaciones del derecho internacional y vuelve invisible el sufrimiento de las víctimas”, se lee en la misiva. Entre los firmantes de la carta aparecen los nombres de artistas de éxito internacional como los cantantes Robyn y Fever Ray, el dúo folk First Aid Kit y ex concursantes suecos de Eurovisión como Eric Saade y Malena Ernman, la cantante de ópera mezzosoprano que también es madre de la activista climática Greta Thunberg.
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Esta carta llega después de una petición similar firmada por unos 1.400 artistas de Finlandia e Islandia que también solicitaron que Israel sea excluido del certamen. La televisión pública de Islandia, RÚV, ha dejado en el aire su participación en Eurovisión y ha emplazado al ganador de su propio concurso de canciones, que tendrá lugar en marzo, a decidir si participar en Eurovisión o boicotear el evento.
Música al servicio de la propaganda
La participación del Estado de Israel en el certamen de Eurovisión ha sido controvertida desde que lo hiciera por primera vez en 1973, cuando se convirtió en el primer país no europeo en hacerlo. La UER lo justificó porque la emisora de radiodifusión pública israelí ya era uno de sus miembros.
Israel ganó por primera vez Eurovisión en París en 1978 con la canción “A-Ba-Ni-Bi” interpretada por Izhar Cohen y Alphabeta. Un año después, el Festival de la Canción de Eurovisión viajó a Jerusalén, donde Israel ganó el concurso por segunda vez consecutiva.
Dana Internacional, nombre artístico de Sharon Cohen, fue noticia en todo el mundo en 1998 cuando se convirtió en la primera cantante abiertamente trans que gana Eurovisión. La cantante israelí aseguró en noviembre de 2023 que quien no condene a Hamás “está en contra de las personas LGTBI, las mujeres y la paz”. En un mensaje en su cuenta de Instagram dijo que si una persona LGTBI “acaba accidentalmente en las calles de Gaza, no saldrá viva de ellas”.
El 12 de mayo de 2018, por casi 100 puntos sobre su rival inmediata, Netta Barzilai ganó el Festival de la Canción de Eurovisión para Israel, en lo que fue la cuarta vez que la representación israelí se alzaba con el premio. Su canción, “Toy”, hablaba del acoso y del empoderamiento mediante una coreografía y una puesta en escena llenas de color y de movimiento. Pocos minutos después de conocerse el resultado, Benjamin Netanyahu la felicitó en Twitter, multiplicándose las publicaciones en esta red social que leyeron la victoria como parte de un estudiado lavado de cara para el Estado israelí.
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