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Fronteras
Refugiados: la Comisión Europea nos echa lo normal
El País y la cobertura de la crisis de los refugiados.
¿Un editorial de El País defendiendo en modo fan a la Comisión Europea? Nada nuevo. Qué manera de hacer política para avanzar en la integración, qué propuestacas. Qué bien lo de cebarse con los ciudadanos de los países del sur para hacerles pagar la crisis de la banca… no, eso no sale.
Lo malo es que sus iniciativas fracasan. ¿Por qué? Lo han adivinado: “Los populismos de distinto signo” las “vapulean en la calle”. Lo de lavarle la cara a Le Pen o a Wilders metiéndoles en el mismo saco que a los pocos partidos contrarios a la austeridad tampoco es novedad. Ya es, de hecho, marca de la casa.
Por encima de todos los magníficos planes de la Comisión que no se llevan a cabo, el editorial destaca el reparto de los refugiados. Si tenemos en cuenta los datos de España, que a finales de 2016 había acogido a 898 refugiados de los 16.000 a los que se había comprometido un año antes, la premisa parece cierta. Ahora bien, lo único que “los populismos” han intentado vapulear en la calle es precisamente el incumplimiento de lo acordado.
En cualquier caso, les ciega el énfasis por mostrar una Comisión Europea intachable a la que nadie hace caso, hasta el punto de dejar fuera del análisis algo publicado el mismo día en su propia portada:
De hecho, lo que pide la Comisión es expulsar a todos los migrantes en situación irregular. La cifra que barajan sería de más de un millón, pero no tiene en cuenta a todos los que no han solicitado asilo. Añadiéndoles, podría ser muy superior, pero no lo tienen claro.
En otras cosas sí se muestran más precisos: las estancias en los centros de internamiento de extranjeros (CIE), que suponen la privación de libertad sin haber cometido delito alguno, deben ampliarse hasta los 18 meses porque los límites que marcan los Estados no son suficientes para llevar a cabo la expulsión.
Además, la Comisión solicita a los Estados que empiecen a meter menores en estos centros, de no haber otras medidas “menos coercitivas” a mano. Para tan nobles propósitos, teniendo en cuenta que Europa vive un momento de “fuerte presión de llegadas”, se fija un presupuesto de 200 millones de euros.
Todo esto, resume la información publicada por El País, el mismo día que el editorial Qué Europa queremos definía a la Comisión como el adalid de las “políticas comunes necesarias”. La omisión de estas iniciativas llama la atención por el tono y la coincidencia temporal, pero no sólo por eso.
Durante el último mes la cabecera de PRISA ha publicado cinco editoriales contra Trump. En todos ellos aparece como una de las mayores preocupaciones del diario la intención del presidente estadounidense de expulsar a tres millones de inmigrantes del país. Sin ir más lejos, una semana antes de publicar lo aquí comentado, El País hablaba en La obsesión de Trump de “convertir a EE UU en un territorio de caza al inmigrante en situación irregular”.