Opinión
Los huevos de la serpiente

La victoria de Fratelli d'Italia supone una amenaza para todos los pueblos europeos.
Giorgia Meloni Mitin Vox - 1
Santiago Abascal junto a Giorgia Meloni.
Pablo Elorduy
26 sep 2022 12:21

No existe el cuanto peor mejor si tu vida depende de que no te golpeen, que no te insulten, que no te esclavicen o te maten por lo que eres, por lo que quieres ser. 

Así que las noticias que vienen de Italia son nefastas, sin matices posibles. 

La llegada del fascismo a Italia no sirve para enmendar al neoliberalismo y su lógica de exclusión y desigualdad es, por el contrario, una extensión de ese programa hacia su lógica más cruel. 

Los poderosos de Italia no perdieron ayer, la bolsa de Milán ha saludado con subidas la victoria de Giorgia Meloni en las elecciones generales del 25 de septiembre. Como hace cien años, una parte de la oligarquía se abraza al fascismo. Hoy, la periodista de RTVE Anna Bosch refería un comentario escuchado en la radio pública italiana: “Soy hombre y estoy bien integrado, no temo que volvamos al fascismo. Sí tendría miedo, si fuera mujer, homosexual, negro o inmigrante”.

La historia no se repite, es cierto. Las circunstancias han cambiado desde la Marcha sobre Roma. Meloni encuentra una sociedad más disciplinada allí donde Mussolini encontró un país dominado por el movimiento obrero. Encuentra también un Estado más fuerte, aunque su rumbo sea errático y convulso. Hoy es más difícil asaltar el poder como hicieron las milicias fascistas en 1922. Pero el sentido común de la extrema derecha sigue filtrándose en la conversación política europea y sigue amenazando a quienes no son sus sujetos privilegiados.

Extrema derecha
Opinión Italia, año cero
A las crisis cíclicas y de difícil explicación hasta para la propia ciudadanía italiana, se suman los formateos políticos que el sistema sufre en cada elección desde hace más de una década.


El retroceso que ha vivido Italia en las últimas décadas en materia de derechos sociales, la persecución del movimiento LGTBIQ+, la cruzada contra el feminismo que ha encarnado la candidata de Fratelli d’Italia, el odio volcado hacia la población migrante, son nuevas encarnaciones de la violencia con la que los fascios impusieron la dictadura de Mussolini.

La incapacidad de los partidos de la izquierda, especialmente el Partido Democrático, para confrontar esos discursos de odio, contemporizar con la expansión del racismo y entender que el antifascismo en el siglo XXI debe partir desde la diversidad y nutrirse de las experiencias postcoloniales para ser realmente útil, ha llevado a ese espacio a perder siete millones de votos.

Pero la victoria de los herederos del Movimiento Social Italiano ayer no es una consecuencia de los errores de la izquierda, es una victoria de los discursos de odio. La victoria de Giorgia Meloni es la victoria del odio, que se ha extendido en toda Europa como una falsa solución a la incertidumbre, a la crisis de época en la que están inmersas las sociedades europeas.

La realidad es que el espacio de la derecha se ha radicalizado pero no ha crecido. Giorgia Meloni ha vencido en el norte, se ha comido los votos de la Lega de Salvini. Ha acabado también con Forza Italia, el partido de Berlusconi. Pero Meloni ya formó parte de un Gobierno con el propio Berlusconi, y lo que fue un día su partido, llamado entonces Alianza Nacional, formó parte del Gobierno con el que el dueño de Telecinco y Cuatro —del imperio mediático de Mediaset— comenzó a desmantelar la cultura democrática antifascista italiana. 

Lamentablemente, seguiremos escuchando que se requieren más poderes para una figura fuerte que dirija a las poblaciones a través de la espesura del cambio de época en el que estamos. Tras unas elecciones con la menor participación en siete décadas, los discursos que pretenden incrementar las potestades de líderes cada vez menos legitimados, acarrean el peligro, intencionadamente o no, de allanar los pasos para el derrumbe de las democracias liberales. Que no son perfectas, pero son preferibles a todos los gobiernos despóticos.

Es un día de noticias nefastas, también un día para seguir trabajando en los movimientos, sindicatos y organizaciones que confrontan al fascismo en la calle, durante todos los periodos entre elecciones. Que son conscientes del peligro que tiene su asimilación, los discursos que lo relativizan, los medios de comunicación que los amparan. Por eso, es importante seguir construyendo el antifascismo del siglo XXI, que será sin fronteras o no será. 

Hoy las compañeras de la Librería Mujeres y Compañía de Madrid, extraían una cita de Tres Guineas, de Virginia Woolf, que dice ¿Qué derecho tenemos a vociferar nuestros ideales de libertad y justicia ante otros países, cuando en nuestros periódicos más respetables encontramos cada día de la semana los huevos de esa misma serpiente? 

Evitemos, pues, enmendar la plana al pueblo, a la izquierda italiana, y pongámonos a su lado en esta jornada triste. No hay tiempo que perder para la construcción de una Europa antifascista, democrática y libre.

Arquivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sin ceder en la potencia
No es solo que nos resulte más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo; también nos cuesta menos imaginarnos el fin del mundo que una sociedad sencillamente mejor.
Educación
Opinión Voces desde el aula: la huelga asturiana como grito por la educación pública
Hace una semana se desconvocó la huelga de Educación en Asturias y el silencio volvió. Nos callaron con un caramelo que se deshace en la boca, con palabras bonitas y promesas de un futuro mejor
Opinión
Opinión Diez alternativas a la seguridad militarizada
Con motivo de la cumbre de la OTAN del 24 y 25 de junio, organizaciones sociales, ecologistas, sindicales y políticas de distintos territorios del Estado español convocan viernes y sábado en Madrid la Conferencia por la Paz y contra el Rearme.
Acaido
26/9/2022 15:32

Vox amenazado por las mujeres musulmanas que abandonan el fundamentalismo religioso dejándoles solos con sus fanatismos,
berrinches y patrañas.

0
0
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.