Opinión
Prohibamos las nevadas... ¡por incívicas!

Las manos se te quedan congeladas, pero ¿quién no se ha visto tentada esta semana de tirar una bola de nieve?

Nevada
Tres mujeres pasean bajo la nieve. Álvaro Minguito
3 mar 2018 11:40

Quizá todavía no seamos conscientes, pero esta semana hemos roto con la ciudad individualizada. Sin darnos cuenta. Pero de forma masiva, alegre. ¿Cómo lo hicimos? Pues porqué, gracias a la nieve, volvimos a jugar en la calle. Paseaba por el parque de mi ciudad (pon aquí el nombre de la tuya) y veía jubilados haciéndose selfies, adolescentes cambiando el porro del recreo por el trineo y clases enteras de escolares aprovechando para llenar de nieve a su profesora.

Así que la nevada fue como una Máquina del Tiempo que nos hubiera teletransportado hasta la niñez: Nos despertamos bien temprano para descubrir los tejados nevados que se ven por entre las ventanas... ¡Y yo al menos corrí por el pasillo de casa, dando saltitos, como si tuviera cinco años!

Ver la nieve nos ejuveneció hasta la niñez. Y al hacerlo, nos comportamos como las niñas y niños que un día fuimos. ¿Y que es lo que hacen? Pues dar uso del Espacio Público de forma espontánea. Corriendo de aquí allá; perdiendo la vergüenza al qué dirán de nosotras; saltando con las katiuscas encima de charcos, escribiendo nuestro nombre en la nieve, gritando, alterando la rutina, interactuando con desconocidos, siendo amable con quien tienes al lado o quizás peleándonos con él, pero sintiéndote parte de una colectividad que experimenta lo mismo a la vez. Euforia o desazón, tanto es: En la cultura infantil de calle, aquello que importa es que sea comunitario.

Y ahora os preguntareis: ¿Acaso no se puede hacer lo mismo cualquier día? Con matices, diría. Para empezar, la lógica laboral (horas extra, desplazamiento a otras ciudades) no nos permite demasiadas horas para la vida en la calle. Y si lo haces, te sientes mal: la lógica productivista dice que hay que llenar el tiempo. Así que No-Hacer-Nada parece un problema, cuando realmente es una inversión.

En segundo lugar, si eres mujer, tienes todos los números para tener que responsabilizarte de las tareas de cuidados y sostenimiento de la vida (como lo es el trabajos doméstico y la atención a mayores y infancia). El patriarcado aprieta, ¡aunque la semana que viene hay huelga feminista!

En tercer lugar, la lógica tecnológica nos ha dejado encerrados en casa: No nos hace falta salir para poder hablar con los amigos (tenemos WhatsApp), ni levantarnos del sofá para consumir entretenimiento (pagamos por Netflix y la Xbox). Pero todavía más: nos ha individualizado. Y cada vez hacemos menos actividades con la cuadrilla (o pandilla, o grupo, o troupe...). Aun así, quizá encontremos un equilibrio: aprovechar las nuevas tecnologías, pero sin perder la calle como espacio de juego y socialización.

Finalmente, la actual lógica urbanística tampoco fomenta un espacio público vivo y activo. En nombre del civismo, todavía hoy en día tenemos carteles que dicen “prohibido jugar a pelota” en plazas y parques. Bajo un supuesto llamamiento al civismo, todavía hoy en día tenemos partidos que exigen retirar pegatinas o carteles reivindicativos del mobiliario urbano.

Pero no queremos un espacio público estrechamente regulado y punitivo, que busque uniformizar las conductas de las personas. Cómo dice Manuel Delgado, miembro del Observatorio de Antropología del Conflicto Urbano, “el Espacio Público de calidad es aquel del cual la ciudadanía se reapropia, apostando para darle un valor de uso (y no de cambio)”.

Por eso, lo que toca ahora es revisar las ordenanzas de “civismo” y anular las políticas anti-ciudadanas que nos han ido perpetrando. Al mismo tiempo, tenemos un reto: romper con el urbanismo de cemento. Y se puede hacer a coste mínimo, por ejemplo, pintando el asfalto con elementos decorativos infantiles, instalar más jardineras y fuentes de agua, bancos para descansar (pero de más de tres plazas, ya que los los individuales fueron diseñados únicamente para evitar con personas sin hogar puedan dormir en ellos), cerrar calles al tráfico de coches...

En fin, diseñar calles para potenciar la vida en comunidad. Y así no tener que esperar hasta la próxima nevada para salir de nuevo a las plazas y re-apropiarnos del espacio público. Aunque al ritmo que vamos, quizá antes hayamos prohibido las nevadas en nuestras ciudades.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Opinión
Opinión La impunidad machista de dar voz a un feminicida
‘El odio’ no es periodismo ni literatura, es violencia pretendidamente enmascarada bajo adjetivos altisonantes y referencias literarias que solo usan los egocéntricos para esconder sus carencias, es el orgullo del indocumentado.
Opinión
Opinión Los discursos belicistas matan
Debemos recordar que los lobbies armamentísticos siempre han encontrado en el temor y la inseguridad un motor de expansión económica.
Esther
14/3/2018 11:22

Y que delicia despertarse con unos sonidos inusuales: el vocerio infantil y los alegres chillidos y risas de los estudi tes. Si. Parecía otra ciudad.

0
0
Fernando llorente
4/3/2018 14:55

Muy bueno. Gracies. Eskerrik

0
0
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.

Últimas

Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar llegan a un acuerdo para que el SMI no tribute el IRPF
Pese a adelantar la ministra de Trabajo que se habían roto las negociaciones, finalmente las personas que cobren el salario mínimo no tendrán que declarar en 2025.
Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.
Más noticias
Notas a pie de página
Notas a pie de página Mansiones encantadas y casas sin cocina
La casa encantada como símbolo de la opresión del espacio doméstico recorre la literatura de muchas escritoras. Pero hubo un tiempo en el que algunas feministas trataron de imaginar otro hogar posible, en el que se liberase el trabajo doméstico.
Economía
Análisis Europa, ¿última defensora del liberalismo o cómplice de un orden fracasado?
El peligro no proviene únicamente de líderes externos “autoritarios”, sino de la erosión interna de la democracia bajo un sistema que pone al mercado por encima de la gente.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid El taxi advierte de que las nuevas licencias a Cabify van a “reventar el mercado”
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid da la razón a las plataformas de VTC y obliga a la Comunidad de Madrid a concederles más de 2500 nuevas licencias en la comunidad.
Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.

Recomendadas

Contaminación
Contaminación Un municipio galego demanda á Xunta pola contaminación do encoro das Conchas
A veciñanza das Conchas, na comarca da Limia, leva á Xunta ao Tribunal Superior de Xustiza de Galicia pola contaminación provocada debido á cría intensiva de gando porcino e avícola.
América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.