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Opinión
¿Cómo sería un kit de supervivencia de no violencia alternativo al de la UE?

A finales de marzo de 2025 la Unión Europea (UE) publicitaba la necesidad de que las y los europees dispusiesen de un kit de supervivencia de cara a desastres naturales o guerras. La noticia contribuye a crear miedo en la población en el marco de un posible ataque de Rusia a algún país europeo. Así se contribuye a crear la tensión necesaria para que la población acepte el plan ReARM Europe y una nueva vuelta de tuerca a la militarización de los conflictos internacionales. Se aboga por un kit de supervivencia que valdría para 3 ó 5 días. ¿Y luego? ¿Ya habrían solucionado el conflicto nuestros jerarcas? Posiblemente no.
El kit de la UE es individual y con él hacen una llamada al individualismo, a que cada cual se busque la vida por su cuenta con una navajilla y unos litros de agua. Luego nos tocaría volver a lo que somos como especie: un ser social y colaborativo. Sería ésta nuestra única garantía de supervivencia real, la colaboración y la no violencia.
¿No sería más útil un kit no violento y solidario en el que mirásemos a nuestro alrededor para apuntar con boli y papel qué personas de nuestro entorno necesitarían ayuda (ancianos, niños, parados, emigrantes, familias con necesidades, …) para saber qué tendríamos (mejor, qué tenemos) que hacer en caso de necesidad? Porque las necesidades de colaboración no surgirían de la nada el día de la catástrofe o el inicio de la guerra, las necesidades de colaboración ya existen en nuestro entorno más cercano y son graves, en muchos casos. Por ello patrocinamos introducir la no violencia en el kit de supervivencia. Dos son las razones fundamentales: la ética y la eficacia.
La ética noviolenta
Estamos hartos de ver a qué nos lleva la utilización del militarismo y la guerra en los conflictos: países destruidos hasta las ruinas; sociedades que se hunden en el Medievo en el nivel de desarrollo de los servicios sociales y las infraestructuras; enquistamiento de las causas de las guerras sin resolver, ni siquiera abordar, ninguno de los factores que las originan; ciclos armamentísticos infinitos que tan sólo contribuyen a empobrecernos socialmente.
Y sobre todo, la falta de ética en los gobernantes, los políticos, los académicos y los medios de comunicación de masas tradicionales. La falta de ética que hace que prefiramos la muerte de miles ante la negociación; que nos instala en el paradigma de dominación-violencia como la única interpretación y actuar en la política internacional.
La no violencia y su ética son la alternativa radical a este sistema y la frase que mejor lo define la pronunció Gandhi: la paz está en los métodos como el árbol en la semilla
El dogma dominante en el mundo de las relaciones internacionales es el “realismo”, la doctrina imperante que se permite el lujo de no entrar siquiera en las consideraciones éticas de los conflictos internacionales porque admite, de buena gana, que las relaciones internacionales han de ser llevadas a cabo por el mecanismo de la guerra.
La no violencia y su ética son la alternativa radical a este sistema y la frase que mejor lo define la pronunció Gandhi: la paz está en los métodos como el árbol en la semilla. La paz no es el objetivo, es el método de trabajo en los conflictos internacionales, la paz es la esencia de la ética como lo explica el paradigma de cooperación-no violencia.
La eficacia de la noviolencia
Por otro lado, E. Chenoweth y M. Stephan, en su libro Why Civil Resistence Works. The Strategic Logic of Nonviolent Conflict (2011), demostraron con un estudio internacional de 459 casos que cada vez es más habitual el uso de campañas no violentas, superando por mucho a las violentas y que las campañas noviolentas son mucho más eficaces que la violentas, en una proporción de más de 2 a 1.

Seguramente, si nuestro entorno sobrevive mejor al día a día de esta época “sin guerras” en España, tendremos más probabilidades de supervivencia en una catástrofe o guerra. Para ello deberíamos ir apuntando con qué ONG (y no con ejércitos) podríamos colaborar para defender lo que realmente nos interesa: educación, salud, medio ambiente, cuidados…, etc.

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Si pones a los pueblos a dialogar, por ejemplo, a los pueblos ucraniano y ruso, aunque sin duda encontrarás a muchos "patriotas" decididos a "destruir al enemigo", mayoritariamente lo que encontrarás en los pueblos, será deseos de paz y negociación. Como eso no interesa a los oligarcas occidentales, éstos tienden a ningunear a los pueblos, tratarlos como a menores de edad, y desarrollar políticas que reduzcan el poder del pueblo y blinden a los halcones. Democratizar de manera real, aumenta las posibilidades de paz, y des-democratizar, las de guerra.
Gracias, pero echo de menos una mayor profundización en la temática, con ejemplos concretos, actores relevantes, etc...Saludos!