Opinión
La tecla que te cura

En el comienzo de todo, escribimos para aprender, para pasar de fase, para empezar a entender un mundo codificado e inexpugnable, de no ser por las primeras escrituras y los libros.
Máquina de escribir Hispano Olivetti
Máquina de escribir hispano olivetti Álvaro Minguito

Habíamos quedado en lunes y la noche se nos echó encima, como si fuera sábado y estuviera permitido trasnochar, pero costaba irse ahora que estábamos hablando justo de lo importante. De la escritura. En la tele, el informativo de la hora de cenar martilleaba con la proximidad de una investidura fallida, con el mal —o buen— resultado del último derbi y con las consecuencias de una nueva subida de tipos de interés que a todos los propietarios ahogaba. Por suerte, no era nuestro caso y nos sobraba calderilla.

No estábamos en la redacción ni teníamos los ordenadores delante, así que nuestros ojos solo brillaban por la iluminación de las calles. Estábamos en la barra de un bar detrás del Retiro hablando de por qué escribir y qué pasa cuando no lo haces. Escribir porque te cura; escribir en busca de desahogo; escribir para que por lo menos algo en este mundo quede bonito.

Por un momento, no pensábamos en noticias ni en enfoques y aquello era muy raro porque desde por la mañana hasta por la noche casi toda nuestra realidad tenía que ver con la cita que marcaban las señales horarias, con la última hora más rocambolesca o con la exclusiva de un colega que tiene mejores fuentes y mucha mejor cara que tú. Aunque me había levantado a eso de las diez, tenía unas ojeras horrorosas. Todos las teníamos. Además, en los días importantes, yo había desarrollado una predisposición casi mágica para que me salieran dos enormes granos de acné en la frente o en la barbilla. “¡Que tengo 34 años, joder! ¿Qué pasa con estos cráteres?”. Y nadie contestaba, porque la rugosidad de mi cara no era una gran novedad y porque casi todos teníamos al menos uno o dos defectos que nos perseguían por los callejones oscuros al volver a casa. Con la edad, los defectos en nuestro físico iban dando menos miedo, pero era difícil ignorarlos.

La charla era inspiradora y trascendente. Tenía algo de garaje deprimente y, por un momento, pensé en escribir un poemario o en grabarme por la noche con el móvil para iniciar ese podcast oscuro con sabor a Lovecraft. Pero esa noche, al llegar a casa me puse el pijama raído de entretiempo, porque en Madrid, durante las noches de septiembre, no hace calor ni frío, y cuesta encontrar el atuendo perfecto con el que poder dormir.

¿Por qué escribir? ¿Para qué darle a la tecla si no era para ganarse el pan o el respeto tras una nueva exclusiva? ¿Por qué lo hacía desde niña y lo seguía haciendo ahora?

¿Por qué escribir? ¿Para qué darle a la tecla si no era para ganarse el pan o el respeto tras una nueva exclusiva? ¿Por qué lo hacía desde niña y lo seguía haciendo ahora? En el comienzo de todo, escribimos para aprender, para pasar de fase, para empezar a entender un mundo codificado e inexpugnable, de no ser por las primeras escrituras y los libros. Poco después, para aprobar exámenes, para mandar cartas y mensajes, para atesorar nuestros recuerdos. El otro día una amiga contaba que escribir era vivir dos veces por un diario que se encontró. Escribir para recordar una parte de nosotros y de los que nos rodean, nos quieren y nos odian.

¿Pero qué había de seguro en la idea de escribir para encontrarse bien? “A mí, escribir me salva muchas tardes”, me dijo otro amigo, que suele buscar en las letras salir de la oscuridad y compartir sus descripciones y pensamientos. La tecla que todo lo cura la tengo delante de mí en estos momentos, justo en el centro de mi ordenador portátil, que me costó un buen dinero, pero que ayuda tanto como un terapeuta.

Escribir para que todo duela un poco menos y podamos encontrarnos en los cuentos y en los blogs antiguos, que nos dan un poco de vergüenza y, a pesar de todo, seguimos alimentando con palabras

Escribir para sanar, para tener un objetivo, para demostrar que aún sabes hacerlo, aunque todo se haya puesto del revés y los lunes tengamos que quedar y vernos porque la semana se pone fea sin tinta y sin palabras. Escribir para que todo duela un poco menos y podamos encontrarnos en los cuentos y en los blogs antiguos, que nos dan un poco de vergüenza y, a pesar de todo, seguimos alimentando con palabras.

Arquivado en: Literatura Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
Opinión
Discriminación Se sigue negando el subdidio de desempleo a empleadas del hogar de más de 52 años
Aunque el derecho a la prestación se reconociera en 2022, su no aplicación retroactiva hace que ninguna empleada del hogar podrá cobrarlo hasta 2028.
Opinión
Genocidio Matanzas de Gaza y bloqueo a los productos israelíes
¿Por qué la UE no se planta contundentemente contra el genocidio de Gaza? Lo que hoy es “un problema palestino” mañana será sin duda un problema europeo.
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.

Últimas

AGANTRO
Agantro Tatuaxe: terapia e tendencia
Da marxinación á moda, o carácter simbólico e ritual da tatuaxe atópase actualmente erosionado polas dinámicas capitalistas.
Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.
Gasto militar
Gasto militar “No nos resignamos a la guerra”: 70 organizaciones rechazan la deriva militarista de la UE y el Gobierno
Más de 70 organizaciones y personalidades de la cultura y el activismo firman un manifiesto que rechaza la escalada belicista y el rearme frente a una posible agresión rusa.
Palestina
Cisjordania Hamdan Ballal, codirector de ‘No other land’, agredido por colonos israelíes
Según los testigos que presenciaron el ataque, el cineasta está herido. Poco antes de las 14h el codirector de la cinta ha anunciado que Ballal ha sido puesto en libertad.
Minería
Minería estratégica en Extremadura La Comisión Europea declara “estratégicos” tres proyectos mineros en Extremadura
Las Navas (Cañaveral), Aguablanca (Monesterio) y La Parrilla (Almoharín) obtendrán financiación, verán facilitados sus procesos de tramitación y se beneficiarán de plazos más reducidos. La mina de Valdeflores no es considerada estratégica.
Más noticias
Obituario
Obituario Jesús Santos, el basurero que se ganó el corazón de Alcorcón
Alcorconero de toda la vida, teniente alcalde, activista social y sindicalista, Jesús Santos hizo que aquellos que le acompañaron en su camino se ilusionaran por la política.
Israel
Genocidio Mercadona vende tampones y patatas procedentes de Israel
En 2024 se produjo una reducción de las importaciones de tampones y patatas israelíes. Mercadona es una de las plataformas que trabajan con estos productos.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Milleiros de persoas enchen A Pobra do Caramiñal para berrar contra a celulosa de Altri e a mina de Touro
Unha grande multitude por terra e centos de embarcacións por mar esíxenlle ao Goberno de Alfonso Rueda que “recúe” ante o potencial desastre ambiental que sobrevoa Galiza.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.