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En la época de la Inteligencia Artificial, de la intercomunicación global instantánea y en tiempo real, de las redes, ¿no hay forma de establecer la verdad de las cosas? ¿No es suficiente con los videos, con los informes, con los testimonios? También es cierto que son tiempos de fake news ¿Seremos capaces de neutralizar, de enfrentar, el ataque ininterrumpido y feroz contra la razón, contra la capacidad que tenemos los seres humanos para razonar y discernir sobre la realidad?
Circulan cientos de videos sobre la destrucción y las matanzas en Gaza, algunos gobiernos han iniciado juicios al más alto nivel internacional contra el genocidio. Además las cifras de muertos no se discuten, ni están en duda las denuncias de muerte de infantes, de bebés, de personas ancianas. No se discute el arrasamiento de viviendas, escuelas, hospitales. No está en duda que no se puede equiparar la capacidad de fuego del ejército israelí frente al armamento infinitamente inferior de la resistencia palestina. Y podemos seguir. Sin embargo nos preguntamos ¿Cómo se logra instalar el discurso del genocida? ¿Cómo se puede creer en la falacia de que el colonizador se defiende del colonizado?
Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Una de las explicaciones es que se ha impuesto desde hace muchos años el discurso del “derecho” a existir del Estado de Israel. Se suma a ello la eterna presentación de los judíos como únicas y exclusivas víctimas del holocausto. Otra explicación es la capacidad y la experiencia de los medios para tergiversar la verdad. También nos hablan de los intereses políticos y económicos de gobiernos que presionan sobre otros para que hagan la vista gorda sobre el genocidio y la “necesidad” de mentir para evitar ser considerados antisemitas.
Tenemos que discutir cómo batallamos contra estas argumentaciones. Pero nosotros, los pueblos, las organizaciones populares, tenemos, fundamentalmente, que definir como legitimamos la resistencia y la lucha palestina mientras desacreditamos la afrenta a la humanidad que significa el genocidio.
A las acciones de resistencia popular se las denomina terroristas con el objetivo de confundir y, al mismo tiempo, se desdibuja al terrorismo de estado
Porque acá no se trata sólo de un territorio llamado Palestina, se trata de la humanidad toda. Las mujeres y hombres que viven en esos territorios son seres humanos degradados sin piedad por las ambiciones desmedidas de un grupo social que no se le ha ocurrido nada mejor que echar a un pueblo, masacrarlo si no se iban, y establecer la limpieza étnica como método para lograr un Estado Judío puro, libre de no-judíos.
Evidentemente se ha impuesto una terminología que, a partir de la misma, se justifican acciones, consecuencias, que en otros momentos no se hubiesen tolerado.
Hablar de terrorismo autoriza y avala las represalias más aberrantes. En primer lugar se ha distorsionado el significado de terrorismo, al punto tal que se producen determinadas acciones de resistencia popular que se las denominan terroristas con el objetivo de confundir y, al mismo tiempo, se desdibuja al terrorismo de estado justificando dichas represiones.
Por otro lado y para confundir más aún se tilda de actos terroristas algunas acciones que son delitos comunes, para generar un clima que facilite la militarización de zonas y países enteros. ¿Cómo se puede confundir a la población determinando que una acción delictiva común es un acto terrorista? Simple: se ha tergiversado el término terrorismo ¿Para qué? Precisamente para que puedan actuar con total impunidad las mal llamadas “fuerzas del orden” contra opositores, contra quienes difunden ideas contrarias a los gobiernos de turno. De esta manera, al tratarlos de terroristas, generan temor en las filas opositoras, y pueden seguir dominando sin mayores problemas.
Mientras el sionismo trata de destruir cualquier posibilidad de retorno de palestinos, el imperialismo y sus secuaces (Unión Europea y algunos gobiernos títeres de los todo el mundo) trabajan para evitar que la opinión pública se ponga a favor de los palestinos. Todo palestino o palestina es “terrorista”, ergo, no tiene derechos y debe ser abatido o, por lo menos, encarcelado.
Se determina que cualquier organización que se solidariza con el pueblo palestino es terrorista. Los medios no investigan ni verifican hasta qué punto esa afirmación es válida. Si hay una manifestación planificada por dicha organización, es pasible de condena y ello es aceptable para un sector de la población que aún no tomó conciencia de que se manipuló la información y se creó dicho terrorismo para acallar a opositores.
El anticolonialismo, el anticapitalismo, el anti extractivismo, pueden ser catalogados como terrorismo
Se impuso la falacia que ser antisionista es sinónimo de antisemita. Con un agravante nuevo: antisemita es igual a terrorista. Estamos ante la presencia de una escalada sin precedentes para acallar a quienes se enfrentan al imperialismo, en cualquiera de sus formas. El anticolonialismo, el anticapitalismo, el anti extractivismo, pueden ser catalogados como terrorismo.
Debemos avanzar con estas definiciones con mucha claridad e ir al encuentro de los pueblos. Sólo en la medida que se comprenda lo que está sucediendo, en la medida que se construya una propaganda que llegue masivamente a la gente, pero que atrape el corazón de la gente, se logrará neutralizar la campaña imperialista contra los pueblos.
Lenguaje claro, directo y contundente. Al pan, pan y al vino, vino, dice el refrán. El sionismo es fascismo. No hay forma de explicar el genocidio sionista. Y quienes lo justifican son cómplices. No hay posiciones intermedias en este tema. Oposición o aprobación de la matanza del pueblo palestino. A favor o en contra de la humanidad. En el medio, es peor que la nada misma, porque se favorece por inacción a la limpieza étnica.
Es imperioso aislar al Estado de Israel, debilitarlo en las relaciones diplomáticas y comerciales. Sólo de esta manera se podrá frenar al ente sionista y generar las condiciones de posibilidad de liberar a toda Palestina, del Río al Mar.
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Efectivamente, hay que ser muy nihilinista, cruel, malvado o racista para no indignarse y condenar una aniquilacion sistemática lenta (antes) o brutal (ahora) de Palestina y los palestinos, que tan cruda y despiadada se nos presenta.
El pasividad cómplice de Europa no tiene disculpa.