Opinión
Hacia una nueva concepción de lo político en Ecuador

Claves para entender la coyuntura nacional post electoral y el futuro de la izquierda ecuatoriana.
Guayaquil - 1
Miembros del ejercito ecuatoriano ingresan a la Zonal 8, cárcel de donde escapó “Fito”, en Guayaquil, Ecuador, 7 de enero de 2024.
29 may 2025 06:00

El pasado 24 de mayo tuvo lugar la posesión de Daniel Noboa Azín como presidente de Ecuador asegurando, pese a las impugnaciones presentadas por la Revolución Ciudadana, el giro neoliberal en Ecuador hasta el año 2029. La ceremonia tuvo lugar en la Asamblea Nacional como es costumbre y estuvo marcada por importantes ausencias.

Por un lado, de las más de 90 delegaciones que asistieron al evento tan sólo dos jefes de Estado estuvieron presentes, y por el otro, horas antes de la posesión presidencial la bancada de la Revolución Ciudadana comunicó su decisión de no asistir a la misma a causa de las sospechas de fraude que todavía pesan sobre el proceso electoral del pasado 13 de abril.

El año 2025, con más de 3.000 asesinatos intencionales entre enero y abril, se perfila a convertirse en el año más sangriento registrado hasta el momento

Noboa, fiel a su estilo, fue breve en su discurso, prometiendo más seguridad al igual que lo hizo en su pasada investidura y comprometiéndose a reactivar la economía. Lo cierto es que el año 2025, con más de 3.000 asesinatos intencionales entre enero y abril, se perfila a convertirse en el año más sangriento registrado hasta el momento. Por su parte, la economía no ha dado señales de recuperación desde la primera investidura de Noboa y tras una contracción de más de 2% en 2024, la situación en este 2025 no augura mejoras sustanciales para solventar los déficits de inversión social que necesita el país.

Mientras tanto, la izquierda social y política del país sigue sin encontrar la estrategia que le permita llegar nuevamente al Palacio de Carondelet, lugar que ocupó ininterrumpidamente entre el periodo 2006-2017 bajo el mando de Rafael Correa. Una vez ratificada la victoria de Noboa por parte del Consejo Nacional Electoral, es momento de reflexionar sobre las bases mismas sobre las que se construye lo político en el Ecuador, país con altos niveles de polarización donde la inseguridad, la corrupción y los escándalos ocupan los principales titulares de los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros 

Quizás la izquierda ecuatoriana no se ha parado a pensar en los nuevos códigos que rigen el sistema político nacional y que también pueden vislumbrarse en otros países de la región. Entre recuerdos nostálgicos del pasado, discursos desgastados, alianzas superficiales e improvisaciones, la izquierda ecuatoriana encabezada por la Revolución Ciudadana camina sin un norte claro, acumulando derrota tras derrota y con un futuro incierto.

La izquierda social y política del país sigue sin encontrar la estrategia que le permita llegar nuevamente al Palacio de Carondelet, lugar que ocupó ininterrumpidamente entre el periodo 2006-2017

Lo cierto es que, luego del fervor electoral de los últimos años y la inestabilidad política generada tras la muerte cruzada decretada por parte del expresidente Guillermo Lasso cuando decidió disolver el poder legislativo y ejecutivo dando paso a unas nuevas elecciones generales, es momento de pensar en la coyuntura actual, dejando de lado recetas preconcebidas, estrategias comunicaciones anticuadas y ejes programáticos desgastados. Cómo entender lo político en el Ecuador es la primera y más urgente tarea del ala progresista, indigenista y social del país.

La primera clave es regional. La bukelización de la política y el efecto Milei son dos fenómenos que describen perfectamente la nueva coyuntura regional. El antistablishment y lo políticamente incorrecto han sido invadidos por la derecha reaccionaria regional. La izquierda, hoy en día, ya no controla los discursos revolucionarios, transformadores y desafiantes de principios de siglo. Por el contrario, parece que la izquierda regional, así como lo hizo la socialdemocracia europea, se ha visto obligada a adoptar claves discursivas de la derecha.

El securitismo, el acercamiento a los Estados Unidos, el mayor control de las fronteras gracias al diseño de una política anti migratoria más severa promovida por la administración Trump y la infaltable deslegitimación del gobierno venezolano son actualmente puntos comunes en el espectro político regional. Cada uno de ellos representa una victoria de la derecha, son ellos sus principales propulsores, y son ellos y los medios de comunicación los que han obligado a construir estos grandes acuerdos, donde la única perdedora es la izquierda social y política, incapaz de influir y posicionar sus propuestas en las prioridades regionales.

La segunda clave es ideológica. El clivaje izquierda-derecha parece haber mutado hacia un modelo difuso que combina nuevos lenguajes y estrategias comunicacionales. El discurso de Daniel Noboa se ha adaptado según las condiciones del escenario político, desde la postura de conciliación de su primera candidatura, pasando por el anticorreísmo más rancio, hasta su incorporación en el eje reaccionario continental que incluyen a Donald Trump, Javier Milei y Nayib Bukele, impulsores de un nuevo securitismo y dogmatismo conservador. Esta mutación de la que hablo no se asemeja a un fin de la historia de corte fukuyamista. Por el contrario, es un nuevo capítulo en la lucha ideológica y en la batalla cultural latinoamericana, que exige renovación, adaptación y pragmatismo. La izquierda ecuatoriana no ha sabido descifrar estos nuevos códigos, permaneciendo en una especie de interregno entre un pasado glorioso y un futuro poco alentador.

El clivaje izquierda-derecha parece haber mutado hacia un modelo difuso que combina nuevos lenguajes y estrategias comunicacionales

La tercera clave son alianzas y cuadros políticos. La izquierda ecuatoriana encabezada por la Revolución Ciudadana es conocida por su arbitrariedad al momento de elegir cuadros políticos. La traición de Lenin Moreno tras su elección como sucesor de Correa fue el punto más álgido de este círculo vicioso que refleja la ruptura de los canales de comunicación entre las bases populares y el buró político de la organización. Tanto Andrés Arauz, candidato presidencial en 2019, como Luisa González, candidata presidencial en 2023 y 2025, son producto de cálculos electorales y racionalidades políticas que, como se puede constatar, no se materializaron en victorias electorales. Así mismo, las alianzas políticas de la Revolución Ciudadana han representado un punto débil de su estrategia política. Su incapacidad de formar un frente amplio de izquierdas junto con el movimiento indígena, en parte por rupturas y fricciones irresueltas del pasado, le ha hecho presa fácil de las campañas millonarias de los candidatos de derecha, así como de las campañas de odio y difamación que se llevan a cabo principalmente desde los medios de comunicación.

Pero no sólo vemos incapacidad al momento de formar alianzas, sino también incoherencias. Raúl Chávez, presidente del Movimiento RETO y principal aliado de la Revolución Ciudadana en las últimas elecciones, es hoy uno de los principales voceros de la “centro izquierda” en el legislativo ecuatoriano. El empresario guayaquileño, cercano al alcalde de Guayaquil Aquiles Álvarez, no es una figura que represente en lo más mínimo al legado histórico de lo que fue Alianza PAÍS —hoy Revolución Ciudadana— e incluso nos hace recordar a esa alianza entre el Correísmo y el partido Avanza, presidido por Ramiro González, hoy acusado por diversos delitos de corrupción en el país. Nuevamente los cálculos políticos se sobrepusieron a los procesos de deliberación interna y principios de horizontalidad característicos de cualquier partido de masas.

La izquierda ecuatoriana encabezada por la Revolución Ciudadana es conocida por su arbitrariedad al momento de elegir cuadros políticos

La cuarta y última clave es la ausencia de un significante vacío para la izquierda. La política ecuatoriana, asediada por el crimen organizado, la corrupción y la improvisación, se encuentra en un callejón sin salida. No existe, tanto en el espectro de la derecha como en la izquierda, un proyecto común capaz de reunir a diversos grupos sociales, como lo fue, por ejemplo, el proyecto constituyente propuesto por Alianza País en su primera campaña electoral. La izquierda ecuatoriana necesita, desde hace varios años ya, un programa transformador, palpable y pragmático capaz de ilusionar y congregar a un país diverso. Por su parte, la derecha es la que más partido saca de las fisuras entre sindicatos, movimientos sociales y partidos políticos de izquierda, asumiendo el papel del mal menor, pero que únicamente se traduce en desinversión social, privatizaciones y reducción de las capacidades estatales.

Ecuador, hace menos de una década bastión del progresismo latinoamericano, es hoy un país totalmente distinto. El lawfare, la corrupción, el nepotismo y la narcopolítica han desmantelado al Estado, dejando al pueblo a su suerte, asediado por la inseguridad y la falta de servicios públicos. Hoy, la migración vuelve a ser un fenómeno central en la realidad ecuatoriana, como lo fue a principios de siglo tras el conocido como Feriado Bancario. El retroceso es palpable en todos los ámbitos. Cortes eléctricos, carencia de medicinas, desempleo, pobreza, crisis carcelaria, destrucción del sistema educativo son sólo algunos de los problemas que vive hoy el país.

No existe un proyecto común capaz de reunir a diversos grupos sociales, como lo fue, por ejemplo, el proyecto constituyente propuesto por Alianza País en su primera campaña electoral

La izquierda, mientras tanto, sigue viviendo un sueño del pasado, anhelando una victoria electoral que permita redirigir la situación política, social y económica. Sin embargo, la comprensión de la nueva coyuntura nacional y regional, así como de las bases mismas de lo político, es la principal tarea de la Revolución Ciudadana y de la izquierda social ecuatoriana. Es momento de reconstruir el movimiento desde sus cimientos, generando liderazgos frescos, alianzas que aporten y sean coherentes, recogiendo las principales necesidades del pueblo para construir un hilo conductor que permita de una vez por todas desmantelar el clivaje correísmo-anticorreísmo. La pérdida de espacios de influencia política, tanto en el ejecutivo como en el legislativo, y la nueva concepción de lo político en el Ecuador obliga a la izquierda social y política a volcar nuevamente su mirada sobre las calles, las plazas, los campos, las periferias, y no tanto en los platós de televisión, los curules legislativos y los juzgados. Parafraseando al expresidente Correa, es imperante que la izquierda experimente un cambio de época, y no simplemente una época de cambios.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

El Salto Radio
EL SALTO RADIO Natalia García Freire: escritora de una generación volcánica
Sexto capítulo de la serie Aleteo sonoro, en el que volamos a los Andes ecuatorianos para conocer la infancia y las motivaciones literarias de la autora.
Ecuador
2ª vuelta elecciones Ecuador post electoral: recetas para estar mejor estando peor
Parte del electorado votó por la derecha, pero están sobre la mesa numerosas evidencias de fraude en las elecciones del pasado 13 de abril.
Ecuador
América Latina Elecciones en Ecuador: Daniel Noboa gana y Luisa González denuncia fraude
A pesar de las alianzas tejidas por el partido de Luisa González, Ecuador se prepara, a partir de hoy, para cuatro años más de neoliberalismo.
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
29/5/2025 7:13

El daño que le ha provocado la derecha al país y su pueblo es brutal, en menos de diez años han aniquilado todos los logros sociales y económicos de la época correista, provocando una desigualdad y poder absoluto del capital extranjero sobre el Ecuador, con si economía puramente primarizada y exportadora.
Si la Revolución Ciudadana quiere regresar al poder, necesita recuperar ese discurso transformador y, ahora sí, unas alianzas claras con el movimiento indígena.

0
0
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.

Últimas

Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.