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País Vasco
'Jeltzale Media' (I): Grupo Noticias ha obtenido 7,5 millones en dinero público de Gobiernos del PNV
Año 2013, edificio de la UPV/EHU en Abandoibarra, junto a la torre Iberdrola. Se celebra el congreso “Retos para la necesaria supervivencia de la prensa en el mundo digital”, organizado por la universidad y el periódico Deia. La inscripción cuesta 70 euros. El evento forma parte de los cursos de verano Kulturbasque. Y en el programa del curso se agolpan diversos 'popes' del mundillo de la comunicación: José María Izquierdo, autor de una implacable columna con los medios conservadores en El País y La Ser, Delia Rodríguez, redactora jefe del Huffington Post, directora de Verne y después editora de Audiencias en Univisión, antes de pasar a la dirección de la Secretaría de Estado de Comunicación, y el difunto Carles Capdevilla, mítico director del diario Ara. Como si fuera un evento al uso entre periodistas, y no de quienes eran cargos políticos en empresas mediáticas, el entonces director del periódico Deia, y actualmente consejero de Cultura del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, señaló en su diatriba ante el “ojo izquierdo” que la supervivencia de la prensa en el mundo digital es un reto del sistema democrático. Este cronista, entonces en segundo curso de la carrera de Periodismo, tomaba nota de la respuesta de Izquierdo: “¡Que se apliquen [el cuento] los gerentes y encuentren soluciones [a la crisis del periodismo]!”.
El último día del curso, uno de esos gerentes tomó la palabra. Javier Andrés, entonces director general de la empresa Editorial Iparraguirre, editora de Deia, tituló su intervención, de modo proustiano, “En busca de los nuevos modelos de negocio”, y se centró en la prensa local vasca. “Todo un reto en un momento en el que la incertidumbre de los mercados no permite planificaciones a medio/largo plazo, pero un momento en que debemos aprovechar nuestra cercanía a los mercados locales para adaptar y mejorar nuestra oferta”, aconsejó ante el auditorio.
Contratos para el periódico del partido
Hordago-El Salto ha accedido a los contratos y subvenciones públicas que Editorial Iparraguirre S.A., y el resto de cabecera del Grupo Noticias han recibido de las administraciones públicas controladas por el Partido Nacionalista Vasco (PNV) desde el año 2011. Esta cifra asciende hasta, al menos, 7,517.622 millones de euros, repartidos en cientos de adjudicaciones, subvenciones y partidas especiales. Es decir, los jeltzales han nutrido con millones de euros de recursos públicos a los medios de comunicación de la empresa Editorial Iparraguirre, junto a otros, con los que existe algo más que una mera afinidad ideológica o una línea editorial cercana al partido. De hecho, el Comité de empresa de Deia reconocía esta misma semana que tras el despido “ideológico” del periodista Luis Miguel Barcenilla, colaborador de este medio, se encontraba la publicación de “artículos periodísticos perjudiciales para los intereses del PNV, partido político plenamente alineado con la línea editorial de Deia”.
El Ayuntamiento de Bilbao ha pagado 3 millones de euros a Editorial Iparraguire para publicar su periódico municipal
Según los datos que aparecen en la Plataforma de contratación de Euskadi, el Gobierno Vasco habría adjudicado casi 578.000 euros a la Editorial Iparraguirre en toda una plétora de campañas de publicidad. Por su parte, el Ayuntamiento de Bilbao, entre otros contratos, ha gastado más de 3 millones en los servicios de edición de su periódico municipal desde 2009, un año antes del estallido de la crisis financiera. Aunque no existen datos públicos sobre el gasto que ha tenido durante cada uno de estos años, esta cifra rondará los 560.000 euros anuales, como reflejan los datos del 2017.
Asimismo, la Diputación de Bizkaia, opaca en grado máximo en relación a la publicación de sus cuentas, también ha estado sosteniendo con dinero público a esta empresa. Destacan las partidas nominativas anuales de 50.000 euros entregadas desde 2011 y de 40.000 euros durante 2019, 2020 y 2021. En los presupuestos de la Diputación Foral de 2013 aparece también una transferencia de 47.000 euros, la misma cantidad que en 2015 o 2016, y muy parecida a los 40.000 euros de 2017. Apenas dos años antes, en 2014, encontramos también un convenio de 75.000 euros bajo el concepto “Aportación en especie (publicidad)”. En total, y a falta de los datos de 2012, la Diputación de Bizkaia ha apoyado con 379.000 euros a la editora de Deia.
El Gobierno Vasco ha concedido un rescate de 1,675 millones para empresas “en crisis” a los medios del Grupo Noticias
Por otro lado, el programa del Gobierno Vasco Bideratu Covid-19, destinado a empresas “en crisis”, ha concedido más de 1,675 millones de euros de anticipos reintegrables a Eusko Media, propietario de la emisora radio Onda Vasca, y también a las sociedades cabecera del Grupo Noticias en cada territorio: Editorial Iparraguirre (Deia), Ediciones Izoria 2004 (Noticias de Álava) y Urgull 2004 (Noticias de Gipuzkoa). Como adelantó Gananzia, se trata de una especie de préstamo sin aval que debe devolverse en cinco años. A este respecto, Eusko Media ha recibido también 306.789 euros de distintas instituciones vascas, así como otros 113.774 euros del Ayuntamiento de Bilbao, que no aparecen recogidos en la plataforma de contratación de Euskadi. Por su parte, Izoria ha recibido 287.856 euros, de los cuales el 40% proceden de Lehendakaritza (103.000 euros). A su vez, Urgull 2004 ha conseguido 439.955 euros a través de 248 contratos públicos. Al parecer, esta podría ser la forma elegida en Euskadi para los rescates de medios de comunicación de la casa que despiden a sus empleados.
Hace pocos días el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró injustificado el ERTE aplicado a los 117 trabajadores del periódico Deia, aceptando así el recurso presentado por el sindicato ELA en representación de la plantilla de Editorial Iparraguirre. La plantilla y la dirección acordaron un ERTE de tres meses a principios de 2020 pero, posteriormente, alegando causas económicas y productivas, la empresa puso encima de la mesa un segundo expediente al que los trabajadores se opusieron.
Tras la pista del dinero público
Al contrario de lo señalado en el congreso organizado por Deia en 2013, la razón de que en este país la legitimidad del periodismo esté en crisis y la esfera pública se desintegre no es internet, sino una estrecha relación entre los medios de comunicación y el poder político jeltzale, una connivencia profundamente implantada en las administraciones vascas. Así, por ejemplo, el Ayuntamiento de Mungia y el peneuvista Ager Izagirre Loroño han entregado 71.996 euros a esta editora en dos contratos idénticos negociados sin publicidad, fechados en el mismo día, para la difusión y comunicación del día a día del Consistorio.
A su vez, el Ayuntamiento de Barakaldo, dirigido por la jeltzale Amaia del Campo Berasategui, ha pagado 71.128 euros para que Editorial Iparraguirre S.A. edite e imprima su periódico municipal en 2020. Antes de llegar al cargo, en 2015, la jefa de prensa de la alcaldesa de este municipio (Tamara De la Rosa) era la “responsable de la información municipal de Barakaldo" de Editorial Iparraguire - Deia Noticias, donde trabajó 14 años.
Más allá de las labores públicas que algunos ayuntamientos han encomendado a Editorial Iparraguirre, las suscripciones al diario Deia también sirven de excusa perfecta para desplazar recursos de toda la ciudadanía hacia esta empresa amiga. Así, por ejemplo, el Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno del Gobierno Vasco gasta cerca de 14.000 euros anuales por 60 suscripciones al Deia, unos 233 euros por cada una, y la Presidencia del Gobierno, dependiente de Lehendakaritza, otros 13.000 euros en ese mismo servicio. Y así hacen también infinidad de ayuntamientos, agencias e institutos gubernamentales con los distintos medios del Grupo Noticias.
Lehendekaritza habría gastado 510.258 euros en todo tipo de espacios publicitarios en los medios del Grupo Noticias
La publicidad y los reportajes pagados también son una constante en el quehacer del periódico Deia, así como una expresión de la línea ideológica que este medio defiende. Así, por ejemplo, BEAZ, sociedad pública de la Diputación Foral de Bizkaia cuyo objetivo es apoyar a las empresas y las personas emprendedoras en su esfuerzo por crear nuevos proyectos, innovar e internacionalizarse, pagó a Deia 12.100 euros en un contrato firmado en 2020 para la redacción del reportaje “Innovación abierta, BIOK”, un artículo de 1.646 palabras. Por su parte, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco destinó 17.569 euros en 2014 para la redacción y publicación de reportajes para la difusión de los servicios de este organismo. En este ratio, destaca también la adjudicación de 19.360 euros a Eusko Media en 2015 para la “Realización de un programa especial de divulgación en radio y prensa sobre la renovación generacional de la Ertzaintza como complemento de socialización del concepto de seguridad al servicio de las personas”. Asimismo, la Semana de la Energía Sostenible en 2017 supuso un contrato de 13.530 euros del Departamento de Desarrollo Económico a Urgull 2004 para la promoción de la actividad medioambiental.
Por su parte, Lehendekaritza, el órgano supremo del Gobierno Vasco y responsable de los asuntos del lehendakari Urkullu, habría gastado 510.258 euros en todo tipo de espacios publicitarios en los medios del Grupo Noticias. Entre otros, por ejemplo, cerca de 20.600 euros en una campaña de publicidad por el empleo y la reactivación en el año 2017.
Fondos y capitalistas fósiles de Deia
En el organigrama de la empresa Editorial Iparraguirre S.A. destaca la presidencia de Oriagas S.L., una compañía suministradora de gas controlada por Jon Iñaki Alzaga Etxeita, presidente no ejecutivo de Nortegas, distribuidora de gas natural y propano, y José Ramón Arriarán Ayestarán, a su vez presidente de Esergui (acrónimo de Estaciones de Servicio de Guipúzcoa). Esta empresa, importadora y distribuidora de productos petrolíferos, es propietaria de un grupo de gasolineras aglutinadas bajo la marca AVIA. Además de la empresa Oriagas, entre los consejeros de la Editorial Iparraguirre se encuentran la Corporación de Medios Editoriales y la Corporación Menar Press S.L. Por último, la auditora de Editorial Iparraguirre es PriceWaterHouseCoopers, una de las grandes consultoras del cártel norte multada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que habría realizado prácticas antijurídicas. Todo queda en Sabin Etxea.
En los últimos años, de acuerdo a los estudios en economía política, la desaceleración industrial de la economía ha sido un factor subyacente para entender la financiarización de las empresas. Editorial Iparraguirre ilustra a la perfección este proceso de cambio de la estructura corporativa de las empresas, especialmente la de un periódico como Deia, que vive del dinero público del PNV y del bolsillo privado de sus votantes. Editorial Iparraguirre ha acumulado pérdidas por valor de 1,283 millones de euros desde 2012 y, entre esta fecha y 2016, la cifra de negocio de la sociedad ha descendido un 16%, pasando de los 13,8 millones de euros hace un lustro a los 11,3 millones de esos años. De ahí, la necesidad de buscar otras soluciones más rentables que la de vender periódicos, cuya única fuente de beneficios es la mejora de la imagen pública del PNV.
Al mismo tiempo, Editorial Iparraguirre es también la administradora única de GLD S.A., un fondo de pensiones que hace las tareas de consultoría de gestión empresarial. La misma función ostenta en Irurok, empresa encargada de la compraventa, adquisición, tenencia y enajenación de valores mobiliarios, fincas rústicas y urbanas. Además, también participa en la empresa Baiprest, especializada en actividades de intermediación en operaciones con valores y otros activos. En esta compañía destacan Fernando Larrondo Magro, como Administrador Solidario, y el ya citado Jon Iñaki Alzaga Etxeita, como apoderado. A su vez, Larrondo es socio único de Baliza Gestoion e Inersil, ente privado especializado en sociedades holding o controladoras. Además, aparece también como administrador de varias productoras de películas y de televisión, e incluso de varias empresas dedicadas al deporte, entre ellas, Pádel Derio.
En cuanto a Baiprest, esta empresa es administradora única de Biderdi Bizkaia 2000, encargada de la adquisición, tenencia y administración de fincas. Si el dinero de los contratos no repercute en los empleados de la Editorial Iparraguirre, que se enfrentan a un ERTE, queda claro que quienes se lucran con los presupuestos públicos son los hombres especuladores de la industria fósil vasca.
Puertas giratorias en Deia
El periodista Bingen Zupiria, uno de los últimos directores de Deia, ejerce actualmente como portavoz y consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco. Zupiria es un hombre fuerte del Partido Nacionalista Vasco, y fiel a sus postulados, que lo mantuvo al frente del periódico para asegurarse de que todos los resortes, tanto ideológicos como culturales, estuvieran intactos.
La puerta giratoria entre Deia y cargos importantes del Gobierno Vasco va más allá de Zupiria. Otro ejemplo es el de Unai Larrea, periodista del Grupo Noticias durante 14 años, que en 2012 se convirtió en jefe de Prensa y Comunicación del Euzkadi Buru Batzar, órgano ejecutivo del PNV, cargo que sigue ocupando en la actualidad.
Entre los puestos más importantes de la empresa Editorial Iparraguirre en la actualidad encontramos a Iñaki González (director de Deia), Juan José Baños (director general de Grupo Noticias) y Alberto Otamendi (director Financiero y responsable de Recursos Humanos). Baños ha desempeñado cargos dentro del Gobierno Vasco durante el anterior mandato de Iñigo Urkullu. Fue director general de la sociedad pública Itelazpi desde 2013 hasta 2017, ente que forma parte de la Consejería de Gobernanza Pública. Actualmente es, a propuesta del PNV, miembro del Consejo de Administración de Radio Televisión Española (RTVE). Según ha escrito el periodista Ahoztar Zelaieta, Baños fue socio de Javier Etxebeste, empresario que figura en los papeles de Panamá y cuyo hermano está casado con una hermana de Iñaki Urdangarín. Por su parte, Alberto Otamendi trabajó como “supervising” durante siete años, hasta 2007, en la empresa KPMG, antes de llegar a Editorial Iparraguirre para realizar trabajos como “la optimización de los recursos financieros, gestión de Cash Flow y coordinación de auditorías Externas”.
Por su parte, varios antiguos directores de la editora de Deia resuenan como epítomes del modelo institucional vasco, una rara avis entre caciquismo y neoliberalismo. Por ejemplo, Javier Chalbaud fue Presidente del Consejo de Administración de Editorial Iparraguirre, S.A. Como también contó Ahoztar Zelaieta, este abogado, exsocio del bufete de Xabier Arzalluz, defendió los intereses del PNV en el litigio con el Estado francés y actualmente es socio de honor de Cuatrecasas, cuyos abogados (entre ellos un sobrino de Joseba Egibar, presidente de la ejecutiva territorial del PNV en Gipuzkoa) se encargan de la defensa del jeltzale Alfredo De Miguel, imputado por corrupción. Chalbaud es uno de los abogados de los 26 imputados del que se considera el “mayor caso de corrupción” en la Comunidad Autónoma Vasca. Denominado como “El venezolano”, y antiguo responsable del diario Deia, Chalbaud también estuvo implicado en la estafa de La Gaceta del Norte. Este burukide del PNV aparece también vinculado a Mediterranean Search, empresa pantalla que está detrás de la compra del diario El Universal, en Venezuela.
En cuanto a Xabier Basañez, fue director general de Editorial Iparraguirre durante cinco años, desde el 2000, tras casi una década como gerente en auditoría de PriceWaterHouseCoopers. En la actualidad dirige la Feria de Muestras de Barakaldo (BEC).
Por último, Javier Andrés, actual presidente de Editorial Iparraguirre, ilustra con su quehacer, como ningún otro cargo, la transferencia de partidas públicas a periódicos afines a la ideología neoliberal, autoritaria y caciquista del Partido Nacionalista Vasco. En ello bucearemos en la próxima entrega de esta serie.
Apenas expuestas, y aún envueltas en un silencio sepulcral que cada vez más se hace insoportable, las ingentes cantidades de dinero público que el PNV invierte en sostener su ideología a través de medios afines no habla del buen estado de forma de la democracia local.