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Autogestión
No has visto un Communia en tu vida, Julio
El verano es una estación en que, si bien nuestras vidas no cambian su rumbo hacia la destrucción, al menos van más lentas. Quizá por eso aparecen momentos de intensidad especial. O aún mejor: piscinas. Communia es un festival de verano con piscina que tendrá lugar del 28 al 31 de julio en el valle de Arratia, en Bizkaia. La convocatoria surge de la Fundación de los Comunes, esa red de cooperación entre espacios militantes de todo el Estado: Suburbia, Katakrak, La Hidra, La Casa Invisible, Traficantes de Sueños, Synusia, La Villana, etc. Además de baños y conciertos, el cartel de Communia promete un buen número de discusiones en torno a qué pueda ser hoy la política más allá y en contra del Estado, o eso que solía llamarse autonomía. Varias de las participantes en el grupo de coordinación del festival han accedido a responder un puñado de preguntas. Son Laia Forné (de Barcelona), Marisa Pérez Colina, Patricia Aranguren y Nuria Alabao (de Madrid), Miguel Virizuela (de Bilbao), Sara L. Fernández (de Málaga) y Marta Arrizabalaga (de Pamplona). Sus respuestas han sido tan detalladas y generosas, que lo que sigue son extractos de todo lo que han contado sobre Communia.
¿Qué os lleva a organizar esta cita? ¿Por qué este verano?
MARISA: Nos llevan las ganas. Un deseo y una necesidad muy fuerte de encontrarnos para discutir, para disfrutar de estar juntas en un tiempo libre de las prisas cotidianas, de las obligaciones -laborales, militantes, reproductivas- que te llevan corriendo a casa. Unas pequeñas vacaciones con las compañeras ya conocidas y, sobre todo, con las compañeras por conocer. ¿A quiénes llamo compañeras? A todas las personas que seguimos pensando que la política es eso que se hace desde los espacios autoorganizados; que seguimos inventando los horizontes comunes a partir de las luchas concretas; que hemos hecho de la militancia una forma de vida. Llevamos mucho tiempo de cierta bajona. El agotamiento del ciclo 15M y su resaca de apuestas derrotadas. La pandemia. Los efectos materiales y subjetivos de las sucesivas crisis. A la vez estamos viviendo destellos y movilizaciones tremendas (desde el movimiento feminista, el ecologista y el antirracista, principalmente), pero en un contexto de avance de un enemigo neoliberal cuya capacidad de apropiación, explotación, devastación de territorios y vidas parece no encontrar freno. Y hay como un run run de nueva energía para reconstruir ese freno. Para traducir el “Lo queremos todo” de las luchas de los 70 en la actualidad: ¿qué queremos?, ¿cómo nos organizamos para lograrlo?, ¿cómo multiplicamos, reforzamos, sostenemos las instituciones populares existentes?, ¿cómo creamos otras nuevas que nos hagan más capaces de cortocircuitar la máquina de acumulación neoliberal?
¿Qué queremos?, ¿cómo nos organizamos para lograrlo?, ¿cómo multiplicamos, reforzamos, sostenemos las instituciones populares existentes?, ¿cómo creamos otras nuevas que nos hagan más capaces de cortocircuitar la máquina de acumulación neoliberal?
MARTA: La principal motivación para organizar Communia es “volver a vernos”. Queremos juntarnos con otras compañeras para escuchar y compartir formas de intervenir en una realidad cada vez más inmersa en políticas y lógicas liberales y de explotación. Además, creemos que esas alianzas no se forjan únicamente en las asambleas o espacios de debate, y que la música, la socialización y los chapuzones en la piscina son también importantes para crear alianzas, pensar juntas y confabular.
Nos hemos lanzado a organizar Communia este verano porque pensamos que no podíamos no hacerlo: los movimientos sociales se encuentran en horas bajas y no podemos seguir con esta dinámica de desmovilización. Este verano es el momento de crear nuevas alianzas, de ampliar debates y de imaginar el futuro de otra manera.
¿Qué tiene Communia de festival y qué de universidad de verano? ¿Cómo se concilian esas dos almas del evento?
MIGUEL: Una universidad es una institución en la que demasiadas veces, los que hemos pasado por ella, nos sentábamos en grandes salones a escuchar a alguien dictar cátedra. Communia es más bien un lugar con encanto donde encontrar viejas amistades y conocer nuevas compañeras con las que caminar los tiempos que vienen. Se trata de generar espacios desde donde pensar los escenarios y accionar las luchas pasadas y las que nos depara el futuro más próximo. Pensamos que Basoa es un lugar que invita a ello: un refugio. Bajo la sombra de grandes árboles y a la orilla de un río, resiste una comunidad referente de muchos proyectos en Bizkaia que nos ha abierto sus puertas. Allí, además de conspirar juntas, bailar y reír, tomar algo fresco y comer cosas ricas, podremos disfrutar de teatro, conciertos y otras formas de volver a encantarnos.
Además de conspirar juntas, bailar y reír, tomar algo fresco y comer cosas ricas, podremos disfrutar de teatro, conciertos y otras formas de volver a encantarnos
¿Con quién te gustaría encontrarte en Communia?
SARA: Me gustaría que Communia sirviera para reconectarnos desde iniciativas y espacios que, a pesar de encontrarse en distintos territorios y estar atravesadas por distintas (o no tan distintas) cuestiones, se muevan por deseos comunes. Juntarnos e inspirarnos mutuamente y volver cargadas de fuerzas para seguir con nuevas constelaciones de aliadas.
NURIA: Con la gente con la que milito para poder profundizar algunos debates pero también con gente nueva de otras partes del estado para entender mejor lo que pasa en otros lugares, poder compartir experiencias y pensar coordinaciones futuras.
Me gustaría que Communia fuera la excusa para encontrarme con personas que están organizándose de alguna manera para construir contrapoder, que crean que las alianzas son esenciales
MARTA: Me gustaría que Communia fuera la excusa para encontrarme con personas que están organizándose de alguna manera para construir contrapoder, que crean que las alianzas son esenciales. También para reencontrarme con compañeras a las que hace tiempo que no veo y con las que quiero seguir trabajando.
MARISA: Con todas las iniciativas, proyectos, personas que cada día se organizan para convertir la impotencia que a veces genera la trituradora neoliberal, en prácticas y comunidades de lucha.
LAIA: Me gustaría que Communia fuera un paréntesis en nuestras vidas y en la exigencia de los compromisos, tiempos y trabajos, para tener debates reposados y sinceros entre personas, proyectos y organizaciones políticas procedentes de distintas ciudades y experiencias.
¿Cuáles son los referentes, actuales y pretéritos, de Communia? ¿En qué otros encuentros os habéis fijado para preparar el vuestro?
LAIA: La idea de los festivales políticos no es nueva. Tanto partidos institucionales como movimientos autónomos han creado espacios propios para encontrarse y debatir, en un formato tranquilo y festivo, cuáles son las estrategias políticas a seguir. Pero si pensamos en Communia seguramente su referente más próximo es el Mac (Municipalismo, Autogobierno y Contrapoder). Los Mac nacieron como encuentros municipalistas entre iniciativas ciudadanas de todo el Estado español para debatir sobre distintos ejes (feminismo, remunicipalizaciones, autogobierno, etc.) con el objetivo de generar debates desde la autonomía que ampliaran y multiplicaran la potencia municipalista (entendiéndose esta no tanto desde las instituciones, sino desde los movimientos sociales, sindicales y ciudadanos).
Desde 2015 a 2017 se realizaron 3 Mac (Iruñea, A Coruña, Madrid) y fue realmente un espacio de encuentro de distintas trayectorias políticas durante 3 días intensos de debates, bailes, cervezas y charlas. Communia creo que se inspira en lo que fueron aquellos Macs pero adaptados al nuevo contexto político social. Una oportunidad para ampliar alianzas, suavizar asperezas, tejer futuros y dibujar utopías en el horizonte próximo compartido.
De los ejes de discusión que podemos ver en el programa, ¿en cuáles vais a participar? ¿Qué os interesa de esos debates?
NURIA: Nos hemos pasado y hay demasiadas cosas interesantes… Pero especialmente creo que la cuestión de Autonomía y organización es esencial para atravesar mejor estos tiempos de baja movilización y estar preparadas para lo que viene. También me interesa el eje de Feminismo autónomo y luchas queer porque tengo la sensación de que después de la gran oleada pasada de movilización estamos en una encrucijada y necesito que otras compañeras me ayuden a orientarme y a pensar cómo seguir.
La cuestión de Autonomía y organización es esencial para atravesar mejor estos tiempos de baja movilización y estar preparadas para lo que viene
LAIA: Como Hidra participaremos sobre todo del de Crisis ecosocial y luchas transnacionales, ya que son los temas que hemos ido trabajando últimamente. Partiendo de que no es posible hablar de crisis ecosocial sin hablar de condiciones de trabajo, de crisis de los cuidados o de colonialismo. Y de la importancia de conectar las luchas, no sólo a nivel sectorial sino también entre territorios del norte y sur global como respuesta a la crisis sistémica que estamos viviendo.
MARTA: Es complicado poder elegir porque todos los ejes me parecen interesantes y creo que se interrelacionan necesariamente. Sin embargo, teniendo en cuenta algunas de las tendencias que hemos visto estos últimos años, pienso que los debates en torno a la Tecnopolítica son muy necesarios. Tengo la sensación de que hemos perdido una parte del conocimiento que se produjo hace un par de décadas tanto acerca de dinámicas como de cuestiones más técnicas. Creo que esa pérdida de saberes debilita nuestras luchas y los deberíamos recuperar.
No es posible hablar de crisis ecosocial sin hablar de condiciones de trabajo, de crisis de los cuidados o de colonialismo
SARA: Todos los ejes de discusión están enredados unos con otros. Aunque no podré ir a todos, participaré en los debates sobre la Crisis ecosocial y en el de los Ecosistemas críticos del libro. La crisis ecosocial y su enfoque desde la perspectiva del Capitaloceno me parece fundamental para abandonar marcos de pensamiento antropocéntricos y binarios que tenemos bien anclados a la hora de imaginar o construir alternativas y soluciones. Necesitamos marcos más amplios y más críticos para (sobre)vivir, para responsabilizarnos y hacernos cargo en común de nuestra vulnerabilidad y de la precariedad de nuestras ecologías y entornos. No debemos quedarnos en el diagnóstico culpabilizante ni en el apocalipsis masculinista y desmovilizador. “Otro” fin del mundo es posible. El fin del mundo patriarcal, colonial y extractivista.
Desde el eje de Ecosistemas críticos del libro me gustaría recoger y continuar hilos que ya se venían tejiendo con otras compañeras libreras, editoras, lectoras...
MARISA: ¡Me gustaría estar en todas! Pero estoy implicada en los espacios de discusión de Sostenimiento y reproducción de las luchas y el de Feminismo autónomo y luchas queer, así que habré de priorizar estos. También hay que dejar tiempo para “perderlo” caminando por ahí con unos y otras, en las comidas, en los momentos de fiesta, etc…
¿Qué metas tiene Communia? ¿Qué esperáis que surja de esos días de julio?
SARA: En estos dos últimos años se ha hecho evidente que necesitamos, de forma más urgente que nunca, ensayar nuevas formas de vida. Hemos leído, compartido, producido y también imaginado mucho acerca de otros mundos. Necesitamos esos otros mundos pero no en un futuro por venir siempre pospuesto. Necesitamos ensayar esos mundos en el presente. Desterrar las distopías y fijarnos en las grietas que se abren. Esas grietas son esas formas de vida que surgen precisamente en las luchas, en el apoyo mutuo. Creo que Communia va de eso. Para mí su meta es esa, que ese encuentro pueda tener lugar, que funcione como ensayo de esos presentes que queremos juntas. Poner en común, atrevernos a pensar, removernos, conmovernos, sacudirnos desde la alegría.
Necesitamos esos otros mundos pero no en un futuro por venir siempre pospuesto. Necesitamos ensayar esos mundos en el presente. Desterrar las distopías y fijarnos en las grietas que se abren
NURIA: Nos encontramos en un contexto complejo donde se entrecruzan distintas crisis: la producida por el cambio climático cuya solución parece muy lejana, la económica en ciernes de resultados inciertos, todo ello en acompañado de una desafección política creciente, la lógica de guerra que avanza… La sensación es de que los tiempos se aceleran y de que quizás vendrán estallidos sociales ambivalentes alejados de las formas políticas a las que estamos acostumbradas. En las luchas de base encontramos ciertas inquietudes que surgen como llamas en distintos lugares pero en las que encontramos hilos comunes. Una es la ya clásica sobre la organización y cómo coordinar y potenciar nuestras luchas en este nuevo ciclo que se abre y ante la emergencia de la ultraderecha. La pregunta sobre cómo operar desde los movimientos más potentes de los últimos tiempos –como el feminismo y el ecologismo– cuando se han convertido en discursos de gobierno o cómo sostener vidas compatibles con la militancia si cada vez hace falta trabajar más horas en peores condiciones, entre otras muchas. En cualquier caso, nos urge encontrarnos para ponerlas en común, analizar el contexto, y establecer lazos políticos a través de las estrategias que seamos capaces de elaborar juntas.