Opinión
¿Cómo apoyar la libertad de Palestina desde nuestro centro de trabajo?

Ante la vorágine militar que el colonialismo israelí puede desatar, solo la clase trabajadora puede ser capaz de levantar una respuesta que garantice la libertad de los pueblos
Palestina Manifestacion Barcelona - 2
Robert Bonet Manifestación en defensa del pueblo palestino en Barcelona.

Delegada sindical y militante de Antikapitalistak


Sindicalista de CGT y militante de Anticapitalistes Catalunya.

Sindicalista de CSI y militante de Anticapitalistes Asturies

22 feb 2024 09:30

El pasado 7 de octubre se inició un nuevo y terrible episodio del proceso de colonización que el Estado de Israel viene imponiendo sobre Palestina desde hace casi 100 años. Se desató una tempestad de violencia y muerte que pone en evidencia la situación de ocupación y dominio colonial que viene determinando la política del Estado sionista de Israel. Esta brutal dominación alimenta esta permanente injusticia para con el pueblo palestino que vive en una suerte de campo de concentración donde la arbitrariedad, la tortura y el desprecio más absoluto a la vida, especialmente a la de niños y mujeres, es algo que es práctica cotidiana en la vida diaria de los palestinos, tanto en Gaza como en Cisjordania.

Esta reacción genocida desatada por el gobierno sionista, racista y colonialista de Netanyahu se justifica por la acción realizada por Hamas secuestrando y matando a civiles de modo indiscriminado, como si dicha acción se realizase en un ambiente de normalidad donde la convivencia entre los dos pueblos en términos democráticos y pacíficos fuese la norma. La rabia y el odio que se desata periódicamente es consecuencia de décadas de ocupación, opresión, asesinatos y torturas por parte del Estado sionista.

Como dice Tariq Ali, escritor británico-paquistaní: “¿Tienen derecho los palestinos a resistirse a la agresión incesante a la que están sometidos? Absolutamente. No existe ninguna equivalencia moral, política o militar, entre ambas partes. Israel es un Estado nuclear, armado hasta los dientes por Estados Unidos. Su existencia no está amenazada. Son los palestinos, sus tierras, sus vidas, los que lo están. La civilización occidental parece dispuesta a permanecer impasible mientras son exterminados. Ellos, en cambio, se levantan contra los colonizadores.”

Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea mantienen una política cómplice con Israel. Bajo el eufemismo del “derecho a la defensa”, atribuido al Estado de Israel frente a la resistencia palestina, se tolera la práctica de bombardear a civiles indiscriminadamente y los asesinatos selectivos contra personal sanitario, de ayuda humanitaria, periodistas y un largo etcétera. Esto se llama terrorismo de Estado.

No se puede hablar de respeto al derecho internacional cuando resulta evidente que no se respeta en absoluto y no existe voluntad de hacerlo en el futuro. Es más, detrás de toda esta barbarie homicida existe la intención de consumar una nueva limpieza étnica masiva, que a la manera sionista ponga fin a la presencia de población árabe en Palestina. Los gobiernos democráticos, si realmente lo son, deben decir basta y obligar a Israel a poner fin a la guerra desatada contra los palestinos. Empezando por la propia Unión Europea, uno de los principales pilares sobre los que se sostiene el Estado colonial de Israel.

Organizar asambleas donde poder compartir con trabajadoras y trabajadores la situación en Palestina nos sitúa como una alternativa ante la barbarie militar

El caso del gobierno español, actualmente en coalición con Sumar y previamente con Unidas Podemos, es un caso claro de esta situación. Ambos gobiernos han jugado un papel claro a favor de la lógica militar, alcanzando el máximo de inversión militar en 45 años, superando el mínimo del 2% del PIB impuesto por la OTAN a los Estados que la constituyen. Parte de estos fondos son dedicados concretamente a la compra de sistemas de seguridad y armamentístico al Estado de Israel ofertados como “probados en combate”.

A pocos días de cumplirse cinco meses de esta nueva ofensiva israelí y tras casi 30.000 asesinados, los gobiernos occidentales han demostrado su nula voluntad para frenar esta barbarie. Frente a ellos, nos toca a las trabajadoras y trabajadores poner todo nuestro esfuerzo para detener este genocidio. Y es que, el movimiento obrero ha mantenido tradicionalmente una política de solidaridad activa con los pueblos oprimidos, contra las injusticias producto de la rapiña y explotación de los pueblos por parte del capital imperialista en cualquiera de sus formas. No es una cuestión sentimental, sino también vital para todos los trabajadores y trabajadoras. Las consecuencias de la guerra, y su extensión a todo Oriente Medio, serán tremendas en forma de crisis económica, precios elevados de suministros energéticos y de alimentos, es decir, una inflación generalizada que permita a las clases dominantes mantener esta nueva aventura militar. La vorágine militar que el colonialismo israelí puede desatar, ante la necesidad del capitalismo occidental de asegurar un acceso fácil a recursos, demuestra que solo la clase trabajadora puede ser capaz de levantar una respuesta que garantice la libertad de los pueblos y una salida ecosocialista para el conjunto de la humanidad ante la barbarie a la que nos arrastran las clases dominantes.

El pasado miércoles 7 de febrero en Catalunya los sindicatos CGT, IAC y la Intersindical, impulsaron paros laborales con el objetivo de señalar el genocidio israelí sobre el pueblo palestino y los efectos sobre el conjunto de las clases trabajadoras del auge militarista de la Unión Europea y sus gobiernos. Avanzar en esta dirección e impulsar iniciativas como esta en más centros de trabajo y ampliarla al conjunto de la clase trabajadora supone sin duda una gran ayuda que podemos brindar a la libertad de Palestina desde Occidente. Organizar asambleas donde poder compartir con trabajadoras y trabajadores la situación en Palestina, nos sitúa como una alternativa ante la barbarie militar y nos permite extender nuestra tarea de enfrentarnos a nuestros gobiernos como agentes necesarios del genocidio en Palestina. Es una evidencia la dependencia del Estado israelí respecto de los recursos militares, industriales, culturales y económicos provenientes de las potenciales occidentales, lo cual nos otorga un poder estratégico clave para bloquear desde nuestros trabajos esta nueva ofensiva colonial.

Catalunya
CGT, IAC y la Intersindical convocan una huelga parcial el 7 de febrero en solidaridad con Palestina
CGT Catalunya y la Intersindical han convocado paros de dos horas en los turnos de mañana y tarde. La IAC ha convocado un paro matinal de dos horas, de 12 a 14h.
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