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Pesca
“Quisiera que en la mar se respetara la soberanía de los países frente al imperialismo que gobierna el mundo”
El marinero gallego Pablo Costas, patrón del buque pesquero Cobija, con bandera boliviana, fue perseguido y acusado por Australia de pesca ilegal. Noruega se sumó a las acusaciones, a pesar de que la patrullera pesquera australiana que le abordó no encontró capturas ilegales. Pero el calvario de Costas empezó: preso en su barco desde finales de 2019, tras el golpe de Estado en Bolivia, esperando documentación que ya tenía y que potencias pesqueras le requerían de nuevo. Llegó el covid y las cuarentenas. Y tras él, un cambio de armador y de bandera (Somalia) que le ordenó atracar en Yemen, país en guerra que le juzgó por pesca ilegal en aguas internacionales a instancias de Australia, un delito que no existe —es sanción administrativa— que se dirime en foros internacionales. Del juicio no tiene registros escritos, pero por él pasó once meses retenido a bordo del Cobija, atracado en el puerto de Al Mukalla (Yemen), sin apenas víveres y sin agua potable, desasistido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Después de casi dos años, la pasada semana la tripulación pudo volver a sus países y Costas aterrizó el 3 de septiembre en el aeropuerto de Barajas (Madrid), donde pudo abrazar a su hijo, esposa, hermanos y compañeros de la central sindical CUT antes de volver a su pueblo, Bueu, al que siempre vuelve tras navegar por el mundo entero.
¿Qué tal estás?
Con el cuerpo mejor. El lunes tengo cita con la doctora para completar el chequeo.
¿Has estado casi dos años sin ver a tu hijo?
Sí, primero esperando los famosos certificados de renovación anual de bandera, luego secuestrado once meses en Yemen.
¿Qué son esos certificados?
Son como el pasaporte de los barcos. El Cobija tenía bandera de Bolivia y todo fue bien hasta el golpe de Estado de noviembre de 2019.
¿Qué pasó?
Australia empezó a ejercer presión: llamó a las autoridades golpistas para que nos dieran de baja la bandera y llamó al Cobija para decirnos que no podíamos navegar con ese certificado, pero nosotros teníamos toda la documentación en regla para acreditarnos ante cualquier foro. No quiero adelantarme en esto hasta que los abogados lo tengan todo firme, porque me gustaría defenderme.
¿Qué problema hay con la bandera bolivariana?
Los estados pequeños tienen derecho a explotar los recursos pesqueros como reza la Convemar, el convenio internacional ratificado en 1982 auspiciado por la ONU.
¿También los que no tienen acceso al mar, como Bolivia?
También. Pero las grandes potencias, como la Unión Europea, Australia, Japón, Canadá, ejercen presión a través de las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (Orop). La Convemar y las Orop están a la par, no hay un tratado por encima de otro, y esa es la clave de todo. Bolivia optó por una posición radical: apostó por no tener controlada su posición y tener soberanía nacional absoluta, entendida esta según el tratado internacional de Convemar, en el que cada estado tiene un cupo de pesca reglamentado y la FAO se encarga de comprobarlo. Sin embargo, las grandes potencias quieren que lleves un localizador por satélite activado para que, apretando un botón desde cualquier parte del mundo, puedan saber cuál es tu posición y en qué puertos descargas. No es lo mismo descargar en Irán que en Arabia Saudí. Si comercias con Irán desapareces, no es que esquilmes el mar, es que te controlan y sancionan.
Galicia
El Ministerio de Asuntos Exteriores desasiste a un marinero gallego retenido en Yemen
¿Qué otros países están al margen de las Orop regionales?
Ecuador, Myanmar, Taiwan y Vietnam, por ejemplo, son independientes. No se meten en las organizaciones regionales.
¿Tu secuestro es un conflicto marítimo internacional?
El control del tráfico marítimo es un tema muy serio. Y ahí estábamos nosotros en medio, sufriéndolo.
¿Has navegado con bandera española alguna vez?
Sí, claro, con barcos españoles que siguen la política de la UE, aceptando la soberanía de Inglaterra frente a las Malvinas, territorio robado a Argentina. Como decía un amigo, nosotros somos mercenarios del mar y trabajamos donde sea. Pero navegar por los océanos con ciertas banderas es un pequeño acto de libertad. Y eso no gusta, hay quien quiere un estándar, un control, decidir dónde vas a navegar. Yo quiero que en la mar se respete la soberanía de los países frente al imperialismo que gobierna el mundo
Si navegas sin licencia europea o de las grandes potencias, te machacan
¿Hay diferencia de trato entre una bandera y otra?
Si no tienes licencia europea o de las grandes potencias, te machacan. Te buscan la vuelta para que no puedas pescar. El Cobija sobrevivió seis años hasta que encontraron una oportunidad con el golpe de Estado. No me puedo comparar con las víctimas que hubo en tierra en Bolivia, con las que me solidarizo profundamente, pero también sufrí ese golpe de Estado. Perdí dos años de mi vida, de trabajo y de dinero. Me tocó sufrir ahí y no voy a dar mi brazo a torcer nunca. ¿Tocaba morir en ese jodido muelle? Pues tocaría, pero los principios son íntegros, de lo contrario, ¿qué heredan nuestros hijos y que aportamos a la sociedad?
¿Cuántos barcos pesqueros tiene Bolivia?
Hace seis años éramos dos, nosotros y otro con licencia de atún —Bolivia sí estaba adscrita a organizaciones para especies de pescado altamente migratorias—. Hace tres años éramos uno.
¿Y ahora?
Creo que ninguno.
El covid ha visibilizado las contradicciones del mundo globalizado; hay que volver al multilateralismo y a la soberanía de los países
¿Se reciben presiones por no ser parte de las Orop regionales?
Presiones comerciales. Una vez dentro de una Orop regional, te ves imbuido a hacer la política de sus países, porque después de una presión viene la otra: usted mejor no comercie con China. Y no comerciar con China son palabras serias. Con la estandarización se empieza hablando de pesca y se acaba perdiendo soberanía. No le veo ventaja alguna a la globalización. El covid ha visibilizado las contradicciones del mundo globalizado; hay que volver al multilateralismo y a la soberanía de los países.
En la zona libre de pesca, en alta mar, ¿se puede pescar lo que se quiera?
No. Todo el mundo tiene derecho a la explotación de los recursos internacionales, con una cuota de captura determinada internacionalmente, que gestiona el país de tu bandera y que reportas como patrón de barco a la FAO. Hay limitaciones según el país firmante. Por ejemplo, el Cobija no podía pescar el pescado que navega entre aguas, como el atún y pez espada.
¿Y para cuál teníais licencia?
Para especies demersales, las que viven en el fondo, como el mero, la merluza negra, la raya, etc.
¿Dónde descargabais?
La descarga es un trámite burocrático en el que pides permiso a un puerto, le enseñas la licencia de pesca, la bandera y tu contabilidad aproximada de capturas, en la que puede haber una diferencia de mil kilos arriba o abajo. Descargas ante la autoridad aduanera, que contabiliza los kilos y las especies de carga seca, contenedores, granel y caja. Todo pasa por la báscula del puerto. Una vez pesado y contabilizado, se contrasta con tu declaración aproximada y se envía a la FAO.
¿Pescaste ilegalmente, tal y como te acusó Australia y posteriormente Noruega?
No, pescamos siempre con el permiso que nos habilitó el Gobierno de Bolivia.
Entramos en la lista negra de la Seafo sin pruebas y con el voto en nuestra contra del representante de la UE, un español
¿A cuántas millas de la costa australiana estaba el Cobija cuando una de sus patrulleras os abordó para registrar el barco?
A más de 500, en aguas internacionales. Después del golpe de Estado en Bolivia, Australia patrulló con aviones de reconocimiento y Hércules para averiguar nuestra potencial ruta asignada. Me consta que se gastaron más de cuatro millones de dólares para localizarnos. Ni me imagino el tiempo que esa patrullera estuvo esperándonos en alta mar. Estaban muy rabiosos.
¿Les dejaste subir a bordo?
Les prohibí formalmente la entrada, dejé constancia por el canal 16 por si alguien me escuchaba. No tenían derecho a subir, estábamos en aguas internacionales, pero vinieron igual y qué vas a hacer tú. Hicieron una maniobra peligrosa, nos rodearon con cuatro zodiacs y los agentes subieron armados hasta los dientes. Identificaron nuestros pasaportes y certificados, buscaban la bandera y cuando comprobaron que los certificados, esos mismos que Australia había solicitado al Gobierno golpista, eran auténticos, llamaron a Sidney. Después de cuatro horas a bordo, pidieron disculpas al marcharse. No dijeron nada de pesca ilegal. Si la hubiera, podrían habernos remolcado con el motor parado hasta la costa este de Australia para tramitar una sanción administrativa, ya que la pesca ilegal se traduce en sanciones administrativas. No es un delito que se dirime en juzgados, sino en los foros. Otra cosa es la pesca ilegal en aguas territoriales. Pero registraron las bodegas, todo el barco y nada. Ni pesca ilegal, ni bandera dada de baja.
¿Antes o después solicitaron una petición de información a la Interpool?
No sé si fue antes o después, informativamente fue un proceso opaco. Solicitaron una orden púrpura, expedida por la sede de la Interpool en Lyon, donde trabaja el lobby pesquero. A partir de ahí, fue Noruega quien denunció para que nos metieran en la lista negra de la Seafo, la organización que gestiona la pesca en el sureste del océano Atlántico. El Gobierno de Bolivia nos defendió, pero perdió la votación por un voto. El representante de la Unión Europea, que es español, votó en nuestra contra. Y así fue como nos metieron en esa lista negra. Entras sin pruebas, así trabajan los lobbies pesqueros.
No les gusta que Bolivia apueste por la soberanía nacional
¿Por qué Australia y Noruega dijeron que pescasteis ilegalmente?
Porque no les gusta que Bolivia apueste por la soberanía nacional. Quieren que desaparezcan los mecanismos independiente de los países. Nosotros siempre navegamos y pescamos legalmente.
Tras el covid, cambiasteis de bandera, ¿por qué?
Por asuntos empresariales. El dueño vendió el Cobija a un empresario de Somalia, que fue quien nos mandó a Yemen. Ahí fue cuando me cayó todo encima, como una cascada. Ni Australia ni yo nos imaginábamos que pararíamos en Yemen.
¿Cómo dirías que actuó España cuando estuviste retenido once meses en Yemen, un país en guerra y para una guerra a la que España vende armas?
Diría que cogió el asunto con papel de fumar. Sabían que me estaban maltratando, pero como España es firmante de esos tratados de pesca…. Los que me salvasteis sois vosotros. La solidaridad de mi sindicato CUT, que tiene relaciones con otros sindicatos de clase como Solidaridad Obrera, mi pueblo, Bueu, que tiene una fortaleza muy grande y los periodistas que notasteis que algo pasaba.
¿Cómo te atendió la diplomacia española?
La embajada española adscrita a Yemen es la de El Cairo, pero acudí a Riad por cercanía. Teóricamente tiene un cónsul español y una segunda secretaria, que hacía las funciones de cónsul, así como una ayudante. No quiero mencionar a esas dos personas, mi desprecio hacia ellas es grandísimo. Dudaron de mí, me interrogaron, me maltrataron, me abandonaron, arréglatelas fue su respuesta. Hasta que no se hizo una plataforma de solidaridad y hasta que esta no tuvo eco, no hubo una llamada del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que desatascó la situación.
¿Cuántos días pasaron desde esa llamada hasta el aterrizaje en Barajas?
Unos veinte.
¿El juicio en Yemen fue un paripé?
Hablar de ese juicio del que ya nadie habla es absurdo. Es una irresponsabilidad desatender a un ciudadano de tu nacionalidad por ser firmante de compromisos internacionales cuando tienes a un conciudadano en un país que no puede juzgarle por presuntos delitos (que no son delitos, sino sanciones administrativas en todo el mundo) en un país en guerra como Yemen por actividades fuera tanto del territorio de Yemen.
¿Qué relación tiene Yemen con Australia?
Pobres, ninguna. Pero les llamó la presidenta del Fishing Management de Australia, el ministro de Pesca de Australia y el primer ministro neofascista de Australia.
¿Cómo lo sabes?
Por el dueño somalí del barco, que tenía contactos en Yemen, por eso fuimos allí, para nuestra desgracia. Toda esa zona no funciona con fronteras como las conocemos aquí, son clanes familiares. La presión que ejerció Australia a Yemen fue tan grande que a buen seguro no nos iba a soltar.
Pero, ¿por qué?
Porque quieren acaparar recursos en la zona de la Antártida. Y los barquitos pequeñitos como el nuestro estorbamos muchísimo.
Pero el Cobija no estaba en la Antártida [polo sur].
Pero las corrientes van y vienen, son aguas antárticas y ahí jugamos nosotros. El barco busca las corrientes. La Antártida es riquísima, sé lo que hay ahí abajo. Y hay quien quiere acaparar los recursos de esa zona.
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Bueu peleó para sacarlo de ahí pero tampoco tenemos porqué comprar el cuento de este señor. No es un marinero, es un patrón de pesca que decidió trabajar a % con una empresa panameña (conocido paraíso fiscal) que COMPRA una bandera boliviana. Y mucho sindicato pero la marinería qué derechos tenía en este barco? Por favor, pensemos en que hay que defender los recursos marinos de los piratas y hay que cumplir las normas. Si no queremos pesca ilegal en nuestras costas, no la defendamos en las de otros.