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Podemos Euskadi
Andeka Larrea: “A Podemos le faltó incluir la identidad de lugares como Euskadi”
Andeka Larrea fue secretario de comunicación y portavoz de Podemos Euskadi en la anterior legislatura, entre 2017 y 2020. El miércoles presentó en Bilbao el libro Pandemia y periferia, el vasquismo que no fue, en el que expone cómo vivió la política vasca desde el estallido del 15M en 2011 hasta 2021. Arropado por muchos miembros de la anterior ejecutiva, encabezada por Lander Martínez, presentó en el Hika Ateneo su tesis sobre un vasquismo que quizá hoy se siente huérfano o prefiere votar a EH Bildu.
Del título de tu libro las palabras clave son periferia y vasquismo. Empecemos por vasquismo, ¿cómo lo defines?
Como un abertzalismo laico. El vasquismo es una de las identidades clásicas que conviven en Euskadi desde hace décadas, junto con la identidad española. También es un espacio electoral que, en determinados momentos, ha encontrado partidos que le representan y, en otros, ha quedado huérfano. Son esas personas que en las encuestas demoscópicas se consideran más vascas que españolas o tan vascas como españolas, le dan importancia a los símbolos, al euskera y a la cultura vasca, pero no tienen como prioridad la independencia, sino que, dependiendo de las circunstancias, optarían por la independencia, un estado federal o más autonomía.
A Pablo Iglesias le falta entender que aquí Podemos disputa con EH Bildu y que si Elkarrekin Podemos quiere crecer, será a costa de la izquierda abertzale o del voto socialista
Hablemos de periferia. ¿Podemos ha construido su identidad desde Madrid?
Sí. Y esa mirada desde Madrid construye una identidad muy centralista. A Podemos le ha faltado incluir la identidad de aquellos lugares como Euskadi, que construyen una identidad más plural.
Lo que en Madrid consideran las periferias.
Sí, su periferia geográfica. El término es un poco perverso, porque para nosotros la periferia política es Madrid, donde uno se siente verdaderamente ajeno e incomprendido.
En el libro repites muchas veces que Podemos Euskadi ganó las elecciones generales de 2015 y 2016. Y así fue, adelantó a PNV y EH Bildu se quedó temblando. ¿Qué pasó luego? ¿Por qué ahora se habla en voz baja de su pronta desaparición?
Eso es lo que trato de entender en el libro. Cómo ese cúmulo de simpatías de más de 300.000 votos en los años siguientes han perdido apoyos. Con datos trato de defender la tesis de que Podemos Euskadi no pudo, o no supo, por dificultades diversas, organizar un proyecto propio para Euskadi. Muchos de los votantes creyeron en un Podemos plurinacional, con una agenda indignada y una vía de solución para la cuestión territorial vasca y catalana. Con el paso del tiempo, se ha formado un consenso en el que el desgaste derivado de peleas internas y de los errores de los primeros momentos de la entrada en el Congreso, y en Euskadi de no saber construir un proyecto propio del país, han alejado a esos votantes claramente vasquistas.
El votante dual vasco se sintió identificado en ese proyecto vasquista que presentó Podemos Euskadi en 2015 y 2016, pero las injerencias desde Madrid pesaron mucho
Los votantes duales que nombras. ¿Podrías explicar qué son?
Es aquel votante que cambia el sentido de su voto en los diferentes procesos electorales —estatal y europeo, frente autonómico, foral y municipal—. Muchos votantes duales votaron a Elkarrekin en 2015 y 2016, o siguientes convocatorias, en las elecciones generales, pero en el ámbito vasco optaron por EH Bildu o PNV, fundamentalmente. Confiaban en que Podemos les representara en el Estado, pero en el ámbito vasco no se sentían plenamente identificados con ese proyecto vasquista, o entendían que las injerencias desde Madrid pesaban mucho y optaban por un partido claramente vasco. Algunos votantes duales, no todos, han sido votantes vasquistas. En su día votaron a Euskadiko Ezkerra o Aralar. El vasquismo ha tenido diferentes partidos que le han podido representar.
Durante unos meses, resultó extraño ver cómo Pablo Iglesias se arrimaba a Arnaldo Otegi, a la vez que Elkarrekin Podemos trataba de marcar distancias con EH Bildu.
No es algo nuevo. En los últimos momentos ha sido más evidente, pero esa especie de simpatía que Iglesias ha tenido hacia Bildu supone una interferencia en un programa político en el que tú tratas de disputar tu sitio en el espacio electoral. Nunca he alcanzado a comprender esa actitud. Solo si recuperamos la mirada de que somos periferia lo podemos entender: EH Bildu es un aliado del Gobierno coalición, supone un apoyo significativo e Iglesias, como miembro del Gobierno y ahora desde fuera, quiere cuidar esa mayoría de investidura y mostrar cordialidad. Pero, a veces, a Iglesias le falta entender que aquí Podemos disputa con EH Bildu y que si Elkarrekin Podemos quiere crecer, será a costa de la izquierda abertzale o del voto socialista.
La actual coordinadora general de Elkarrekin Podemos, Pilar Garrido, apoya sin ambages a Yolanda Díaz. ¿Lo consideras un error o un acierto?
Estoy un poco al margen de las reflexiones internas, pero lo considero un acierto. Aunque es sorprendente por su parte, ya que siempre se ha identificado con el exsecretario general Pablo Iglesias. Veremos qué sale de ese proyecto, dónde estará cada una y qué vendrá después.
A Podemos le faltó periferia y un modelo de organización mínimamente federal o confederal
Tengo la sensación de que Sumar será un Podemos 2015: una formación sin demasiado programa político pero que aporta esperanza de futuro. Algo que brilla, pero difícilmente se asentará si vuelve a comerse las identidades nacionales.
Estoy de acuerdo contigo y es una reflexión que he dejado para el final del libro. Si a Podemos le faltó periferia, en el buen sentido del término, internamente también le faltó un modelo de organización mínimamente federal o confederal para los territorios que así lo deseaban. Quien quiera organizar un proyecto político deberá aprender de los errores cometidos para no repetirlos de nuevo. Entender que hay territorios, como el nuestro, que podrían querer construir un proyecto de Euskadi para Euskadi y, al mismo tiempo, querer confederarse para unas elecciones estatales o europeas. Eso es lo que le faltó a Podemos. Desearía de verdad que no le falte al proyecto que trata de articular Yolanda Díaz.
Quien quiera organizar un proyecto político deberá aprender de los errores cometidos para no repetirlos de nuevo
¿Cohesionar un grupo es la labor más importante de sus dirigentes?
Sí. Formar un grupo político que esté al servicio de un proyecto y al lugar al que representa es lo más importante en el ejercicio de un liderazgo.
Un sindicalista me decía hace poco que hoy los movimientos sociales no tienen a quién votar en el País Vasco, en referencia a Elkarrekin Podemos y EH Bildu.
En los últimos años ha habido un desgaste evidente en la política. Pasamos de una gran efervescencia a mucha desafección. Aquí los movimientos sociales son muy plurales, y es normal que haya mucha gente que no se sienta representada. Revertir esa sensación es difícil, porque los votos tienen que ver con el afecto que generas en las personas. Es importante que los partidos se planteen por qué tanta gente aquí se está desenganchando.
De esos votante duales que hablas en el libro, está claro que el traspaso más claro en las últimas elecciones de 2020 fue de Elkarrekin Podemos a EH Bildu.
Sí, se ve claramente. Ese votante dual ha ido inclinándose por el voto a Bildu incluso en las convocatorias de elecciones generales. Diría que influye el giro estratégico de EH Bildu de pasar de no tener demasiado valor en el Congreso y Senado a ser una fuerza que apoya un Gobierno y es clave en la acción legislativa. Los votantes duales entienden ahora que EH Bildu ha decidido participar en la acción legislativa y jugar con su capacidad política, por lo que les parece un voto más útil o estratégico.
Es difícil saber quién sufrirá más desgaste por un pacto educativo deficiente y que no defiende la educación pública
El Pacto Educativo Vasco va a poner a prueba a las formaciones políticas firmantes, PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin. ¿Quién crees que pagará la factura por haber sentenciado, aún más, la educación pública vasca?
Es una cuestión complicada a la que le doy bastante vueltas. El pacto me sorprendió como persona de izquierdas y persona vinculada a la enseñanza [trabaja como profesor de filosofía en un instituto público]. Es difícil saber quién sufrirá más desgaste por un pacto deficiente y que no defiende la educación pública. Puedo intuir que quien más sufrirá es quien más ha arriesgado, y estos son EH Bildu y Elkarrekin Podemos, que han defendido la educación pública en las dos últimas legislaturas y ahora veremos las contradicciones en cómo se aplicará esa ley y su desarrollo. Contradicciones que pueden crear desafección y enfados en las bases sociales de ambas formaciones.
Has escrito un libro sobre política vasca. ¿Estás preparado para que te lancen tomates?
Si son tomates dialécticos, sí. Ahora que estoy al otro lado de la política, tengo ganas de reflexionar. Espero que los planteamientos críticos me sirvan, no tengo muchas convicciones cerradas.
¿Guardas rencor a Pablo Iglesias?
No, siempre ha sentido respeto y fascinación por su figura y talla intelectual. No estoy de acuerdo en decisiones, estrategias, ni liderazgo híper centralista, pero tanto como para guardar rencor no. Le respeto y valoro también ahora sus una aportación intelectuales.
¿Participarías en una formación nueva?
El espacio debe reconfigurarse y confederalizarse. Me siento vasco y me preocupo por mi comunidad. Si se dan las circunstancias y alguien se anima, estaré por ahí.
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Podemos Euskadi ,es agua pasada, una oportunidad perdida. Me sigue sorprendiendo la visión formal y pedante del relato de un naufragio perpetrado por niños y niñas "bien". Si es para promocionar un libro, que lo compre: Lander, Nagua o Edu...la realidad es otra. ¿Alguien se acuerda de los Círculos? Qué pasó con la nueva política, con empoderar a la ciudadanía, con Pili Zabala, con la Comisión de Garantías, de quién se nutren ahora las corrientes(anticapitalistas, el EMK de toda la vida, Uriartistas, Landeristas...). En fin politiquillos, las urnas os volverán a poner en el sitio que os merecéis. Una lástima por un proyecto que nos ilusionó a muchos.
En mi opinión Andeka incide en el tema que está llevando a Podemos a la irrelevancia una visión absolutamente centralista de la política que ha llevado a mucha gente de los territorios a buscarse alternativas, no sólo en Euskadi sino también en el resto del Estado.
Cuando empezó el subidón de Podemos en Euskadi se podían leer debates en Naiz entre lectores de la izquierda abertzale en los que llegaban a la conclusión de que ese éxito venia motivado porque la nueva formación incidía en cuestiones del día a día que eran las que preocupaban a buena parte de la población, mientras que la IA continuaba con su agenda de presos, euskera, independencia eta abar. Fuese o no cierto, el caso es que a partir de ahí la propaganda electoral de Bildu relega ese tipo de reivindicaciones y pone el acento en los "asuntos mundanos". Mientras tanto, en Podemos se van sucediendo de forma desconcertante diversos Consejos Ciudadanos, transmitiendo cierta insustancialidad y carencia de rumbo. Desde mi punto de vista el colmo fue la exclusión de Equo por mangoneos venidos de Madrid.
Resumiendo: a mi entender, la decadencia de la sucursal vasca de Podemos no habría venido tanto por la falta de ese aliento vasquista, el cual podría funcionar como una suerte de "manta corta" que puede alejar a otro tipo de votante, sino por proyectar una imagen desdibujada con la que era difícil que el potencial votante apreciara una utilidad.