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Portugal
Portugal: derecha para todos los gustos

Portugal celebrará elecciones generales este domingo, y todos los sondeos coinciden por ahora en señalar que no habrá grandes cambios en el país vecino, gobernado por la coalición derechista Alianza Democrática, a la que todas las encuestas dan como ganadora.
La ventaja del primer ministro Luis Montenegro aumentaría sobre el Partido Socialista, pero sin llegar a ser suficiente como para poder emanciparse por completo del apoyo de los socialistas, dado que en Portugal se mantiene cierto cordón sanitario a la ultraderecha, que podría mejorar sus ya buenos resultados de 2024, cuando se disparó hasta el 18% de los votos.
Derechización trifásica
La foto panorámica de Portugal en este momento es la de un país muy escorado a la derecha, y en el que, como explica el historiador de la Universidad de Oporto, Manuel Loff, “hay derecha para todos los gustos”. Una fuerza conservadora, europeísta y del establishment como Alianza Democrática, con los dos partidos de derechas “de toda vida”, PSD y CDS, más la nota exótica de los últimos “realistas” portugueses, el Partido Popular Monárquico.
Por otro, una derecha más sibarita, para paladares neoliberales selectos, Iniciativa Liberal, que defiende un programa económico extremista, de tintes thatcherianos. Y por último una ultraderecha montaraz, conspiranoica y abiertamente racista, Chega!, es decir, ¡Basta!.
El rechazo a migrantes y gitanos ha permitido a Ventura explotar el resentimiento de una parte de las clases populares en uno de los países más desiguales de Europa
Sobre esta última Loff apunta que tiene una “transversalidad mucho mayor que la de Vox”. Y es que liderada por el histriónico periodista deportivo André Ventura, ha llegado en mucha mayor medida que los ultras españoles a sectores populares tradicionalmente abstencionistas, superando la inicial base de clases medias y altas conservadoras con la que había nacido el partido, que ha hecho del racismo y la denuncia de la corrupción sus principales banderas políticas.
El rechazo a migrantes y gitanos ha permitido a Ventura explotar el resentimiento de una parte de las clases populares en uno de los países más desiguales de Europa. Aunque el cordón sanitario le mantenga fuera del Gobierno, Loff apunta que “el discurso de AD se ha impregnado totalmente de Chega!”.

Crecimiento sin reparto y una izquierda estancada
Este tridente derechista, Alianza Democrática, Chega! e Iniciativa Liberal, ofrece a día de hoy una opción conservadora a medida de cada votante, en un país en el que la economía crece y el desempleo ha caído al 6,5%, pero el SMI sigue por debajo de los 900 euros. Alquilar una casa en Lisboa puede ser igual de caro que en Madrid, mientras los salarios y pensiones siguen bastante por debajo del nivel medio español. A pesar de los buenos datos macroeconómicos. para muchos jóvenes universitarios la emigración sigue siendo, como durante la crisis de 2008, la mejor opción laboral.
Loff apunta que “el desastre” del último gobierno socialista pesa en la memoria del electorado e impide al centro izquierda capitalizar el malestar social de capas populares que si bien pueden estar descontentas con la ausencia de reparto del crecimiento económico, no confían en el PS. Los socialistas, que presentan como candidato a Pedro Nuno, el fontanero de António Costa en tiempos de la gerigonça, no se derrumban, pero todo el mundo da por hecho que le espera una temporada en la oposición.
Las otras fuerzas de la Gerigonça siguen en sus particulares travesías por el desierto, si bien un contexto de poca polarización y “voto útil” les puede favorecer algo.
Para el Partido Comunista Portugués cualquier crecimiento será bien recibido, ya que se encuentra en mínimos históricos y ya estuvo a punto de ser extraparlamentario en las anteriores elecciones. El Bloco de Esquerda por su parte, también se encuentra exhausto, y es si embargo su escisión verde y europeísta, Livre, algo así como una versión descafeinada del partido matriz, quien cuenta con mejor pronóstico electoral para este domingo.
El partido de Rui Tavares, aliado de Los Verdes europeos, es por ejemplo favorable al rearme, se desmarca del tradicional euroescepticismo de la izquierda portuguesa, y recibe mejor trato mediático. Para Loff se ha convertido en “una opción más adaptada al gusto de clases medias y jóvenes universitarios”.
El historiador portugués señala como únicos “brotes verdes” en este contexto de reflujo de las izquierdas el incipiente movimiento por la vivienda, del que señala logros como su penetración en las periferias de Lisboa, con un gran porcentaje de jóvenes portugueses de origen africano. Sin embargo, matiza Loff, “todavía es pronto para que esto tenga una traslación electoral”.