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PSOE
El PSOE acepta el reto del PP y se prepara para la guerra cultural en 2024
Suenan tambores de contienda cultural e ideológica. Están todos los condimentos necesarios en el potaje: un PP virado al trumpismo, el debate identitario exaltado por el proyecto de amnistía a los encausados del ‘procés’, un gobierno progresista aliado con soberanistas que, contra todos los pronósticos, logró reeditarse gracias a la mayoría parlamentaria desquiciando de rabia a algunos poderes fácticos y a la derecha política y mediática.
Desde que constató que no obtendría los apoyos necesarios, Alberto Núñez Feijóo abandonó el intento de moderación (al menos discursivo) y, de hecho, ha decidido cambios en Génova, especialmente en algunas portavocías, en los que se evidencia el deseo de apretar el acelerador en una oposición más bronca y emocional. La economía casi ha desaparecido del argumentario conservador español.
La respuesta de Pedro Sánchez no es otra, como era esperable, que prepararse para un contragolpe. A comienzos de diciembre, el secretario general encargó a la cúpula de Ferraz que pusiera en marcha un congreso ideológico, denominado internamente “conferencia política”, que tendrá lugar los días 20 y 21 de enero en A Coruña.
Preparando el ejército
Cuando hace unos días el PSOE anunciaba que realizará una conferencia política en enero, había informado que el objetivo era dar “un impulso para las ideas del partido en el debate ideológico español” para contrarrestar “una corriente reaccionaria que recorre el mundo” y cuyo crecimiento “debe ser una preocupación para todas las democracias, y para los socialdemócratas en particular”.
En esa primera fuga, Ferraz daba a entender que es momento de dar una “batalla de la verdad contra los bulos y el negacionismo” e indagar cómo se puede “lograr que el manto de fake news que emana de los pseudomedios de comunicación negacionistas que orbitan alrededor de la ideología ultra se propague en la sociedad”.
Con el correr de los días, dirigentes del PSOE comienzan a estar abocados a perfilar un encuentro que tiene mucha expectación en las filas militantes porque el partido está siendo objeto de manera sistemática desde hace dos meses de ataques a las Casas del Pueblo (al cierre de este artículo, la última sede agredida con pintadas de rojo sangre y golpes había sido la de la capital salmantina) y de agravios sin precedentes (el líder de UPN en el Parlamento navarro ha tachado de “escoria” este jueves al PSN en un pleno).
Varias fuentes preguntadas por El Salto coinciden en que lo de A Coruña será también una forma de dar ánimo y concentrar fuerzas en medio de un momento muy particular del partido. Desde la cima del equipo de comunicación señalan que esto va en sintonía con un nuevo tono que ya viene aplicándose. “Ya se viene teniendo un discurso más ideológico. Vamos a defender nuestra idea de España, la España que queremos tal cual es, no como la derecha que solo quiere la España que les gusta a ellos”, señalan. Además, avanzan que es probable que se invite a intelectuales y dirigentes sociales “independientes” para ser ponentes en la conferencia, en la que habrá varias comisiones de trabajo en las que se espera un debate hasta la madrugada.
Un líder parlamentario respondía a la pregunta: “El congreso (ideológico) está todavía en mantillas, pero será una convención para ponerlos las pilas, una puesta en común”. Otro dirigente, de los nuevos diputados que ha incorporado Sánchez en estas generales, destaca que “la idea es básicamente confrontar con el fascismo”.
Esta retórica va de la mano con un cambio que está decidido en la cúpula de Ferraz: comenzar a utilizar palabras que antes solo se escuchaba a Podemos o los soberanistas de EH Bildu y Esquerra. Esta misma semana, fuentes del PSOE que respondían a las declaraciones de Santiago Abascal en Buenos Aires (hablando de un Sánchez que será “colgado de los pies”) calificaban de “neofascismo” a Vox por primera vez.
De hecho, en la presentación de su nuevo libro, Tierra firme, en el Círculo de Bellas Artes, el presidente del Gobierno profundizó la “podemización” del discurso acusando de “descompensación” la correlación de fuerzas de “tertulianos de derechas e izquierdas en las grandes cadenas” y dijo que había un “desequilibrio” en la representación del progresismo en los medios. Eso sí, con tono cordial y siempre añadiendo: “Lo digo con todo respeto”.
Un integrante del PSOE andaluz, de mucha confianza de Sánchez, explica a El Salto que el objetivo es “impulsar un corpus ideológico que necesitamos los socialistas en esta nueva etapa. El contenido de lo que debatiremos seguramente esté relacionado con los ocho ejes del acuerdo de investidura firmado con Sumar en octubre”.
Los cambios en la parte socialista del Consejo de Ministros también van en el sentido de prepararse para responder a una guerra cultural, y el signo más evidente son las nuevas competencias de Félix Bolaños (sobre todo en Justicia) y haber puesto de vicepresidenta a la número 2 del partido, María Jesús Montero.
Pero algunos creen que vendrán más cambios en la ejecutiva de Ferraz, sobre todo en lo que hace a la comunicación. Algunos altos cargos creen que este invierno habrá modificaciones en el organigrama, especialmente para que haya un o una portavoz “que no esté tan vinculado al Gobierno”, como es el caso de Pilar Alegría.
En el 40 Congreso del PSOE, que tuvo lugar en València, Sánchez informó a su ejecutiva que quería una portavocía “coral”, con tres o cuatro voces que bajen a los medios las ideas y respuestas que quieren que tengan eco. Sin embargo, se concentró esa emisión de mensaje: la ministra Alegría es portavoz de la Ejecutiva Federal y también del Gobierno.
Podría haber un cambio en ese sentido y los nombres que resuenan para ser nuevos vehículos de comunicación son los de Manuela Villa (diputada de la Asamblea de Madrid) y Hana Jalloul (secretaria de Política Internacional). También podría haber modificaciones por la salida de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones: María Jesús Montero y José Luis Escrivá suenan como posibles reemplazos.
El presidente del Gobierno no da puntada sin hilo. Elige A Coruña no por casualidad: también se busca impulsar la candidatura a presidente del a Xunta de José Ramón Gómez Besteiro, el nuevo jefe de los socialistas gallegos que intentará remontar con respecto a las autonómicas de 2020, en las que sufrieron el sorpasso del Bloque Nacionalista Galego en el liderazgo de la oposición. Los comicios regionales se espera que sean entre fines de febrero y fines de marzo, aunque será decisión del PPdG (tienen margen hasta mediados de julio).
Los cambios de Feijóo
El líder del Partido Popular sabe que no le sobra tiempo. Con una exaltación que no cesa (y que él tampoco conduce, cabe recalcar, porque las terminales mediáticas y Vox operan en forma autónoma), además de la sombra de Isabel Díaz Ayuso, y con varios en sus propias filas creyendo que él es tan solo un cartucho gastado que hará de puente para que el candidato de 2027 sea Moreno Bonilla, no hay días que perder.
En ese sentido, ha hecho también fichajes para darlo todo en este primer año de legislatura y añadir un poco más de crispación a un debate público que ya venía bronco. El gesto más emblemático ha sido el de designar como portavoz parlamentario a Miguel Angel Tellado, expresidente del PP gallego. Una versión conservadora de Óscar Puente, podría decirse.
Cuca Gamarra sigue como secretaria general del partido, pero, además de coexistir con Tellado, ha visto cómo Feijóo ha decidido recuperar a viejos fichajes que Pablo Casado había dejado en el camino, como es el de Cayetana Álvarez de Toledo, quien en los tiempos en que presentó su libro autobiográfico durante su paso por la portavocía recalcaba más de una vez que el exlíder de la oposición no quería dar la “batalla cultural” (en el argot político argentino así se la llama, mientras que en España se le dice “guerra”, pero a lo mismo se refieren) que ella creía que era necesaria.
Pues esta soldado siempre dispuesta al fuego ideológico ha sido recuperada y ya ha debutado volviendo a hacer una pregunta en la sesión de control, pero antes de ello le pidió a gritos la dimisión a María Jesus Montero. Otro cambio es haber llevado a Elías Bendodo a la secretaría de Política Autonómica para articular el poder territorial y que funcione como bastión de resistencia de Feijóo, según han explicado desde Génova.
Como decidió el líder gallego hace un año y medio, cuando asumió el cargo de presidente, la ejecutiva seguirá sin una vicesecretaría de Comunicación. Pero para ser una voz nacional y reajustar contenidos simbólicos, ha elegido a Borja Sémper. Además, tendrá a su cargo también la vicesecretaría de Cultura. “Comunicación no es prensa. Quiero que generemos nuevos contenidos para llegar a otros sectores. Y para eso no alcanza con poner mujeres y jóvenes en las nuevas plataformas, hay que saber qué comunicar”, ha dicho el donostiarra a su equipo.
El exdiputado del Parlamento Vasco quiere cambios en el área para pasar a una estrategia más ofensiva contra Sánchez. “Tenemos que hacer más prueba, ensayo y error, darle más juego a más gente, y disputar en posiciones como Igualdad que no son exclusivas de la izquierda”, ha señalado a otros cargos de su partido.
El nuevo año está por comenzar y quienes caminan los pasillos del Congreso saben que lo que se viene será una contienda política frontal. Quien haya pensado que tras conformarse gobierno vendrían meses de más calma deberá esperar hasta las próximas Navidades.
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Hola. El subtítulo de este interesante artículo menciona al final -entre los temas que lo integran- "el reto de Sumar, Podemos y los soberanistas", pero de este asunto no se dice ni media palabra, y causalmente era lo que más me interesaba al empezar a leerlo.
Saludos
Una loa al bipartidismo. Habrá una “guerra cultural” entre PXXE y Ppodrido que nos harán creer que son proyectos diametralmente opuestos, pero la realidad es muy otra porque “la economía casi ha desaparecido del argumentario conservador español” al ser en este aspecto tan crucial “PSOE, PP, la misma mierda es”.
Bienvenido, PXXE, al reconocimiento del lawfare. Otras formaciones te avisaron porque lo estaban sufriendo sin que movieras un dedo, más bien te alegrabas porque en palabras de algún político sociata “eran el enemigo y el PP, el adversario”. Está bien podemizar el discurso, pero, si está vacío de contenido transformador es “vestir a la mona de seda…” Al final, descubierta la hipocresía, la barbarie ultra y fascista pasará.
PP y VOX son una amenaza real. Esto debería implicar una confrontación de izquierdas que garantizara más derechos para las mayorías sociales y la clase trabajadora, y también la tan popular ahora “guerra cultural” o ideológica, no sólo decir que viene el lobo.