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Pueblos originarios
Zenaida Yasacama: “Moriremos por defender la vida”
El Parque Nacional Yasuní es la reserva natural más grande de Ecuador y el lugar de mayor biodiversidad del planeta. En 2016, bajo la legislatura de Rafael Correa, se inició la perforación de la zona que ha provocado la degradación de más de 689 hectáreas de selva y se han registrado 23 derrames de combustible. Una actividad que han continuado los posteriores gobiernos empeorando las consecuencias ambientales y sociales en la zona.
Desde hace diez años las organizaciones ecuatorianas y las comunidades indígenas iniciaron un proceso para realizar una consulta ciudadana que pusiera fin al extractivismo en la zona. El 20 de agosto de 2023 se celebró el referendo en el país, coincidiendo con la primera vuelta de las Elecciones Presidenciales. El 59% de la población ecuatoriana votó por la defensa del Yasuní para frenar la extracción de petróleo en el Parque Natural. Es decir, la Empresa Pública Petroecuador tiene la obligación legal de retirar sus infraestructuras del territorio y no volver a extraer recursos en la zona.
El 20 de agosto de 2023 se celebró el referendo en el país, coincidiendo con la primera vuelta de las Elecciones Presidenciales. El 59% de la población ecuatoriana votó por la defensa del Yasuní
La consulta a favor del Yasuní asegura la protección permanente de 2.000 hectáreas de selva Amazónica, salvaguarda el territorio ancestral de los waorani y sus parientes, y evitará que 345 millones de toneladas de carbono se liberen a la atmósfera. Esta victoria ha sentado precedente para la democracia climática gracias al trabajo de organizaciones como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) que ha sido la principal promotora de la campaña “Sí al Yasuní”.
“Estamos preparados para defender la integridad de los pueblos y nacionalidades del Ecuador, no para una guerra”, asegura Zenaida Yasacama, vicepresidenta de la CONAIE y originaria del pueblo kichwa de Pakayaku en Pastaza. Yasacama se empapó de los escritos del Che Guevara y Nelson Mandela mientras estudiaba Economía en la Universidad de Camagüey (Cuba). Cree en Dios y en la conexión entre la naturaleza y nuestros cuerpos. Acaba de iniciar en Madrid una gira organizada por la Asociación Entrepueblos por gran parte del territorio español que la llevará a distintas ciudades, visitará Cuenca, València, Zamora, Alacant, Burgos, Tarragona, Barcelona, Getxo, Bilbo, Murcia y Sevilla, donde terminará el 3 de noviembre.
Ecuador
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¿Cómo valoras el proceso de la campaña “Sí al Yasuní” durante estos diez años?
Nosotros siempre nos hemos reivindicado como una organización de lucha por la vida, por el territorio, el agua y los derechos colectivos e individuales. Ha sido un proceso donde los gobiernos han puesto dudas y nudos críticos para que no lo lográramos. Lo más bonito de esta historia es que justamente en la campaña estábamos al frente las mujeres, encabezando conjuntamente con la nacionalidad waorani. Recorrimos el país, hicimos ruedas de prensa, videos, conversatorios y asambleas, teníamos que hacer una campaña por toda la región amazónica, donde el gobierno instaló una contracampaña. A pesar de eso seguimos caminando. Hubo muchas acusaciones y violencia.
Confiaron en nosotros porque el movimiento indígena siempre ha luchado por el territorio, nosotros queremos mantener los recursos naturales bajo subsuelo
Dijeron que el Ecuador iba a perder más de un millón de dólares si ganaba el Yasuní. Se instaló en algunas organizaciones la compra de conciencia de dirigentes de la zona. A pesar de ello se hizo la campaña puerta a puerta. Hicimos ver no solamente en palabras, sino con evidencias lo que estaba sucediendo. Confiaron en nosotros porque el movimiento indígena siempre ha luchado por el territorio, nosotros queremos mantener los recursos naturales bajo subsuelo. Buscamos alternativas de desarrollo como hay en otros países, como el turismo comunitario o el turismo ecológico, hay muchas maravillas a nivel de la región amazónica para poder trabajar con programas y proyectos alternativos.
Esa zona de la región amazónica ahora necesita generar alternativas económicas y sociales a la presencia de las empresas petroleras, por la alta dependencia que estas generaron, tanto como fuente de ingresos como en la prestación de servicios sociales básicos. ¿Os preocupa esa dependencia?
Durante este tiempo el Estado ha hecho creer a los compañeros waoranis, kichwas, colonos y shuar, que están allí radicados, que el único desarrollo de los pueblos y nacionalidades es la actividad petrolera. Durante 60 años esta actividad ha creado pobreza y enfermedades, además estas consecuencias afectan más a las mujeres y a los niños. Durante esta era petrolera la región ha evolucionado en negativo. Han abandonado la educación y la salud, lo peor ha sido en la parte social. Ni siquiera hay un centro de salud en las comunidades que están cerca de los pozos petroleros. Los gobiernos de turno que han pasado por el Ecuador han salido en eventos mundiales diciendo que estaban sosteniendo la biodiversidad en el país. Luego regresaban a Ecuador y seguían trabajando en la ampliación petrolera y la minería. Esto es una amenaza para nosotros y para nuestros territorios, de hecho, también quisiéramos que haya una consulta en el tema de minería. Ningún político, ningún gobierno, ninguna autoridad ha dado la iniciativa de la consulta. Hemos sido nosotros, los sectores sociales y el movimiento indígena al frente.
Habéis tenido muchos obstáculos administrativos, ¿también otro tipo de presiones?
El Estado ha amenazado a los grupos que no están de acuerdo con la actividad petrolera, ha intentado hacer ver que hay dos grupos, unos que apoyan el Yasuní y otros que no. Hicieron creer que unos eran dependientes del sector. También hemos tenido temor por nuestra integridad, se hicieron campañas sucias muy fuertes. El Gobierno gastó una cantidad enorme de recursos económicos para hacer la contracampaña y hay una tremenda diferencia. Pelear contra un poder político y administrativo, con los recursos de los ciudadanos ecuatorianos y malgastarlos de esa manera para poder ganar. El Estado siempre nos ha amenazado para que lo dejáramos. Compraban la conciencia de la gente, ni siquiera por algo que pueda beneficiar en colectividad. Muchas veces tan solo por un almuerzo. La petrolera lo que da es pan y cola. Es triste cómo nos ven los petroleros a los indígenas, como si recién estuviéramos en la civilización, pero no es así. Queremos una nueva historia en el Ecuador y que no se siga permitiendo la ampliación petrolera, porque siempre ha violentado los derechos de los pueblos indígenas. Cuando salimos a exigir siempre nos han acusado de terroristas. Pero nosotros no estamos preparados para una guerra, sí lo estamos para defender la integridad de los pueblos y nacionalidades de la ciudadanía ecuatoriana, para que haya un desarrollo equitativo en el país.
Siempre he reivindicado lo que soy y represento y no me puedo cambiar. Soy una mujer kichwa y voy a seguir siéndolo toda mi vida. Esto la sociedad aún no lo entiende.
Los pueblos indígenas habéis liderado la campaña por el Yasuní, pero lo habéis hecho desde el beneficio para toda la sociedad ecuatoriana y finalmente el 59% de la población ha dicho que sí. Una mayoría social ha percibido la defensa del Yasuní como un bien común.
Esto no solamente afecta al movimiento indígena, afecta a todos los sectores sociales que realmente están en la pobreza. En Guayaquil hay mucha gente que está muriendo de hambre, no tienen empleo, ni acceso a nada y lo peor es que en medio de todo esto se instala la discriminación. Los pobres siempre hemos sido discriminados. También el hecho de ser indígena, por llevar mi cara pintada. Siempre he reivindicado lo que soy y represento y no me puedo cambiar. Soy una mujer kichwa y voy a seguir siéndolo toda mi vida. Esto la sociedad aún no lo entiende. Nosotros buscamos un desarrollo equitativo, un mundo diferente en el que no exista discriminación. Eso es lo que le hemos exigido al Gobierno. Las mujeres no estamos luchando para sacar a los gobiernos y mandar, justamente éramos nosotras las que siempre estuvimos al frente durante toda la campaña. Estamos buscando un camino para que todos podamos acceder a salud, educación y trabajo. También el hecho de ser y de venir de una familia pobre, indígena o campesina implica una discriminación. Nosotros desde el movimiento indígena vamos a seguir haciendo escuchar nuestras voces como mujeres, jóvenes, dirigentes, lideresas y en todo el planeta.
Para que la consulta se haga efectiva, en los plazos previstos por la Corte Constitucional, Petroecuador tendría que retirarse de manera progresiva y ordenada del bloque 43 en el plazo de un año. ¿Creéis que el nuevo gobierno al mando de Daniel Noboa cumplirá los plazos?
Durante las elecciones nuestro candidato fue el Yasuní, trabajamos noche y día haciendo todo el esfuerzo. Durante la segunda vuelta Noboa mencionó que apoyaba el Yasuní y se ha pronunciado también después diciendo que va a respetar las decisiones colectivas de la consulta y cumplir. Como movimiento indígena tenemos mucha preocupación sobre el proceso que se va a desarrollar para que las empresas salgan de ahí y que podamos recuperar el territorio, también que sean quienes reconozcan todos los daños causados. Porque muchas veces los gobiernos en sus discursos se han manifestado a favor, pero luego cambian totalmente de idea y se pierden en el camino. Ese es nuestro temor en la parte más política. Como movimiento indígena hemos dicho nuestras propuestas para que el nuevo Gobierno electo las acoja y trabaje. Seguiremos siendo exigentes porque su obligación es atender a todos los ciudadanos y ciudadanas. Por eso es importante que los gobiernos conozcan la realidad de nuestras comunidades, de nuestros sectores, tanto en la región costa, Amazonía y sierra. Nosotros vamos a estar muy atentos y con la misma firmeza. Siempre hemos luchado, nunca hemos tenido privilegios con ningún gobierno. Todos han sido muy excluyentes con los pobres. Esperemos que este nuevo presidente con esa idea de juventud, pueda hacer la diferencia. Es necesario que sepa que Ecuador es diverso y que se ha aprobado en la Constitución construir un verdadero Estado Plurinacional conjuntamente con todos los ecuatorianos. Creo que hay esperanzas y aún no podríamos atacar al presidente mientras que todavía no se posicione y empiece a caminar.
Durante las elecciones nuestro candidato fue el Yasuní, trabajamos noche y día haciendo todo el esfuerzo
¿Esperáis un compromiso por parte del Gobierno de Noboa para frenar la ampliación de la industria petrolera en todo el país?
Petroecuador está, pero las demás empresas han abandonado dejando toda la enfermedad ahí. Se han ido sin cumplir con las funciones que deberían cumplir por los daños causados en los territorios de los pueblos indígenas. Si no se frena a la industria petrolera, si no hay una oposición y un apoyo político del Estado, podría incrementarse. No podemos estar tranquilos, podemos dormir con un ojo abierto y otro cerrado. En el tema de la ampliación petrolera en los países de Abya Yala, he participado en reuniones con mujeres y compañeros que cuentan historias tristes, como en Guatemala, Chile, Perú, Colombia, Brasil, Argentina y otros más. No podemos estar tranquilos. Si en un momento perdemos esta lucha, los territorios de la cuenca amazónica, los territorios de los países de Abya Yala prácticamente estarían destruidos y nosotros seríamos asesinados. Hemos visto necesario y tan importante que haya estas redes, que tejamos esta unidad en toda América para que podamos tener fuerza, para ir en contra de los gobiernos. Nos quieren matar, asesinar, encarcelar y amenazar. Nuestro mandato como movimiento indígena es que no haya más ampliaciones petroleras. Si tenemos que morir, moriremos por defender la vida y por defender a nuestros hermanos que realmente no pueden salir.
El extractivismo tiene unas claras consecuencias contra el medio ambiente, pero también contra los derechos humanos.
Para nosotros tiene que ver con una conexión entre la naturaleza y nuestra vida, porque de ella nos alimentamos, de ella podemos hacer un techo, vivimos de la caza y la pesca, ¿qué hubiera sido de la vida de los pueblos indígenas si destruyen todo? Nos oponemos al extractivismo porque contamina los territorios y nos impide sembrar, pescar, cosechar y vivir. También nos llena de enfermedades y nadie nos va a sanar, porque ya lo estamos viviendo. Además, a nivel social trae muchas divisiones, prostitución y pobreza. Genera el abandono de la educación y la salud, muchos jóvenes han dejado de estudiar porque ven que eso lleva tiempo y también por falta de empleos hay muchos que se han metido en la drogadicción. En general, hemos dicho no al extractivismo porque va a cambiar las condiciones y las formas de vida de los pueblos originarios, de hecho, eso ya se vive en el norte de la Amazonía. Ahorita la amenaza de las empresas es entrar en el centro de esta región ecuatoriana, van directos a las bases y empiezan a generar campañas en contra de nuestros dirigentes para que no nos crean y por eso casi todo nuestro trabajo es en el territorio.
La consulta ha sido un hecho histórico para nosotros y para el mundo. Los pueblos indígenas estamos defendiendo a la naturaleza contra el cambio climático
Esta es la primera vez en la historia que la democracia climática detiene un proyecto de explotación petrolera y ha creado un nuevo referente para la lucha contra el extractivismo en el resto de países. ¿Estamos a tiempo de combatir esta emergencia climática mundial?
La consulta ha sido un hecho histórico para nosotros y para el mundo. Sentimos que el Estado siempre debe consultar a la ciudadanía. Los pueblos indígenas estamos defendiendo a la naturaleza y al territorio contra el cambio climático que a diario nos está atacando en muchos países. Ya hasta la gente se muere de calor y hay un sin número de consecuencias. Antes, muchos no creyeron en mantener, sostener y defender los territorios, ni en cuidar los árboles en nuestras ciudades. Por eso hay que hacer conciencia no solo en Ecuador, queremos ver un área verde en el mundo, queremos ver un agua limpia porque todos los ríos están concentrados en un solo cabezal. Hay mucha gente que no entiende ese tipo de conexiones, nosotros estamos conectados con la naturaleza, con la selva, con los ríos. Esta unidad internacional nos puede fortalecer mucho más para poder reivindicar ante el mundo que estamos todos unidos. Todos debemos hablar el mismo lenguaje para poder seguir defendiendo ante este monstruoso cambio climático. Todos quieren hablar del cambio climático, pero no todos están pensando en defender lo que tenemos. Piensan que el extractivismo es el desarrollo, pero la destrucción es el desarrollo. Deberíamos aprender a proteger lo que nos queda para poder seguir respirando al menos el aire limpio. Piensen si de aquí a 50 años quisiéramos tomar agua limpia y comida sana, o quisiéramos destruir nuestros cuerpos.