We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Reino Unido
Chica Q, el caso que ha puesto el racismo de la policía británica bajo el foco
Diciembre de 2020, en Hackney, una localidad al Noreste de Londres, una chica de 15 años está haciendo un examen en su instituto. La policía metropolitana (MET) aparece en la puerta del aula y le sacan de allí. El motivo: el centro ha llamado a este cuerpo policial porque un profesor dice haber detectado olor a cannabis en la menor. Los efectivos trasladan a la chica a la enfermería de la escuela. Allí, dos mujeres policías le hacen desnudarse integralmente con el objetivo de descubrir si oculta marihuana. Tiene la regla, algo que no detiene un procedimiento clasificado como “Mayor exposición de partes íntimas” (MTIP), cuya aplicación está ahora en el centro de la discusión, especialmente en el caso de menores.
La experiencia afecta psicológicamente a la menor, la familia considera que el registro es inapropiado y denuncia tanto a la policía de Londres como al centro educativo. La chica Q, como se llamará a esta niña para preservar su identidad, es negra, un factor importante —la MET ha sido señalada otras veces por el sesgo racista en identificaciones y registros—. En esta ocasión, se le acusa de trasladar la lógica del perfilamiento racial al centro educativo.
La policía metropolitana de Londres ha sido señalada otras veces por el sesgo racista en identificaciones y registros. En el caso de la chica Q, se le acusa de trasladar la lógica del perfilamiento racial al centro educativo
Señalada, obligada a salir de clase, registrada sin la presencia de ningún otro adulto, expuesta de esa manera en lo que debía ser un espacio seguro, el caso Chica Q sale a la luz en marzo de 2022, cuando un “informe de salvaguardia” dictamina que el registro fue injustificado y que el accionar de las agentes fue “probablemente” racista. Desde entonces, manifestaciones y reacciones se suceden.
Primero son los mismos compañeros y compañeras de Q, que protagonizan una huelga en el mismo colegio. A esta protesta, difundida en las redes sociales, le suceden movilizaciones en todo el país el domingo 20 de marzo. Bajo el lema “proteged a nuestros niños negros”, cientos de personas salen a la calle en Hackney y otras localidades de Londres. Se tratan de manifestaciones organizadas principalmente por madres negras, mujeres de varias generaciones que recuerdan una historia de discriminación y prácticas policiales racistas hacia la infancia y juventud negra.
Tras la movilización, la exigencia de responsabilidades se amplía. En Hackney, el alcalde exige la dimisión de la dirección del colegio pues considera, según afirma el 23 de marzo ante la prensa, que “ha perdido su confianza, la de la escuela y la de la comunidad”. El hecho de que todo sucediera sin contactar a los padres de la niña es otro de los elementos cuestionados.
Ante el informe y la indignación desatada, la MET ha ofrecido disculpas públicas, para anunciar el 24 de marzo que habría apartado a dos de las agentes implicadas en el registro, a labores administrativas. Mientras, Scotland Yard calificó las acciones como “lamentables”, asegurando que nunca deberían haber “ocurrido”. El superior de los policías implicados en Hackney, por su parte, alegaba que “el colegio nunca les debió llamar, y las agentes tenían que haber entendido que no tenían nada que hacer allí.
Los pasos tomados por los cuerpos policiales han sido calificados de insuficientes por manifestantes y diversas voces públicas, exigiéndose garantías para que este tipo de prácticas no se repitan. El caso ha desembocado en una investigación de la Oficina Independiente de Conducta Policial (IOPC), el Gobierno espera que el proceso finalice para tomar medidas, también en el entrenamiento policial respecto a estas prácticas de registro que implican obligar a desnudarse a las personas.
A raíz de la denuncia de la chica Q, se ha revelado que 5.279 menores han sido sujetos a procedimientos de registro en los que se les obligaba a desnudarse en los últimos tres años, tres de cada cuatro eran racializados
Uno de los sesgos que se han puesto sobre la mesa es el de la “adultificación”: percibir y tratar a niñas y niños no blancos como si fuesen mayores. La criminalización de adolescentes negros y negras sería un ejemplo de este sesgo: “Les ven como problemáticos”, comentaba una trabajadora social en la manifestación del domingo 20 de marzo ante la BBC. “Son vistos como agresivos, ruidosos, como una amenaza. Esto es lo que me cuentan en muchas ocasiones”.
Tras salir a la luz el caso de la chica Q, se han hecho públicos datos de la Policía de Londres que muestran que un promedio de cinco niños y niñas al día son sujetos a este procedimiento: registros que pasan por desnudarles. Las cifras, reveladas el viernes 25 en el medio LBC apuntan a que 5.279 menores han sido registrados de esta manera tras ser arrestados en los últimos tres años, tres de cada cuatro eran racializados. El recuento incluye solo a quienes fueron arrestados, no a quienes, como la chica Q, fueron registrados sin una detención posterior, lo que apunta a un problema de mayores dimensiones.