Derecho a la vivienda
Cooperativas de vivienda ecosocial y resiliencia: casas para adaptarse mejor

En el I Encuentro Estatal de Viviendas cooperativa en derecho de uso se han debatido temas muy variados: los cuidados, la legislación, el régimen económico... Uno de ellos ha sido cómo estos proyectos construyen la sostenibilidad y cómo se adaptan al contexto de crisis ambiental y social en el que estamos.

Saltamontes, Ecologistas en Acción, Entrepatios
25 oct 2019 00:02

El pasado fin de semana tuvo lugar en Madrid el I Encuentro Estatal de Proyectos de Vivienda Cooperativa en Derecho de uso, impulsado por la iniciativa Mares de Madrid.

Más de doscientas personas de más de cuarenta iniciativas de vivienda ecosocial han estado desgranando los aspectos más retadores de estos proyectos: la cesión de uso, el papel de las administraciones públicas, la gestión de los cuidados en todo esto o la especificidad de los proyectos senior.

Uno de estos retos sobre los que hemos estado conversando es qué y cómo pueden aportar estas cooperativas para favorecer la resiliencia en tiempos de crisis ambiental y social.

Construir en el abismo de los límites

Nos parecía relevante dialogar sobre esto porque partimos de un análisis del contexto actual que nos sitúa, como señala Ecologistas en Acción, en el abismo de los límites.

La crisis climática, la pérdida masiva de biodiversidad y el declive de la disponibilidad energética y material junto a los problemas sociopolíticos asociados a todo ello dibujan un presente y un futuro incierto y bastante poco alentador. El declive de la disponibilidad energética y material o la crisis climática, por ejemplo, no son temas menores cuando de construir casas se trata y, todavía más, si tenemos en cuenta que habitaremos estas casas durante varias décadas y habrá que calentarse, soportar el calor en verano, beber agua o alimentarse.

La forma en que seamos capaces de adaptarnos, de aprender, de innovar, de cooperar y de autoorganizarnos ante los cambios e impactos derivados de esta crisis profunda y multidimensional determinará que nuestras condiciones de vida sean más o menos dignas.

Ante este panorama, ¿cómo construimos proyectos que sean resilientes?, ¿en qué nos podemos fijar para saber cuán capaces seremos de adaptarnos a estos tiempos de escasez y de cambios bruscos?

Afrontar el miedo

En el encuentro, hablamos sobre los miedos. Una de las personas que participó en este diálogo sobre resiliencia comentaba en el debate que le era complicado imaginarse este futuro y que, cuando hacía el ejercicio de imaginarlo, a su cabeza venía una imagen “Mad Max” bastante paralizante.

Lo cierto es que, si miramos alrededor, muchas comunidades ya están viviendo estos cambios (sequías, pérdidas de cosechas, grandes incendios…) en muchas partes del planeta. Muchísimas personas refugiadas, desahuciadas, precarizadas, los viven cada día en nuestros propios barrios y comarcas. De esta constatación de que la crisis ecosocial ya está aquí aunque “yo no la note” todavía, surge la primera reflexión imprescindible al respecto: que la construcción de resiliencia local debe ir acompañada de la justicia global. Si no, es fácil caer en lo que podríamos llamar “ecofascismo”.

Para ello necesitamos preguntarnos por cuestiones como el grado en que dependemos de los recursos que vienen de otras partes del mundo para construir nuestras casas y para luego vivir en ellas, y en qué condiciones se producen ambiental y socialmente. Por ejemplo, que la estructura sea de madera certificada en lugar de cemento, que las ventanas no sean de PVC o que el material aislante del edificio sea de corcho o de fibras textiles recicladas producidas lo más cerca posible, reduce sustancialmente la huella climática en la fase de construcción. Si tenemos en cuenta la orientación del edificio para que caliente de forma pasiva, el uso de energías renovables para el abastecimiento y el reciclaje de aguas grises o la forma de gestionar los residuos generados, también conseguiremos reducir mucho la huella ambiental en toda la fase de vida de las casas. Todo esto implica no seguir ahondando en la crisis ambiental que principalmente tiene consecuencias en otras partes del planeta.

¿Ecología vs economía?

En nuestro diálogo surgió varias veces la preocupación de si la ecología de nuestros edificios no estaría reñida con la economía.

Sin duda, si miramos solo a corto plazo y sin tener en cuenta los costes ambientales y sociales añadidos a la opción “barata”, construir con criterios ecológicos encarece los proyectos. Sin embargo, en el propio debate reflexionábamos sobre que este tipo de construcciones ahorran a medio plazo en costes energéticos (mejor aislamiento, producción de energía renovable para autoconsumo, etc). Y, además, justo estas cooperativas, en las que estamos diseñando otro modelo económico basado en el derecho de uso, podemos sortear el obstáculo del precio inicial imaginando soluciones colectivas y no individuales: algunos proyectos redistribuyen el gasto atendiendo a los ingresos o al precio hora que percibe cada integrante, por ejemplo. En lugar de enemistar economía y ecología, nos embarcamos en iniciativas que pueden diseñar un nuevo modelo económico, redistributivo y centrado en la vida.

Los indicadores de resiliencia

Entonces, ¿construir de otra manera aumenta nuestra resiliencia? Sí, pero no es suficiente. La multidimensionalidad de la crisis ecosocial nos sitúa irremediablemente en una concepción de la resiliencia mucho más compleja.

Estaremos mejor preparadas por vivir en casas ecológicas, pero nuestra vida y la del resto de nuestras vecinas tiene lugar mucho más allá de las cuatro paredes de nuestro hogar. Sin preguntarnos cómo nos vamos a relacionar entre nosotras, cómo nos vamos a apoyar en un escenario próximo (ya presente para muchas personas) de falta de servicios públicos de atención a la vejez, por ejemplo, o cómo nos vamos a relacionar con el resto del barrio, difícilmente seremos capaces de generar esa capacidad de adaptarnos. ¿Están nuestros proyectos abiertos al barrio? ¿Solucionamos los conflictos internos de formas constructivas? ¿Gestionamos nuestras cooperativas de forma democrática y horizontal? Todos estos indicadores de horizontes ecosociales nos ayudan a repensar nuestros colectivos y a mejorarlos.

En el debate conveníamos que, para enfrentar la crisis ambiental y social, necesitamos tejer redes diversas, entre las personas que habitan estos proyectos, pero necesariamente también con el resto del barrio donde nos insertemos. Y entre unos proyectos y otros. Es imprescindible conectar campo y ciudad de una forma horizontal, no jerárquica, que potencie nuestros puntos fuertes, minimizando las debilidades. Recordábamos que indudablemente tenemos que modificar nuestro modelo de consumo, replantear nuestra dependencia del coche, y, al mismo tiempo, construir relaciones de participación, de transparencia y de cuidado. Esto, como nuestras casas, hay que cimentarlo bien, para que no se desmorone el edificio de la convivencia al primer conflicto.

¿Y hacia afuera? ¿Qué aportaMOS a la resiliencia general?

Hemos visto que las cooperativas de vivienda colaborativa en derecho de uso se abren al territorio, al barrio, tejen redes. Esto ya favorece la adaptabilidad. Pero, además, señalábamos que son proyectos que sirven para disputar la hegemonía cultural. Que Cal Cases lleve doce años viviendo de forma comunitaria, autogestionada y con un alto nivel de sostenibilidad sirve para que nos creamos que es posible vivir de otra manera. Que existan Trabensol, Axuntase, la Balma, la Borda, Entrepatios y otras más de cuarenta iniciativas aporta al mundo modelos de vivir de otra forma, más justa, más sostenible, más resiliente.

Durante el encuentro llegamos a la conclusión de que esto de la resiliencia tenía mucho con ver con ser capaces de generar una visión común sobre lo que ocurre y lo que queremos que ocurra en el mundo y en nuestros proyectos. Se basa en la importancia de no estar solas para afrontar las situaciones que están por venir. Justo lo que hemos estado haciendo durante todo el fin de semana. Gracias a encontrarnos y a debatir juntas ahora somos un poquito más resilientes que antes.

Sobre o blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Derecho a la vivienda
Ecofeminismo ¿Qué hacer con la vivienda? Conversaciones alrededor de una tortilla
VV.AA.
Este artículo se fraguó, como muchas de las buenas cosas, charlando calurosa y acaloradamente alrededor de una buena tortilla, sobre un tema que nos remueve y afecta profundamente. ¿Qué hacer con la vivienda?
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
#42001
25/10/2019 15:06

La unica forma de acabar con el problema de la vivienda es la expropacion de la propiedad privada

1
1
Jose Daniel
25/10/2019 11:37

Felicidades por el articulo. Anima que 60 personas del estado se sienten un sábado a debatir sobre este dialogo.
el urbanismo ha suplantado a la industrialización como fuerza motriz de la expansión capitalista y acumulación del dinero. Necesitamos nuevas formas de convivencia en la ciudad y el medio rural.

0
0
Sobre o blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas as entradas
Violencia machista
Congreso Violencia económica, digital o vicaria en el nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género
La Subcomisión para la renovación y actualización del pacto acuerda elevar a la Comisión de Evaluación y Seguimiento el texto con más de 400 medidas contra diferentes formas de violencia machista.
Exclusión sanitaria
Sanidad Universal España incumple el derecho internacional con las barreras al acceso a la sanidad
Un informe jurídico examina las múltiples barreras que colectivos como las personas migrantes experimentan a la hora de acceder a la sanidad pública. Médicos del Mundo ha atendido a más de 28.700 personas que se encontraron con obstáculos.

Últimas

Control de fronteras
Fronteras Las muertes del Tarajal se han convertido en el símbolo de la lucha contra las políticas fronterizas
Se cumplen 11 años de la muerte de 14 personas en la frontera con Ceuta, y nuevamente colectivos y familiares realizaron una manifestación en conmemoración y para exigir se declare el 6 de febrero como Día de las Víctimas de las Fronteras.
Migración
Migración El Gobierno 'regulariza' solo un año a migrantes afectados por la dana
El Consejo de Ministros aprueba un permiso extraordinario de residencia y trabajo con el requisito de estar empadronado en las zonas afectadas desde antes de la tragedia.
Instituciones culturales
Instituciones culturales El mundo de la cultura exige explicaciones por la destitución del director de La Laboral
El cese fulminante de Pablo de Soto como director-gerente del centro cultural y educativo La Laboral Centro de Arte y Creación Industrial agita la escena cultural asturiana.
Comunidad de Madrid
Falsos becarios Estudiantes de la Universidad Carlos III piden ser reconocidos como trabajadores, no becarios
Aunque Inspección de Trabajo consideró que las funciones que realizaban no se correspondían con prácticas extracurriculares, una sentencia da la razón a la universidad pública madrileña.
Congreso de los Diputados
Crónica parlamentaria Arranca el nuevo ciclo en las Cortes y persiste la pregunta de si la legislatura sigue viva
Esta semana vuelven las sesiones ordinarias del Congreso más inestable que se recuerde. El PP machacará con la agenda social y la oposición total mientras que el PSOE solo anhela unos PGE.
Ecuador
Elecciones Ecuador se encamina a la segunda vuelta electoral tras la sorpresa de Revolución Ciudadana
Luisa González ha obtenido más de un 40% de los votos en unas elecciones que parecían destinadas para la victoria en primera vuelta del actual presidente y candidato oficialista Daniel Noboa.
Àpunt
València À Punt adopta el modelo de Canal 9
Francisco Aura, nuevo director de À Punt, ha sido tildado de comisario político por la izquierda valenciana.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Somozas: o buraco negro da xestión de residuos perigosos en Galiza
Esta planta procesa toneladas de residuos perigosos ao ano, pero os episodios de contaminación e verteduras incontrolados converteron o Concello de Somozas en epicentro de irregularidades e problemas ambientais que proen na vida dos seus habitantes.
Cómic
Cómic Daredevil, el hombre sin miedo al que Frank Miller hizo sufrir lo nunca visto
Justicia, culpa, venganza, caída y redención protagonizaron los cómics de Daredevil creados por Frank Miller, con una estética heredera del cine negro y un tono grave.
México
México El Bosque: cómo vivir después de que el mar borre tu casa del mapa
Seis familias permanecen en la zona cero de El Bosque, el primer pueblo disuelto en México por el efecto de la crisis climática. Los hogares reubicados enfrentan la falta de servicios básicos y dificultades para seguir viviendo de la pesca.