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Ecofeminismo
Voces: ¿Y si nos dejamos deambular por la poesía?
Por primera vez, Rocío Nogales Muriel muestra en público las hojas de su "castaño milenario", su libreta, donde las letras se juntan a golpe de galope. Y lo hace, nada más y nada menos, que en nuestra sección de literatura ecofeminista, Voces, con la responsabilidad que esto conlleva: No todos los días se publica, en exclusiva, el alma de una poeta. Como la propia autora señala: "Comparto algunas líneas que nunca imaginé saldrían a pasear". ¡Pues a disfrutar del paseo!
Te proponemos emprender un nuevo camino de mano de la poesía. Animarte a hacerlo es como andar por un sendero en el que intuyes, antes de comenzar, que podrás encontrarte de todo: subidas y bajadas, amplitud y angostura, luz y sombra, calma y sacudida, rincones que resultan familiares y escenas que parecen sacadas de un cuento de fantasía.
En este caso, caminaremos –siempre que el tiempo y las inclemencias de la vida nos lo permitan– entre versos que nos ofrecen un alto en el camino. Un sorbo de agua fresca. Un centímetro de musgo como señal de esperanza última.
Nuestro punto de partida es eso que se llama eco-poesía y que, a decir verdad, no se deja nunca de aprender. Poesía para atrevernos a imaginar qué hay más allá de esos crueles e insondables muros que creamos para nosotras mismas y que otras contribuyen a apuntalar. Eco-poesía para transformar el gris de los múltiples asfaltos que endurecen nuestras vidas en esperanzadores verdes respirables. La naturaleza como paciente maestra de una especie que se niega a cuidar(se) y la eco-poesía como trazos, torpes quizás, sí, pero igualmente firmes, que tejan redes y hagan intuir puentes.
No sabemos a dónde nos llevarán estos senderos que os propongo, pero esperamos que lo que comparta en este espacio digital nos animará a seguir caminando juntas. A veces en forma de poema, a veces en forma de entrevista o reseña. Sea lo que fuere, sigamos caminando.
Para esta primera propuesta de paseo, hace tiempo que me pide mi querida Lourdes que comparta algunas líneas que nunca imaginé saldrían a pasear. Así que lo hacen bajo tus ojos que las leen porque, como quien camina sola para desconectar, los versos siempre me ayudan a regresar a mí tras haber estado en contacto con todo lo demás. En ese constante paseo de ida y vuelta conmigo misma se precipitan mis versos. Por ello, han estado siempre tranquilos al abrigo del hueco de los castaños milenarios que son mis libretas. Así que os invito a acompañarme y a poner en común eso otro que os mana de dentro e ir construyendo así ese humus esencial para generar una tierra donde florezcan futuros.
ASUMIDA RENDICIÓN
Alimentamos la máquina
mientras envenenamos,
de oferta y ocasión,
en familias de packs,
y cómodos 3x2
hijos y comunidades enteras.
Surcamos lustrosos pasillos-espejo
que reflejan nuestra asumida rendición,
servida en poliestireno,
transportada, colocada y promocionada
en rebosantes estantes y gélidas neveras.
DE TODO MENOS PLUSVALÍAS
Personas que no desean poseer sino ser.
Personas que anhelan ser para poder creer.
Personas que creen porque han podido hacer.
Personas que hacen con otras para poder crecer.
Agricultura acompañada de manos que cuidan
genera de todo menos plusvalías
mientras aligera la vergüenza del hambre
en un planeta de abundancia con miopía.
Economías circulares con nodos que son gente
en urbes traficadas por pares de piernas por las que circula vida
y pares de ruedas que se escabullen entre esos infiernos diarios
que llamamos atascos.
Desatascándose de cualquier miedo,
ese enjambre de abejas obreras avanza.
Les mueve una sola meta,
que no es otra que la de pensar en el día
en que con las manos ennegrecidas de tierra,
pero con la mente fría,
exclamen diciéndole a su descendencia:
"esta es nuestra casa,
entra solo si sabes vivirla en armonía."
¿Por qué, entonces, esperas a que otras vengan, hagan y te lo cuenten?
Abre los ojos, sal a la calle,
despereza tu alma y planta.
No lo dejes para mucho más tarde,
porque está en juego hoy, sí,
pero sobre todo, el surgir de nuevos días.