Síndrome de alienación parental (SAP)
El Caso Infancia Libre revive (otra vez) el supuesto síndrome de alienación parental: qué es y de dónde viene
Las primeras sentencias que utilizan el concepto de “síndrome de alienación parental” en España son del año 2004, el mismo en el que se aprueba la ley integral contra la violencia de género, que supuso un cambio de enfoque en el abordaje este tipo de violencia. Pese a su escaso apoyo entre la comunidad científica, el llamado Síndrome de Alienación Parental (SAP) vuelve a la actualidad de forma recurrente.
Una búsqueda en el Centro de Documentación del Consejo General del Poder Judicial arroja los siguientes datos al introducir como concepto “alienación parental”: las primeras sentencias que incluyen este término son del año 2004, el mismo en el que se aprobó la Ley Integral de Medidas de Protección Contra la Violencia de Género.
La búsqueda no es exhaustiva, pero da una idea aproximada de cuál era el contexto en el que la “alienación parental” llega a España. No es casual que el supuesto síndrome de alienación parental, que nace en EE UU en los años 80, aterrice en España de la mano de la ley de violencia de género, que supuso un cambio de paradigma en el abordaje a la violencia contra las mujeres en el ámbito de la pareja, advierte la psicóloga clínica Sonia Vaccaro.
En los quince años que han transcurrido desde entonces, este supuesto síndrome, que tiene escaso reconocimiento en la comunidad científica, revive cada cierto tiempo, como lo ha hecho ahora con el caso Infancia Libre, el de cuatro mujeres que denunciaron abusos sexuales de sus exparejas hacia sus hijos y que ha derivado en un torrente de afirmaciones que comparten el “argumentario pro SAP”. “Hay realidades que no se ven porque no se quieren ver, y en el imaginario encaja mejor una madre mentirosa que el hecho de que haya muchos pederastas”, dice Vaccaro, que también es coautora —junto a Consuelo Barea—de El pretendido Síndrome de Alienación Parental.
QUÉ ES EL SAP
El llamado “síndrome de alienación parental” (SAP) es un término que acuña el médico estadounidense Richard Allan Gardner en 1985. Con él describe un conjunto de comportamientos mostrados por niños que supuestamente habían sido manipulados psicológicamente para posicionarse en contra de uno de los progenitores y que surge en disputas por la custodia.Fátima Urzanqui, psicóloga especialista en violencia de género, llama la atención sobre este punto: “Es curioso que el sistema judicial emita diagnósticos; es como si un médico redactara sentencias judiciales, no tiene ni pies ni cabeza”, explica.
La receta de Gardner para atajar este “síndrome” es una “terapia de la amenaza”, como él mismo la llamó: un tratamiento de choque que pasa por retirar la custodia al supuesto padre alienador, de modo que se saca al niño de su entorno. Un tratamiento que no aplica un médico sino, de nuevo, un juzgado, señala Urzanqui.
“En España, el supuesto síndrome de alienación lleva años instaurándose de forma muy virulenta, y lo que pasa es que ahora hay intereses para resucitarlo”, explica en relación a un artículo de El Mundo que sugiere que un documento elaborado por especialistas contiene “el plan ideado” por las madres de la asociación Infancia Libre. “Desde la ciencia es imposible que sea reconocido, si no se tiene una contaminación ideológica”, dice Urzanqui.
Vaccaro y Urzanqui llaman la atención sobre otros aspectos des SAP: su creador defiende abiertamente la pedofilia en algunos de sus textos y su acreditación de psiquiatra no pudo ser encontrada en una investigación que Vaccaro realizó junto a Consuelo Barea.
La práctica de la aplicación del SAP demuestra que, pese a la forma neutra del término, que no hace referencia al sexo del progenitor, su uso se ceba sobre las madres
La práctica de la aplicación del SAP demuestra que, pese a la forma neutra del término, que no hace referencia al sexo del progenitor, su uso se ceba sobre las madres. De hecho, un estudio del colectivo Abogadas por la Igualdad reveló en 2010 que aplicar el SAP en un tribunal no tiene las mismas consecuencias para los padres que para las madres. El estudio analiza 21 resoluciones emitidas por el tribunal autonómico asturiano entre los años 2003 y 2009 en las que se hacía referencia a dicho síndrome.
El estudio determina que, en los pocos casos en los que la supuesta alienación al menor procedía de la madre, el juez acordó la retirada de la custodia, mientras que cuando dicha forma de violencia procedía del padre, incluso en un grado severo, los magistrados prefirieron no privarles de su derecho para evitar posibles traumas al menor.
MANUALES DE DIAGNÓSTICO
Un fantasma recorre los foros incel: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido el concepto “alienación parental” en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), un catálogo que sirve como estandarización mundial de la información de diagnóstico en el ámbito de la salud. El “lobby pro SAP”, como lo denomina Vaccaro, te pedirá que introduzcas el término “alienación parental” en este buscador para ver con tus propios ojos cómo la página te devuelve un resultado: “problemas de la relación entre el cuidador y el niño”.
“El manual de la OMS es un manual que no solo clasifica enfermedades, esto lo tenemos que saber, sino que clasifica todo lo que es un problema de salud: epidemias, catástrofes metereológicas”, dice Sonia Vaccaro. En segundo lugar, el manual que está revisando la OMS no se ha editado, lo que se hará en 2022, aclara, y tampoco incluye en su buscador el “síndrome de alienación parental”, sino el término “alienación parental”.
En la comunidad científica, el término tiene poca aceptación, y también el CGPJ ha recomendado repetidamente que no se utilice en los juzgados
Pero es que, además, “el único manual que clasifica trastorno y enfermedades mentales que hay en el mundo occidental es el DSM”, afirma en referencia al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders que edita la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. “Esta operación de lobby ya la conocemos porque se hizo con el DSM V [la versión vigente] en su día”, recuerda Vaccaro. “Hizo tanta presión, incluso salió a decir en qué página iba a estar incluido, que por primera vez en la historia del DSM tuvo que salir su coordinador general a decir que el SAP no iba a estar porque no es ni una enfermedad, ni un trastorno, ni nada que se le parezca”.
Lo cierto es que, en la comunidad científica, el término tiene poca aceptación. La Asociación de Neuropsiquiatría emitió un comunicado en 2010 contra el uso clínico y legal del llamado síndrome de alienación parental.
También el Consejo General del Poder Judicial en su Guía de Criterios de Actuación Judicial contra la violencia de género asegura que utilizar los planteamientos de Gardner en los procedimientos de guarda y custodia de menores “supone someter a éstos a una terapia coactiva y una vulneración de sus derechos por parte de las instituciones que precisamente tienen como función protegerles”. Un criterio en el que ha insistido luego.
Además, la medida 219 del Pacto de Estado contra la Violencia de Género insta al CGPJ a “realizar aquellas actuaciones que sean necesarias para evitar que el denominado Síndrome de Alienación Parental pueda ser tomando en consideración por los órganos judiciales, fomentando el conocimiento entre los operadores jurídicos del significado de dicha expresión” porque “carece de base científica y está excluida de los catálogos de enfermedades científicamente reconocidas por lo que será inadmisible como acusación de una parte contra la otra en los procesos de violencia de género, separación, divorcio o atribución de custodias a menores”.
En el buscador del Centro de Documentación Judicial, el número de sentencias que aparece como resultado de una búsqueda del término aumenta progresivamente desde 2004. Lleva al máximo en 2017 (61 sentencias) y desciende en 2018. Porque, pese a la repuesta que se ha dado al pretendido síndrome, los jueces siguen utilizando el concepto.
“El SAP es un instrumento al servicio de un imaginario colectivo misógino que resuelve de forma fácil un tema complejo”, dice Vaccaro. “Me podrás decir que hay personas que malmeten, y es reprobable; pero eso no es un delito y no puede justificar hacer un cambio drástico de custodia”.
“Yo lo que veo ahora en la consulta es que las mujeres me dicen que no van a denunciar hasta que sus hijos no sean mayores de edad porque les han dicho que les van a quitar los niños: el SAP es un castigo patriarcal para las mujeres que se quieren divorciar o que denuncian incesto o malos tratos”. Sobre el caso Infancia Libre, advierte del peligroso mensaje que se lanza al culpabilizar a los profesionales, como ha han hecho organizaciones profesionales, entre ellas la Asociación Española de Neuropsiquiatría y Profesionales de Salud Mental y la Asociación de Pediatras de Atención Primaria: “No somos samaritanos, es nuestro trabajo protegerlos”.
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