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Sector del juego
La apuesta errónea del Supremo
El fin no justifica los medios. Más o menos esto ha sido lo que ha querido decir el Tribunal Supremo anulando varios artículos del real decreto 958/2020 de comunicaciones comerciales de las actividades del juego que limita la publicidad del juego y las apuestas online, la gran regulación que dejó el ex ministro Alberto Garzón durante sus cuatro años de gobierno en la pasada legislatura. El Tribunal entiende que “determinadas limitaciones o prohibiciones establecidas en la norma reglamentaria carecen de la necesaria cobertura legal”. Es decir, lo que está diciendo el Tribunal es que un real decreto no puede establecer prohibiciones genéricas y hay que tener en cuenta el principio de proporcionalidad. Resumiendo, un real decreto no puede hacerlo porque no es una norma con rango de ley.
Los artículos que el Supremo anula son los relativos a las actividades de promoción dirigidas a nuevos clientes, la aparición en la publicidad de personajes famosos y la prohibición generalizada para la difusión de comunicaciones comerciales a través de servicios de la sociedad de la información. También la publicidad del juego en plataformas de intercambios de vídeos y la limitación de la posibilidad de llevar a cabo la publicidad a través de redes sociales.
Los magistrados del TS no anulan, por tanto, el reglamento entero, sino que estiman de forma parcial el recurso que presentó la Asociación Española del Juego Digital. Esta asociación recurrió por completo el real decreto, incluyendo la posibilidad de que en las comunicaciones comerciales apareciera el mensaje relativo a los “efectos dañinos” derivados del juego, algo que el alto Tribunal mantiene, además de no apreciar exceso alguno en el hecho de que se establezcan mecanismos para la detección de comportamientos de riesgo.
Durante el día de ayer varios tabloides de la industria del juego celebraron la sentencia y publicaron portadas con burlas hacia el ex ministro Garzón. La industria, que vive principalmente de generar ludopatía entre la población, es una de las más duras a la que se enfrentó el equipo del Ministerio de Consumo. La realidad es que la ludopatía es una de las mayores adicciones en nuestro país, con más de 400.000 personas con trastorno por juego patológico, que afecta cada vez más a nuestros jóvenes.
Casas de apuestas
Apuestas El 12% de los jóvenes que apuesta online desarrolla problemas con el juego
La decisión más importante de Garzón fue precisamente este decreto. Y un avance que plasmaba reivindicaciones de familias, colectivos, psicólogos e investigadores que advertían del enorme daño que conllevaba la publicidad grotesca y desmesurada en diferentes medios. Durante los últimos años, antes de la llegada de Alberto Garzón al Ministerio de Consumo, la publicidad de las apuestas era desorbitada: en 2017 más de 2.744.000 anuncios en televisión, radio y redes sociales invitando a la población española a apostar. Presentadores de televisión, jugadores de fútbol y estrellas del deporte anunciando locales de apuestas, un daño terrible para los más jóvenes que quieren emular a sus ídolos deportivos.
Las empresas que ofrecían microcréditos pronto empezaron a proliferar y sus anuncios inundaron nuestras televisiones y radios. Tremendo. Las consecuencias de este despropósito pronto dejaron su impronta en datos relativos a inicio en el juego a edades tempranas y lo más preocupante: la normalización del juego en el deporte, algo enormemente contraproducente y que mancilla el espíritu del deporte.
La normalización de las apuestas trajo consigo una pandemia, silenciosa, que se traduce en miles de vidas rotas, miles de personas arruinadas, familias destrozadas y suicidios
La norma que entraba en vigor ponía fin a una auténtica alfombra roja que se había puesto en la industria durante décadas. Durante los años de M.Rajoy no hubo un solo plan de prevención, se rebajó hasta en cinco puntos el impuesto de sociedades y España se convirtió, después de Las Vegas y Macao, en el gran oasis para las empresas del juego aprobando centenares de licencias. La normalización de las apuestas trajo consigo una pandemia, silenciosa, que se traduce en miles de vidas rotas, miles de personas arruinadas, familias destrozadas y suicidios. En España, el juego representa la tercera causa de suicidio. Es evidente que hacía falta regular este desmadre. Porque es un problema de salud pública, algo que algunos siguen sin comprender.
Si lo bajamos a lo concreto, a los barrios, España tiene un problema. En algunas regiones el juego es una auténtica lacra permitida por los gobiernos autonómicos. Murcia es la región de Europa con más locales de apuestas por habitante. La degeneración es tal, que en las fiestas de primavera las carrozas llevan la publicidad de los locales de apuestas, regalando balones y caramelos a los niños con el nombre de sus empresas. En Madrid hay más de 700 locales abiertos operando en barrios populares y creando una auténtica masa de chavales enganchados a los juegos de azar. Es el Eurovegas del sueño mojado de la derecha ultra neoliberal dispersado por todos los barrios de trabajadores. Castilla la Mancha y Canarias son líderes en casinos, Catalunya en bingos, Ceuta y Melilla se han convertido en paraísos fiscales para las multinacionales del juego y prácticamente todos los informes de los observatorios del juego en las diferentes CCAA advierten una cosa en común: que los jóvenes españoles vuelven a pisar los locales de apuestas, lo hacen en grupo como forma de diversión. Un rotundo fracaso de nuestra sociedad que demuestra la cantidad de trabajo que queda aún por hacer. Porque el juego mata.
La vuelta de los famosos publicitando el juego es un paso atrás enorme. Enorme. Los medios que viven de los abultados beneficios económicos de la publicidad de estos negocios hoy celebran la sentencia del TS. Debo decir que poco quieren a su patria colaborando y cooperando de este esperpento y de esta tragedia que está machando a miles y miles de personas. Es un problema de salud pública, por supuesto que lo es.
El juego responsable no existe. Lo que existe son grandes planes de prevención para que los chavales no jueguen, no se arruinen y no caigan enfermos
Durante años el sector ha querido blanquear su actividad mediante la figura del “juego responsable” entrando en los colegios gracias a convenios de colaboración público-privada con las diferentes consejerías de algunas CCAA para dar charlas sobre cómo jugar responsablemente. Imaginen a la industria tabacalera explicando a los chavales cómo fumar responsablemente. Qué indecencia. El juego responsable no existe. Lo que existe son grandes planes de prevención para que los chavales no jueguen, no se arruinen y no caigan enfermos. Lo que se debe invertir es en la sanidad pública para tratamientos con recursos públicos, regular una actividad que produce adicción por mucho que la industria se empeñe a base de talonarios para blanquear y negar la realidad.
Algunas Comunidades como Aragón, Valencia y Baleares en la pasada legislatura aprobaron leyes de regulación y prohibiciones de publicidad en lugares frecuentados por niños y jóvenes pioneras y redactadas con mucho esfuerzo y voluntad, acompañando el trabajo valiente en el Ministerio de Consumo dirigidos por Alberto Garzón, que se puso al frente de un trabajo que ha supuesto un avance inmenso.
Quien se encargue de dirigir el trabajo en los próximos años tiene que continuar la senda inicial. Y tiene que ser valiente, porque el sector es implacable
Por eso, y aunque esta sentencia supone un retroceso que las diferentes asociaciones de psicólogos, investigadores en adicciones conductuales y colectivos no entienden, debemos seguir empujando entre todos para recuperar el camino mostrado por el equipo de Garzón. No nos detengamos. Quien se encargue de dirigir el trabajo en los próximos años tiene que continuar la senda inicial. Y tiene que ser valiente, porque el sector es implacable: quien les escribe este artículo ha sido objeto también de amenazas, burlas y señalamientos por posicionarme firmemente en contra de las apuestas en el deporte y elaborar un informe que desmonta el discurso falaz de las empresas del juego.
Volveremos a hacerlo, porque la sensatez y la cordura deben prevalecer. Los anuncios con famosos invitando a apostar deben ser parte del pasado. España tiene que mirar al futuro y en ese futuro tenemos la enorme responsabilidad de terminar con los que algunos ya denominan “la adicción del S.XXI”. Con firmeza, con determinación, y con la convicción de que estamos en el lado correcto de la historia.