We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Senegal
El Gobierno senegalés cumple su primer año en el poder con más preguntas que respuestas
.jpg?v=63913670931)
Es 2 de abril de 2024 al mediodía y algo parece que está a punto de empezar en la casa de Aissatou Gassama, en Ziguinchor, al sur de Senegal. Los tres últimos años de vaivén político han servido para alcanzar este momento: la oposición política anticolonialista, por primera vez en la historia del país, ha alcanzado la presidencia, y Aissatou y sus vecinos lo ven por televisión. Es el fin de unas semanas caóticas con opositores encarcelados, un presidente —Macky Sall— que barajaba quedarse en el poder más allá de los dos mandatos y un aplazamiento electoral finalmente fallido.
Bassirou Diomaye Faye, candidato a la presidencia, y Ousmane Sonko, el opositor más popular de Senegal y el principal valedor de Faye, salen de la cárcel a pocos días de las elecciones. Tras una campaña breve en la que son aclamados por miles de jóvenes en cada población que visitan, el 24 de marzo Faye gana en primera vuelta a Amadou Ba, el candidato continuista. Las calles de Ziguinchor lo celebran hasta altas horas de la madrugada, en una fiesta donde todas las canciones están dedicadas a Ousmane Sonko, oriundo de esta misma localidad.
La escena se da en una habitación de pocos metros cuadrados en la que se han agrupado Aissatou y compañía. Detrás de ellos se ven dos símbolos que explican el éxito electoral del nuevo gobierno: un saco de arroz producido en Pakistán y una tabla coránica. Los seguidores del gobierno de Faye —-que acabará nombrando a Sonko como primer ministro—- no dejan de repetir que Sonko es un hombre “que teme a Dios”, a diferencia de los gobernantes anteriores, considerados corruptos y vendidos a Francia, la antigua metrópolis. La resolución de la crisis alimentaria —el arroz no ha dejado de subir de precio durante los últimos dos años —es una de las bazas del discurso soberanista que ha triunfado electoralmente. Lamine Sané, estudiante, lleva días hablando sobre “el proyecto”, los planes del nuevo gobierno que, gracias al uso de los recursos naturales del país —oro, petróleo y gas—- transformarán económicamente a Senegal.
Poder político absoluto; mucha más deuda de la esperada
Un año después de la llegada a la presidencia de Bassirou Diomaye Faye, muchos senegaleses siguen esperando el nuevo comienzo. En noviembre de 2024 el Pastef, el partido de la presidencia, arrasó en las elecciones legislativas convocadas por Faye. Hasta entonces, la dupla Faye-Sonko se había encontrado con el bloqueo del Parlamento, aún en manos de los diputados del anterior partido de Gobierno. Para implementar las promesas más ambiciosas de su programa debían contar con un Parlamento alineado con el Ejecutivo, y la ciudadanía senegalesa les dio mucho más que la mayoría necesaria: 130 diputados de 165. El mismo día de las elecciones legislativas, Senegal anunció que no renovaría el tratado de pesca con la Unión Europea, vigente desde 2015.
La periodista Maimouna Sané considera que, aunque los grandes cambios siguen sin llegar, este ha sido un año positivo para Senegal: “Algunas iniciativas, en dos o tres años, reducirán significativamente el paro y esto podrá frenar las migraciones a través del mar”, cuenta a El Salto. Sané considera que el actual Gobierno, más transparente que el anterior, renegociará los contratos de explotación de los recursos naturales. Además, “la información es ahora más accesible gracias a los portales en línea, y la ciudadanía puede seguir con facilidad los programas que el Estado quiere poner en marcha”.
Meses después de llegar al poder, una auditoría del Tribunal de Cuentas reveló que la deuda pública era mucho más elevada de lo que se había contado: en lugar de ser del 75% del PIB, superaba el 100%
Meses después de llegar al poder, una auditoría del Tribunal de Cuentas reveló que la deuda pública era mucho más elevada de lo que se había contado: en lugar de ser del 75% del PIB, superaba el 100%, lo que restaba margen de maniobra al Gobierno. Tras la publicación de los nuevos datos, el préstamo en marcha del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue suspendido en octubre de 2024 por el organismo internacional.
Desde entonces, el presidente Faye y su ministro de finanzas intentan acercar posturas con el FMI, que hasta ahora se ha mostrado dispuesto, aunque cauto, a la hora de firmar un nuevo acuerdo. Muchos temen que las medidas de austeridad sean más duras que las que ya preveía el acuerdo cancelado, que sugería el aumento de los precios de la energía y la reducción del déficit público.
“En cuestiones económicas, Sonko y compañía siguen operando dentro del paradigma colonial” comenta Ndongo Samba Sylla. Este economista senegalés es el coautor, junto a la periodista Fanny Pigeaud, de L’arme invisible de la Françafrique (Editions La Découverte), un libro sobre el Franco CFA, la moneda que se utiliza en Senegal y en trece países africanos más. Esta moneda, a cambio de una paridad fija —655 Francos CFA por un euro— ofrece ventajas a los inversores franceses en toda la zona CFA, e induce a países como Senegal a una economía sin industria. La divisa fuerte estimula las importaciones en detrimento de los productores locales y dificulta la venta de productos senegaleses en el extranjero, al ser menos competitivos.
Senegal
Senegal Una ‘Escuela de rehenes’ o cómo Francia usó la educación en África para transformar las mentes
Tanto Faye como Sonko habían manifestado en numerosas ocasiones su intención de abandonar el CFA, pero durante la campaña electoral rebajaron sus peticiones, y ahora el tema prácticamente ha desaparecido de la agenda: “Han dado marcha atrás. Ahora hablan de mantenerse en la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) —la agrupación de países de África occidental que utiliza el CFA—, sacar a Francia del sistema y modificar el tipo de cambio. Dicho de otra manera, mantener el statu quo”, critica el economista, aunque reconoce que la reforma monetaria será complicada hasta que no se haya resuelto el asunto de la deuda externa. Según los datos del Banco Mundial, Senegal deberá pagar 4.000 millones de dólares de servicio de la deuda en 2026 (casi el 13% del PIB actual). Ante el pago de una factura tan alta (y en dólares) a corto plazo, la vía de crear una moneda propia —y hacer frente a una posible caída de su valor— es un escenario políticamente complicado.
“No lamentamos haber votado por ellos”
Desde el verano pasado Senegal se ha convertido en un exportador de petróleo, gracias a una producción de unos 100.000 barriles diarios. Según el FMI, Senegal será la segunda economía que más crecerá en el continente africano en 2025, a un ritmo superior al 8% anual. El proyecto de explotación petrolera se ubica en Sangomar, una plataforma offshore que se encuentra a 100 km al sur de Dakar, la capital del país. El 82% del proyecto es propiedad de la empresa australiana Woodside Energy; y el 18% restante corresponde a Petrosen, la empresa petrolera pública senegalesa. La mayoría del petróleo ha ido a China, que en febrero compró el equivalente a toda la producción mensual senegalesa, pero también a países como España o Estados Unidos.
La necesidad de pagar los vencimientos de la deuda estimula el funcionamiento extractivo de la economía senegalesa: para conseguir dólares, Senegal vende todos sus recursos (pescado, cacahuetes, gas, petróleo, melones) tan rápido como puede. Y lo hace aunque esto consuma unos recursos hídricos cada vez más escasos o dañe la soberanía alimentaria nacional.
Según el FMI, Senegal será la segunda economía que más crecerá en el continente africano en 2025, a un ritmo superior al 8% anual
Pese al fin del acuerdo de pesca con la UE, que en teoría debería aumentar la disponibilidad de pescado, las plantas que convierten el pescado senegalés en harina de pescado destinada a la exportación lo están retirando del mercado local. Son necesarios cuatro kilos de pescado para producir un kilo de harina de pescado; y en 2024 Senegal exportó 15.000 toneladas de harina de pescado, especialmente a mercados europeos, con España a la cabeza con un 38% del total. Cuando, tras todas estas operaciones, Senegal no consigue suficientes dólares para cuadrar las cuentas, pide prestado para mantenerse a flote y pagar los préstamos antiguos con préstamos nuevos: “Estamos atrapados en un esquema Ponzi”, lamenta Ndongo Samba Sylla.
Este modus operandi macroeconómico es el mismo que se aplica al movimiento migratorio que tiene origen en este país. Según Salif Sakhanokho, especialista en migraciones senegalés, las salidas no se han frenado pese al cambio político: “En su encuentro con periodistas del 4 de abril, el día de la independencia de Senegal, el presidente Faye reconoció que, aunque su llegada había suscitado mucha esperanza entre la juventud, las salidas hacia Europa no habían disminuido. Por eso anunció que próximamente se pondrán en marcha políticas de empleo”.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Muchos esperan que la renegociación de los contratos de explotación pueda cambiar esta realidad. “Las cosas mejorarán gracias a nuestros recursos naturales” explica Lamine Sané, que se encuentra en el último curso de formación profesional como electricista. En Ziguinchor se ha reabierto la sede de la empresa estatal de cacahuete, cerrada con el anterior presidente, y esto ha creado empleos entre la juventud. Sané cree que tendrá que irse a buscar trabajo en Dakar cuando acabe sus estudios, pero se mantiene firme en su apoyo al Gobierno. “No lamentamos haber votado por ellos. Ya sabíamos que había más deuda de la prevista gracias a las críticas que Sonko hizo hace años. Tenemos total confianza en nuestro líder; todo lo que él decía antes, ahora lo estamos afrontando”, concluye.