República del Sudán
La guerra en Sudán se enquista: ejército y milicias cometen crímenes de guerra contra la población civil

Un informe de Amnistía Internacional documenta más de tres meses de vulneraciones y violencias contra la población civil sudanesa mientras las partes implicadas en el conflicto niegan toda responsabilidad.
Sudán Guerra civil 2023 - 2
Campamento de refugiados sudaneses en Adre, Chad. Foto: Amnistía Internacional (©)
3 ago 2023 08:59

Pasaban cinco días del inicio de la guerra en Sudán cuando la familia de Kodi Abbas tuvo que salir corriendo de su casa. Los enfrentamientos que los primeros días del conflicto no habían llegado a su barrio en Jartum, estallaron de repente. La confrontación entre las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS)  y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) estaba demasiado cerca de su hogar. “Mi mujer y mis hijos huyeron de casa (...) Mis dos hijos menores, Hassan, de seis años, e Ibrahim de ocho años, junto a mi sobrino, Koko, de siete, eran pequeños y no pudieron correr los suficientemente rápido. Les mataron. A los tres”. 

El testimonio de Kodi Abbas, un profesor de 55 años, es uno de los muchos que Amnistía Internacional ha recopilado en su informe “La muerte vino a casa: crímenes de guerra y sufrimiento de la población civil en Sudán”, en el que reporta cómo, desde aquel 15 de abril en el que los antiguas aliados, FAS y FAR empezaron una guerra sin cuartel entre sí, con terribles efectos para la ciudadanía sudanesa.

El conflicto entre los actores implicados, liderados respectivamente por General Abdel Fattah al-Burhan ( y General Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), surge tras el fracaso de la paz alcanzada el 5 de diciembre de 2022, firmada por ambos grupos y un sector de la sociedad civil —y criticada por una buena parte de activistas sociales y disidentes— por el que Sudán debía volver a la senda de la transición democrática iniciada por la revolución de diciembre de 2018. Los dos actores habían sido hasta ese momento aliados, dando un golpe de estado conjunto que truncaría el proceso democratizador en septiembre de 2021. La lucha de poder entre el ejército, y las FAR, creadas en 2013 a partir de las filas de los Janjaweed y funcional desde entonces al mantenimiento del régimen de Al Bashir, derrocado en 2019, auguraba un panorama político difícil para el país. La tensión finalmente estalló en un conflicto que se ha ensañado con la población civil.

Sidecar
Sidecar Tiroteos en Jartum
Los enfrentamientos en Sudán reflejan una compleja puja por poder y recursos entre el ejército del país, arraigado a la capital, y las Fuerzas de Apoyo Rápido, surgidas al calor de las políticas de desestabilización de El Bashir.

El balance de la organización internacional de estos más de tres meses de guerra es un compendio de vulneraciones de los derechos humanos que ha sacudido el país, condenando a miles de personas a abandonar sus casas, y a atravesar la frontera con los países vecinos. Situaciones como la vivida por la familia de Abbas, se han dado desde entonces tanto en la capital, Jartum, como en Darfur o el Kordofán norte. Amnistía Internacional apunta cómo en las poblaciones donde FAS y FAR se enfrentan, junto a sus milicias aliadas, no hay ningún lugar seguro, las casas, los lugares donde la gente va a refugiarse, las calles que atraviesan para ponerse a salvo o buscar lo necesario para alimentarse, los hospitales, las carreteras que toman quienes quieren dejar el país, en todos esos lugares la gente es atacada. Algunos mueren, otros son heridos, muchos de los heridos morirán después dada la carestía de recursos sanitarios para abordar la emergencia. 

La organización desgrana de qué manera la vidas de las personas son amenazadas por los contendientes: desde los ataques deliberados a las balas perdidas, ninguno de los dos actores enfrentados en lo que AI ha dado en llamar un conflicto armado no internacional —en el marco de la Convención de Ginebra— estaría respetando los derechos de la población. Algunas de las vulneraciones que se reportan, de hecho, suponen crímenes de guerra, por los que han fallecido miles de personas y otras miles han sido heridas. 

La investigación empezó con los mismos primeros enfrentamientos, el 15 de abril, y termina el 26 de julio. Para recabar los testimonios AI entrevistó tanto a personas refugiadas en el este del limítrofe Chad, como a personas que aún se encuentran en territorio sudanés, incluyendo algunas entrevistas que se hicieron presencialmente en Nairobi y Londres. Las personas entrevistadas señalan, detalla el informe, especialmente a la FAR como perpetradora de violencia, involucrándola en aquellos ataques deliberados hacia la población civil. Además de los ataques indiscriminados, recoge el informe, se señala a las milicias tras el asalto de la iglesia copta Mar Girgis, un mes después del inicio del enfrentamiento, el 13 de mayo.  Los atacantes abatieron a cinco miembros de la iglesia, saquearon el templo, insultaron a los presentes, e intentaron encontrar a las niñas acogidas en el orfanato de la institución religiosa sin conseguirlo. 

Son ya 2.6 millones de personas las que han tenido que abandonar sus hogares, atravesando 750.000 de ellas las fronteras hacia Chad, Egipto y el Sur de Sudán. La guerra no ha afectado solo a sudaneses sino también a personas de otras nacionalidades que llevan años refugiadas en el país

Pero fueron muchas las mujeres, en los lugares afectados por los enfrentamientos, que no pudieron escapar a la violencia sexual de las partes enfrentadas. Tanto las violaciones como los secuestros de mujeres para mantenerlas como esclavas sexuales, son prácticas que han proliferado desde que estallase la contienda y que recuerdan al modo sistemático en el que la violación se usó como un arma de guerra en la guerra de Darfur, que comenzó hace ya dos décadas, en 2003. Un conflicto nunca cerrado que se reactivó horas después de que comenzaran las hostilidades en Jartum, cuando las ciudades El Fashir en el Norte de Darfur, El Geneina, en Darfur Occidental y Zalingei en Darfur Central, empezaron a registrar enfrentamientos, en los que además de los dos principales actores en disputa, se sumaban otras milicias aún activas.

De nada han servido las múltiples declaraciones de alto al fuego que se han anunciado desde que estallara el conflicto, este no ha hecho sino recrudecerse y enquistarse. Según las Naciones Unidas, reporta AI, son ya 2.6 millones de personas las que han tenido que abandonar sus hogares, atravesando 750.000 de ellas las fronteras hacia Chad, Egipto y el Sur de Sudán. Se da la circunstancia de que la amenaza no ha afectado solo a sudaneses sino también a personas de otras nacionalidades que llevan años refugiadas en el país, como pueden ser etíopes, eritreos y ciudadanos de Sudán del Sur.

El informe denuncia asimismo la ineficacia de la respuesta internacional a un conflicto que pone la vida de millones de personas en riesgo.

La guerra en primera persona

De las 181 personas con las que las investigadoras de AI conversaron, 59 eran supervivientes y testigos de violaciones de derechos humanos, 42 familiares de víctimas, 11 personal médico que atendió a sobrevivientes, y 13, trabajadores humanitarios. 

La organización reconoce por otro lado que, en el caso de Darfur, no pudo recabar información sobre ataques perpetrados por milicias no árabes (y en particular Masalit) dado que en los campos de refugiados del Chad oriental donde entrevistó a personas refugiadas, la mayoría huían de la FAR y otras milicias árabes aliadas. Además de los testimonios la organización de derechos humanos se ha basado en vídeos distribuidos en las redes sociales, imágenes satelitales, y otro tipo de documentos que han sido verificados antes de ser incluidos en el informe. 

“Me llevaron bajo el puente, donde habían acampado, me tiraron al suelo, y me apalearon, eran seis. Uno de ellos me disparó. La bala entró por mi espalda y se quedó en el abdomen. Después vieron mis documentos y comprobaron que no soy un soldado y no tengo relación con el ejército, y me liberaron”, quien habla es un joven periodista que fue interceptado por la FAR en Jartum mientras tomaba fotos con su teléfono móvil. El joven fue afortunado y, tras caminar a casa de unos parientes, un médico le extrajo la bala que, milagrosamente, no había dañado ningún órgano vital, algo que le salvó la vida, pues los hospitales no están operativos, siendo esta la causa de muchas de las muertes que se han registrado desde el inicio de la guerra. 

De hecho, los hospitales han sido uno de los objetivos de ataque de ambas partes, siendo bombardeados y saqueados. En el hospital universitario de El Geneina, 47 personas que habían tomado refugio, fueron asesinados. El 14 de mayo, otro ataque en el Medical Rescue Center acabó con la vida de 14 personas, una de ellas, el médico de 38 años Adam Zakaria Is’haq que trabajaba con la Darfur Network for Human Rights. Los ataques documentados en la ciudad fueron perpetrados por milicias árabes armadas, según declararon colegas del doctor. 

“Estaba con mi marido y mis dos hijas menores. Miembros de la FAR en uniforme entraron en la escuela y mataron a dos hombres heridos, y a otros tres hombres que les estaban asistiendo”

Un mes después, el 14 de junio, la FAR convocó al Gobernador de El Geniena, quien murió a manos de las milicias junto a su guardaespaldas. Este asesinato provocó un éxodo de numerosas personas pertenecientes a la comunidad Masalit hacia Chad. Estas personas, sufrieron también la violencia durante su huida. “Éramos 20 personas en nuestro coche, doce de mi familia, y otras ocho. Viajábamos con otros vehículos en convoy escoltados por hombres mesalit armados. Nuestro vehículo volcó cerca de Adi Kun, y nos quedamos atrás. Cuando volvimos a la carretera, milicianos árabes montados en motocicletas vestidos de civil dispararon a nuestro vehículo desde el lado derecho. Mi prima Nada y otras cuatro mujeres murieron”, explica uno de los supervivientes. 

Las personas también fueron atacadas mientras permanecían en el lugar donde habían ido a buscar refugio, “había un tiroteo intenso alrededor y las balas venían de todas partes. Fuimos a una escuela cercana. Estaba con mi marido y mis dos hijas menores. Miembros de la FAR en uniforme entraron en la escuela y mataron a dos hombres heridos, y a otros tres hombres que les estaban asistiendo”, explica en el informe una mujer que perdió un embarazo de nueve meses por heridas de bala.

De nuevo la violencia sexual como arma de guerra

“Dos hombres vestidos con uniformes de la FAR, con sus rostros parcialmente cubiertos con pañuelos y llevando rifles kalashnikov, vinieron a mi casa. Solo estábamos mis hijas y yo... Me apuntaron con sus rifles y amenazaron con matarnos a los tres si no salía fuera. Los dos hombres se quedaron en mi casa por dos horas y 20 minutos, cuando se fueron mis hijas estaban mal”, narra un vecino de Jartum sobre la violación de sus hijas, subrayando que tras la agresión no había ningún lugar donde ir ni posibilidad de buscar ayuda médica para las jóvenes. 

El informe recoge el caso de un grupo de 24 mujeres y chicas que fueron secuestradas y encerradas en un hotel, mantenidas en condición de esclavitud sexual durante algunos días por integrantes de las FAR

Según testimonios de médicos recopilados por AI, las violaciones que se vienen produciendo desde el 15 de abril son perpetradas tanto por integrantes de las FAR como por las milicias aliadas. Las mujeres y niñas fueron asaltadas en sus casas, o cuando estaban en el exterior buscado alimento. El informe recoge asimismo el caso de un grupo de 24 mujeres y chicas que fueron secuestradas y encerradas en un hotel, mantenidas en condición de esclavitud sexual durante algunos días por integrantes de las FAR. La falta de hospitales activos y de cualquier tipo de acompañamiento tras haber sufrido violencia sexual, así como la ausencia de autoridades policiales ante las que denunciar las agresiones, agrava las consecuencias en las víctimas. Son de hecho las FAR, antiguos Janjaweed, conocidos por la violencia sexual sistemática en Darfur, la fuerza señalada principalmente. AI destaca que la mayoría de casos de violación se dieron en el territorio controlado por esta fuerza, por parte de sus propios efectivos o de milicias aliadas. También se registraron algunos casos en los que se acusaba a las FAS de estar detrás de esta violencia. 

“Estamos comprometidos con salvaguardar a los individuos de toda forma de crimen, incluyendo las agresiones sexuales, condenamos toda acción no ética y rechazamos estas acusaciones”, alegaban desde las milicias en respuesta a AI. En la misma comunicación, señalaban haber puesto en marcha comités para investigar las denuncias, combatir la impunidad y cooperar con la ciudadanía, estableciendo puntos focales contra el crimen. Ese es el tono general de las comunicaciones de estas fuerzas cuando se les acusa de vulnerar los derechos humanos, la negación de haber cometido cualquier crimen y la alusión a mecanismos de fiscalización en el lenguaje de los derechos humanos. Las FAS, por su parte, ha negado en términos similares su implicación en ataques contra la población civil, pero siendo menos prolífico que su rival, informa AI.

República del Sudán
Un mes de guerra en Sudán Sudán, las guerras no tan lejanas y la urgencia de un nuevo pacifismo
Un día las bombas se empiezan a escuchar más cerca, tu casa ya no es un lugar seguro, las calles se llenan de gente armada que podría matarte, los cafés se vacían, los hospitales colapsan, la guerra ya está ahí, y tú no estás preparado.

Recomendaciones

El informe termina con una serie de interpelaciones a las partes implicadas, organismos internacionales y terceros países. A las FAR y las FAS les exige que detengan la violencia contra la población y garanticen vías seguras para que la gente pueda dejar las zonas de conflicto. También les pide que faciliten el acceso de ayuda humanitaria y protejan a trabajadores e instalaciones, y por último que investiguen las vulneraciones de derechos cometidas por sus efectivos. Respecto a las autoridades sudanesas, y en particular al Ministerio de Justicia y al de Seguridad Social, se les exige que pongan en marcha las investigaciones necesarias para garantizar la rendición de cuentas y que brinden apoyo específico a las víctimas de violencia sexual.

La organización anima a los organismos internacionales regionales como el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos a empujar activamente por el fin de las hostilidades y garantizar que se investiguen las vulneraciones de derechos humanos. También abogan por extender el embargo de armas que afecta a Darfur a todo el país. La organización recuerda el comunicado de la IGAD (autoridad intergubernamental sobre el desarollo) del pasado 10 de julio en el que se compromete a “trabajar de cerca con la Comunidad Internacional para desplegar un mecanismo robusto de monitoreo que será instrumental para llevar a los perpetradores ante la justicia”. 

AI invita así mismo a ampliar el mandato de la Corte Penal Internacional que investiga los crímenes en Darfur a aquellos cometidos en todo el país, y reforzar la misión de la ONU en Sudán. Conmina a los países fronterizos a abrir las fronteras y facilitar la protección internacional a las personas refugiadas, interpelando también a los países aliados de Sudán fuera de la región para que acojan a las personas exiliadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

En el margen
Mamadou Yero Seydi Mballo “Nos encontramos ya en un ciclo político en el que la ofensiva hacia nosotros se irá acentuando año a año”
A partir de sus lecturas decoloniales y su activismo político, Mamadou Yero Seydi Mballo explora los desafíos que enfrenta el antirracismo desde una perspectiva que pone en el centro el discurso colectivo y el diálogo intergeneracional.
Uranio
Congo Conspiraciones en el Congo
De la bomba de Hiroshima a las armas nucleares israelíes, el camino conduce al uranio del Congo.
Fronteras
Europa Fortaleza La militarización del Mediterráneo empuja a miles de personas hacia la ruta canaria, la más letal
Un informe advierte que el “alto nivel de violencia” que padecen las personas que migran desde Argelia o el norte de Marruecos “ha obligado” a que opten por la ruta canaria a pesar de ser más peligrosa.
Vigo
Sanidade Unha multitudinaria manifestación enche Vigo contra a privatización sanitaria orquestrada desde a Xunta
Ducias de miles de persoas e os partidos da oposición acoden ao chamado de SOS Sanidade Pública para reclamar “a reconstrución da área sanitaria de Vigo”, empobrecida pola privatización de servizos e os sobrecustos do Álvaro Cunqueiro.
Vigo
Política A exdirectora financeira de Povisa perfílase como a nova líder do PP de Vigo
Luisa Sánchez Méndez foi entre 1999 e 2023 alto cargo do Hospital Povisa desde onde Alfonso Rueda deulle o pulo á sanidade pública, dirixindo os Recursos Humanos da Consellería de Sanidade na área sanitaria de Pontevedra e O Salnés.
Medio ambiente
Minaría A Xunta xestiona a reactivación de 51 minas en Galiza coa licenza caducada
O goberno de Alfonso Rueda publicou medio centenar de concursos de dereitos mineiros con permisos caducados que abrirán as explotacións unha vez conclúa unha fase de análise e investigación do solo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel firma el acuerdo con Hamás, pero todavía tiene que votarlo el Gobierno
Los representantes israelíes en Doha validan el pacto para un cese temporal de las hostilidades y un intercambio de prisioneros. Este viernes se vota en el Gobierno israelí, donde dos partidos ultras se oponen.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en “Excomunistas” la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Poesía
Poesía A linguaxe contra o espolio
Daniel Salgado reformula as claves da poesía política na contemporaneidade.

Últimas

Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP sólo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo, que no es una de ellas.
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Galicia
Galicia La exdirectora financiera del mayor hospital privado de Galicia se perfila como la nueva líder del PP de Vigo
Luisa Sánchez Méndez fue entre 1999 y 2023 alto cargo del Hospital Povisa desde donde Alfonso Rueda le dio el empujón a la sanidad pública, dirigiendo los Recursos Humanos de la Consellería de Sanidade en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés.
Argentina
La motosierra de Milei La canción infantil que Milei no quiere que se escuche
El Gobierno de La Libertad Avanza censura un tema musical que habla sobre los abusos a la infancia y ha servido para destapar casos de agresiones sexuales.
Euskal Herria
El Salto recomienda Diez películas en Filmin sobre historia alternativa, el conflicto y la cultura vasca
Hordago recomienda diez películas del catálogo de Filmin sobre la historia de Euskal Herria, su convulsa sociedad y una cultura rica y enigmática.

Recomendadas

Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.