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Transfobia
Cassandra Vera: “La Fiscalía hace el ridículo al decir que mi nombre es un seudónimo”
Ni la Audiencia Nacional ni el Tribunal Supremo han respetado la identidad de género de esta mujer transexual condenada por varios tuits en los que hacía chistes sobre Carrero Blanco. Arcópoli elevará una queja por el tratamiento a la tuitera.
“El fiscal sabe de sobra que soy una mujer transgénero y utiliza el argumento de que Cassandra es un seudónimo para humillarme”, dice la tuitera condenada por varios chistes sobre Carrero Blanco. En el caso de Cassandra Vera, la transfobia se mezcla con una aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana que ha llevado a la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información a definir 2017 como “el año de los delitos de opinión”.
En marzo de 2017, la Audiencia Nacional hacía pública la sentencia por la que condena a un año de prisión a Cassandra por “humillación a las víctimas del terrorismo”. Su delito: 12 tuits irónicos sobre la muerte de Carrero Blanco. Sus abogados interpusieron recurso en el Tribunal Supremo, un recurso que la Fiscalía pide inadmitir, como se ha podido saber este mes de enero. El este escrito, la Fiscalía no solo no reconoce la identidad de Cassandra, mujer transexual, sino que va un poco más lejos al asegurar que utiliza un seudónimo para cometer delitos. Un “seudónimo” con el que figura en las listas de la Facultad o en su contrato de alquiler, mientras espera resolver el cambio en el DNI, que ya ha solicitado.
La Asociación Arcópoli ha anunciado su intención de elevar una queja a la Fiscalía del Tribunal Supremo por su tratamiento a la tuitera. Hablamos con @kira_95, Cassandra Vera, autora de 12 tuits con chistes sobre Carrero Blanco que la llevaron hasta la Audiencia Nacional en el marco de la Operación Araña que ha encausado a una veintena de personas, entre ellas César Strawberry o Alfredo Remírez.
Primero la Audiencia Nacional, que se dirigió siempre hacia ti con un nombre que no se corresponde con tu actual identidad de género, y ahora la Fiscalía en el escrito en el que pide que no se admita tu recurso contra la sentencia. ¿Falta de conocimiento o falta de respeto?
Evidentemente es falta de respeto a mi identidad como mujer, porque el fiscal sabe de sobra que soy una mujer transgénero y así ha constado siempre en las investigaciones de la Guardia Civil y en las redes sociales. Mi identidad sexual se está utilizando como un argumento para humillarme, lo que ha demostrado lo bajo que se está cayendo para intentar mantener una condena que la sociedad ha rechazado.
La Fiscalía va un paso más allá al decir que “te escondes tras un seudónimo”. ¿Ensañamiento?
Sí. Por desgracia se ha avanzado mucho en materia LGTB, pero creo que la Fiscalía se ha quedado atrasada en esto. No tiene conocimiento de cómo va la sociedad actual y en todo momento ha ignorado que soy una mujer transgénero, no solo ahora: durante el juicio no se tuvo un mínimo de consideración con este tema.
A lo largo de este proceso, ¿ha habido alguna persona sensible a tu identidad de género?
A lo largo del proceso, de parte de la Fiscalía la única persona que ha tenido alguna consideración es una funcionaria que me llamó para confirmar una citación por teléfono y me trató en femenino. Pero durante el juicio no se tuvo ninguna consideración a pesar de que en otros casos cuando una persona transgénero ha acudido a un juicio como testigo, como víctima o como querellada se ha tenido en cuenta y tanto juez como Fiscalía o Abogacía la han tratado conforme a su identidad de género aunque no tuviera sus papeles cambiados. En mi caso no se ha tenido esa consideración pese a que mi defensa intentó contactar con la mesa que se forma para el juicio para aclarar esto.
Arcópoli, en Madrid, que coordina un Observatorio de Delitos de Odio, ha dicho que está valorando en qué forma se puede elevar una queja a la Fiscalía del Tribunal Supremo por el tratamiento que te ha dado. ¿Has tenido otros apoyos?
Arcópoli, organizaciones LGBT, periódicos como www.dosmanzanas.com, Compromís en Valencia… Estoy contenta porque está demostrado que la sociedad no tolera estos ataques a las personas trans en plenos siglo XXI.
Desde la acusación de la Audiencia Nacional me aplico cierta autocensura, como les pasa a humoristas o periodistas
El Congreso aprobó a finales de 2017 una propuesta del PSOE que facilitaría la modificación de los documentos de las personas trans. ¿Cómo hubiera sido tu paso por la Audiencia Nacional con esta ley en la mano?
Estoy muy contenta con estas leyes nuevas, pero luego tienen que aplicarse en la realidad y no solo sobre el papel. Efectivamente con una ley así en la mano hubiera tenido más recursos para hacer frente a este tratamiento.
¿Hablarías de transfobia?
Por supuesto. Durante el juicio y ahora, en el escrito de la Fiscalía... hace el ridículo al decir que mi nombre, con el que me identifico en todo en mi vida, es un seudónimo.
¿Has sufrido también esa transfobia en Twitter?
En redes sociales lo que he encontrado sobre todo es apoyo, pero también insultos transfóbicos y amenazas de todo tipo que no he denunciado porque no pienso que sea procedente. Simplemente trato de reportar estas cuentas a Twitter para pedir que tome medidas y que las redes sean más seguras.
Desde tu condena por “humillación a las víctimas del terrorismo”, ¿tuiteas igual?
Sigo muy activa en Twitter, sobre todo en el tema de la libertad de expresión. Pero me aplico cierta autocensura, como les pasa a humoristas o periodistas que ahora no pueden expresarse como quisieran y tienen que tener al abogado al lado para consultarle antes de publicar nada. Como dice Amnistía Internacional y otras organizaciones, en España se está atacando la libertad de expresión.
Desde que saltó esto a la luz los chistes por los que se me ha condenado no solo están reproducidos sino que se han disparado fuera de las redes sociales
¿Qué supone la condena de la Audiencia Nacional para tu vida?
Pues teóricamente, aunque la pena está en suspenso, estoy condenada a un año de cárcel y queda el estigma de tener una condena de cárcel y de ser una delincuente para la sociedad. Y no se trata solo del año de cárcel, sino que hay siete años de inhabilitación, que es el motivo por el cual por ejemplo no puedo tener una beca del Estado para seguir estudiando. Este año he seguido estudiando gracias a un donativo en concepto de beca que me dio Ganemos Móstoles. Y además, después de los siete años de inhabilitación luego hay diez de antecedentes penales…
¿Qué crees que ha conseguido esa sentencia?
Esta condena quería ser ejemplarizante, pero si quería censurar a gente creo solo lo ha conseguido conmigo, porque los chistes por los que se me ha condenado no solo están reproducidos tal cual en redes como método de apoyo, sino que se han disparado fuera de las redes sociales.
¿Cuáles son los plazos ahora?
El Supremo en casos penales, al parecer, suele tardar unos siete meses. Pero tiene dos años y es respetable que se tome este plazo para decidir bien y a su criterio si la sentencia es firme.
¿Qué esperas que ocurra?
Espero ser absuelta porque no he cometido ni he humillado a nadie, y para que mi día a día vuelta a la normalidad.
En alguna ocasión has mencionado la posibilidad de acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ¿crees que hará falta?
No lo sé, en algunos casos de enaltecimiento el Supremo ha absuelto, y otros casos ha confirmado la condena. Yo espero ser absuelta porque opinar en redes y hacer chistes no es un delito. Y si la confirman iríamos al Constitucional a pedir que la echen par atrás.
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Sé que esto que voy a decir vaya a molestar a cierto sector, y por ello me disculpo ya de antemano con ellos, pero la libertad de expresión me ampara, al igual que ella y a muchos otros, y por ello, lamento que está mujer sea como es, hay que aceptarla porque en el mundo hay de todo, pero la vida con el tiempo le da a cada uno lo que se merece, y el karma te devuelve lo que das...... Siento que haya gente como ella.....es una pena.
España no deja de hacer el ridículo con estas condenas. Todo el apoyo a Cassandra y a todas las personas que saben lo que significa la libertad de expresión.