We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Turquía
Elecciones Turquía: crónica de una decepción
La capital turca se despertaba tranquila este domingo. Todo funcionaba con normalidad a pesar de las informaciones que se han ido diciendo como que el transporte publico no iba a funcionar. Anil Kemal Aktas, un analista político residente en Ankara, me espera en una de las cafeterías de Armada, centro comercial en Ankara, muy cerca de donde se encuentran las sedes centrales del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y la del Partido Republicano del Pueblo (CHP). “La gente tiene mucha esperanza en el día de hoy” me dice nada más llegar. Se nota la ilusión que le despierta la jornada.
Turquía vivió ayer las elecciones consideradas las más importantes del año a nivel internacional. Tras veinte años en el poder, parece ser, según pronostican las encuestas, que Recep Tayyip Erdogan podría perder la presidencia, aunque con poco margen, por lo que la segunda ronda de elecciones aún no se descarta. Es más, Aktas cree que va a ser necesaria, pero que va a volver a anteponerse el CHP como, según él, va a pasar hoy. Hamdi Firat también es analista político, y analiza la importancia de estos comicios: “Tras 21 años de gobierno, todo ha ido cuesta abajo en Turquía, incluida la economía, los derechos humanos, el Estado de derecho y los derechos y libertades. Además, Erdogan se ha erigido como un autócrata absoluto utilizando tácticas populistas aderezadas con islamismo. En política exterior, se alejó de Occidente y volvió a acercarse a Rusia y a otros regímenes antiliberales. Es un modelo para todos los autócratas del mundo. También actuó como aguafiestas de los intereses occidentales en los Balcanes, el norte de África y el Cáucaso. Por lo tanto, estas razones hacen que estas elecciones sean las más importantes del 2023 porque no sólo se vota a Erdogan sino que se vota su forma de gobierno. Esto causará efectos inmediatos en Turquía, en la región y a nivel mundial”.
“La independencia de poderes debe restablecerse, y es lo que la oposición ha prometido”
Encuestas
Las encuestas no han parado de predecir el posible resultado de esta jornada y desde que Muharrem Ince, candidato del Partido de la Patria que suponía la tercera fuerza, retiró su candidatura los datos le daban la ventaja a Kemal Kılıçdaroğlu, líder de la oposición, incluso superando el 50%, por lo que podría no haber segunda ronda.
A la salida de un colegio electoral del barrio de Anittepe en Ankara, una zona mayoritariamente kemalista, Ejder Kasal, junto con su hermana Arzu y su sobrino con quien comparte nombre, comentan la gran asistencia que han presenciado. Según los datos oficiales, la participación ha alcanzado el 88%. Tanto Ejder como su familia son optimistas y esperan no ir a segunda ronda, “estamos aquí porque un cambio es necesario”, comenta el hombre en representación de los tres. Su sobrino, de 21 años, quien estudia derecho vota a la oposición por su carrera; porque una de las promesas de Kılıçdaroğlu es restablecer el régimen parlamentario del que gozaba Turquía hasta el referéndum del 2017. Para el joven, quien forma parte de esos 5 millones de jóvenes parte de la generación Z que vota por primera vez, “la independencia de poderes debe restablecerse, y es lo que la oposición ha prometido”.
El analista político explica que “el enfado de estos jóvenes puede ser agrupado en dos categorías: la primera tiene que ver con los problemas más complejos de Turquía; la generación Z no quiere tener nada que ver con asuntos como el alevismo, el conflicto kurdo o todo lo relativo con la política internacional. Ellos buscan resolver los problemas que les afectan directamente”.
Ayşe Kavlci es una joven de 24 años de Konya, ciudad de Anatolia central, quien ha votado al CHP puesto que considera que la línea de este partido “es la correcta”. Esta joven destaca la influencia de los partidos socios del gobierno, entre ellos el islamista Partido Causa Libre (Hüda, en turco), los cuales “han exigido el establecimiento muchísimos límites [en cuanto a derechos y libertades] para las mujeres”. Los derechos de las mujeres se han ido viendo cada vez más limitados en el país, recordemos que en 2021 Turquía hacía oficial su salida del Convenio de Estambul.
Turquía
Elecciones Turquía apunta a una segunda vuelta electoral en medio de retenciones a observadores internacionales
Lo mismo opina Duygu, de 23 años, quien acaba de votar en Ankara. Ella hace hincapié en “la frustración constate a la que nos enfrentamos. No tenemos oportunidades, ni siquiera los que destacamos”. Aktas asegura que “el enfado de estos jóvenes se maximizará si estas elecciones le vuelven a dar la victoria a Erdogan”.
Nada está claro en cuanto al resultado, las encuestas y predicciones dan muy poco margen a ninguna formación, y la segunda no se descarta. A pesar de que la esperanza por un cambio se siente en cada rincón de a capital turca -incluso la sede del CHP ya tiene preparado el escenario donde poder proclamar la victoria y docenas de policías rodeaban la zona-, el todavía presidente, Recep Tayyip Erdogan, no piensa abandonar el poder.
El barrio Çukueambar destaca por su apoyo al AKP. En él, una madre de 28 años quien ha pedido no dar su nombre afirma que “votar a Erdogan es lo único posible” ya que “está llevando nuestra causa [en referencia a los valores islámicos] en la dirección correcta”.
El AKP de Erdogan se presenta a las elecciones junto con el BBP, (Partido de la Unidad), el Yeniden Remah (Partido del Bienestar) y el MHP (Partido de Acción Nacionalista) como aliados, todos ellos de tendencia islamista.
“Todos estos partidos son nacionalistas islámicos”, explica Aktas, “con ideas muy estrictas sobre la implementación de la sharia, lo que ha hecho que el AKP recoja más votos en ciertas áreas”
“Todos estos partidos son nacionalistas islámicos”, explica Aktas, “con ideas muy estrictas sobre la implementación de la sharia, lo que ha hecho que el AKP recoja más votos en ciertas áreas”. La salida de la Convención de Estambul, la cada vez mayor inversión en instituciones de corte islamista, el levantamiento de la prohibición del uso del velo en las facultades o la reconversión de Santa Sofia en una mezquita son algunas medidas que dejan ver la dirección cada vez más islamista que ha tomado el gobierno desde que llegó al poder hace ya más de veinte años. Y es esto, también, uno de los motivos que ha movido a estos 5 millones de nuevos votantes a luchar por la victoria de la oposición, “queremos que Turquía vuelva a ser secular”, afirmaba Ayşe Kavlci.
“Porque nosotros somos kemalistas”, así respondió Hasan al ser preguntado la razón por la que había votado a la oposición hoy. Este hombre de mediada edad, quien justo había votado hacía media hora, afirmaba que “es la Kılıçdaroğlu quien sigue las directrices de Atatürk, de la libertad”. Kemal Aktas me explica que ahora la sociedad está muy polarizada, y que cada vez se nota más esa “nostalgia hacía los tiempos de Atatürk, sobre todo en los más jóvenes”. El analista señala un coche aparcado en nuestro quien tiene la firma del Padre de la República pegada en su parte trasera “algunos llevan esta, y otros, en respuesta, la de Erdogan”. Este año se cumplen cien años de la instauración de la República, y son muchos los que miran esa época con nostalgia y según, Aktas, “idealizándola demasiado”.
Ankara
Ankara estaba activa pero no se han registrado incidentes durante la jornada. La sede del Partido del Desarrollo se observaba en calma desde fuera; ni fuerzas de seguridad, ni votantes u opositores. Por su parte, la sede del CHP aparecía completamente cercada a media mañana, con decenas de policías y medios de comunicación a sus alrededores, y un escenario con una pantalla estaba preparado. Fotos prohibidas. Desde la retirada de la candidatura de Ince, las encuestas daban algo más de margen de victoria al CHP, que llegaba al 53%, y parece que la oposición tiene confianza. “Este año han estado muy organizados, hasta conocidos del AKP me lo han dicho”, me cuenta Aktas.
A las cinco de la tarde se cerraban las urnas, algo más tarde en algunos casos por la elevada participación -88,35%-. Una norma impuesta por el Colegio Electoral prohibía revelar cualquier dato sobre el recuento antes de las nueve de la noche, pero fue revocada, como informó el mismo Presidente de la Comisión electoral.
Para ese momento, la población ya se agolpaba ante televisores, ordenadores y móviles, con el fin de hacerse con cualquier detalle acerca del escrutinio. En el tren de alta velocidad que conecta Ankara con Estambul, todos miraban sus móviles, recargando una y otra vez sus redes sociales. Así estuvo Duygu todo el camino, “leo todas las notificaciones. No paramos de enviarnos todo lo que se actualiza entre mis amigos”.
Para las ocho de la tarde, la principales cadenas ya estaban retransmitiendo el recuento en directo, así como las principales agencias de noticias y portales del país. En un bar de Eskisehir, cuidad entre Estambul y Ankara, jóvenes se agolpaban en la barra del bar, bebiendo agua y té -Turquía no permite beber alcohol durante el día de las elecciones-. En ese grupo de encontraba Emre, y mientras se iba viendo como avanzaban los resultados, la ilusión también iba desapareciendo, “Erdogan está en cabeza, mi esperanza se ha ido”, decía mientras abandonaba el bar.
Ambos portales aportaban datos diferentes, lo que ha causado algún cruce de acusaciones entre AKP y CHP, pero para la una de la madrugada ambos coincidían en lo importante: segunda ronda
Anadolu es la principal agencia de noticias, alineada con el gobierno, la cual retransmitía los resultados. Al mismo tiempo lo hacía AKA, otro portal informativo, pero este cercano a la oposición. Durante el recuento de votos, que para la medianoche ya había superado el 90%, ambos portales aportaban datos diferentes, lo que ha causado algún cruce de acusaciones entre representantes de ambas formaciones, AKP y CHP. Sin embargo, para la una de la madrugada ambos coincidían en lo importante: los turcos van a segunda ronda de elecciones el 28 de mayo, y Erdogan lideraba el recuento de votos con un 49%.
La ilusión y esperanza que se respiraba a lo largo del día se ha ido disipando conforme el recuento de votos avanzaba. Para el final del mismo, todos esos que estaban pegados a la pantalla al principio del recuento ya se han ido a dormir, o han pedido algunas cervezas ahora que la prohibición de beber ya ha acabado mientras se lamentan del resultado. “Buenos cinco años más” se escucha decir, sin que ni siquiera importe ya la segunda ronda.
Parece ser que las promesas y la unidad de la oposición no han sido suficientes. La campaña preelectoral de Erdogan, la cual se ha basado en desacreditar a su oponente intentando relacionarle con el grupo terrorista PKK o usando todo tipo de apelativos contra su persona ha dado resultado; y sus alianzas con los islamistas parecen haber agrupado el voto conservador el país; a costa de promesas que vulneran los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+. Parece que una inflación del 100%, una devaluación de lira histórica, una mala gestión del terremoto y una nueva generación (y gran parte de la viaje) con añoranza de los valores pasados no ha sido suficiente para acabar con la era de Erdogan.
Ahora, habrá que esperar al 28 de mayo y a esa segunda ronda. Sin embargo, parece que esa atmósfera de ilusión ya ha pasado. Las caras de pena ocupan la estancia del hotel City Leto de Eskisehir desde donde varios jóvenes han seguido las elecciones. “Hemos perdido el juego”, dice Bakir mientras ni siquiera separa los ojos de la pantalla de televisión donde se analizan las causas de este resultado.
“Turquía es un país extraño. Ya no tengo ninguna esperanza en Turquía, esto va a ser muy malo”, es el mensaje que manda Murat, un chaval de 24 años que hace cinco que emigró a Kosovo. La diáspora era otro gran grupo de votantes a tener en cuenta, se estima que alrededor del 60% de estos turcos afincados en el extranjero, quienes no sufren las consecuencias del resultado electoral, han votado a Erdogan.
Hace unos días Mumtaz Murak, un activista en pro de la libertad de prensa, me decía “si Erdogan gana estamos jodidos” [en referencia la falta de libertad de prensa y expresión en el país]. Indiscutiblemente la caras de los que quedan escuchando en estos momentos el discurso de Recep Tayyip Erdogan tras esta casi victoria, cuadra con esa expresión. Ya no queda ni rastro de la esperanza de las primeras horas del día.
Relacionadas
Crónica
Crónica El ganador se lo lleva todo
Crónica
Crónica desde Gaza “Bebemos agua contaminada o salada para sobrevivir”
Crónica
Crónica Sánchez y Díaz presentan su mapa hacia la estrella de la investidura
Erdogan es un demagogo muy inteligente, que con cadal egislatura ha ido aumentando sus poderes y el de sus allegados. Lo más grave de todo es la persecución contra la prensa libre y toda expresión politico-cultural kurda, así como la ocupación de partes de Siria.
Aún así, no todo está perdido, y si la oposición hace una campaña basada en la unidad democratica, hay esperanzas frente al líder autoritario.