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València
No, no hay riesgo de epidemia tras la dana como dice Mazón y los cadáveres no transmiten enfermedades
Este fin de semana, un mensaje viral de alguien que proviene de un país tropical alertaba de una posible “oleada de virus y bacterias” tras la dana, que pudiera ocasionar una nueva emergencia por la presencia de agua estancada y “cadáveres de todo tipo”. Luego entraron en la ecuación la posible propagación de tifus o cólera, generando una posible epidemia. El pasado lunes, el presidente de la Generalitat Valencia, Carlos Mazón, afirmaba que “no está descartada una posible epidemia” ante los micrófonos de la COPE. Estas afirmaciones no se corresponden con la realidad, tal y como expertos han explicado a El Salto y tal y como el propio Ministerio de Sanidad se ha aventurado a desmentir.
València
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“En cuanto a la existencia de cadáveres, la experiencia nos dice que no suponen un gran riesgo de salud pública momentáneo. La transmisión del cólera es poco probable porque esto requiere de la existencia del microorganismo transmisor del cólera, lo cuál en España no es una realidad”, explicaba este martes en rueda de prensa el Director General de Salud Pública y Equidad en Salud Pedro Gullón. Javier Segura, médico salubrista que formó parte del grupo de expertos del Centro de Coordinación y Alertas de Emergenicias Sanitarias (CCAES) durante la pandemia, explica a El Salto que los cadáveres no provocan epidemias, sino que transmiten las epidemias por las que murieron.
“En un desastre natural un cadáver tampoco tiene porque ser un foco infeccioso si la persona que ha muerto no está enferma. Incluso los gérmenes infecciosos necesitan calor para sobrevivir, a los cuatro días se mueren”, Javier Segura, epidemiólogo
Los cadáveres tienen importancia diferente en un contexto de desastre natural y en un contexto de brote epidémico tal y como explica Segura y esto no se debe mezclar. “En un desastre natural un cadáver tampoco tiene porque ser un foco infeccioso si la persona que ha muerto no está enferma. Incluso los gérmenes infecciosos necesitan calor para sobrevivir, a los cuatro días se mueren. Otra cosa es que las personas mueran en un contexto de brote epidemiológico, como es el cólera o el tifus”, relata.
En cuanto a la aparición de estas enfermedades, los expertos avisan de que son poco probables en este país. “El cólera es una enfermedad erradicada, como el tifus. Estamos hablando de enfermedades concentradas en países en vías de desarrollo”, afirma Mar Noguerol, médica de familia y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria semFYC, para quien la mejor medida preventiva es limpiar todo el lodo que queda.
Rafa Toledo, catedrático en Inmunoparasitología de la Universidad de Valencia, avisa de que hay mucho “mito” y mucho “morbo” en torno a los cadáveres. Para Toledo, los cadáveres no aportan nada que no aporte otra materia orgánica. “Hay que considerar el factor de dilución, con la cantidad de litros que han caído, la cantidad de materia orgánica proveniente de cadáveres en relación al agua es bajísima”, explica Toledo.
Los verdaderos riesgos
Para este experto, él único riesgo es que hubiera muchos cadáveres concentrados en un sótano. “Esto ni se ha dado ni se va a dar y ahí no pueden acceder voluntarios solos”, expresa.
Los verdaderos riesgos están relacionados con las aguas residuales que han aflorado tras el desbordamiento que pueden generar gastroenteritis
Los expertos coinciden en que los verdaderos riesgos están relacionados con las aguas residuales que han aflorado tras el desbordamiento. Estas aguas pueden contener patógenos que se eliminan con las heces, como la E. coli, generando afecciones de carácter digestivo como gastroenteritis. Por ello es importante el uso de agua embotellada y no consumir alimentos que hayan estado en contacto con el lodo.
Toledo añade que hay que evitar el contacto directo del agua con la piel, las mucosas, el tejido blando o heridas. Así, para las personas que se están encargando de la limpieza “hay que extremar las precauciones, mantenerse aislados con guantes, botas, ropa larga, mascarilla, gafas y hay que desinfectar todos los utensilios de los que vayamos a hacer uso para comer”.
Con respecto a los voluntarios, Rafael Toledo añade que hay que evitar el contacto directo del agua con la piel, las las mucosas, el tejido blando o heridas
Y más allá de este momento, desde el Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón, quien intentó transmitir “tranquilidad”, relataba en la rueda de prensa de este martes que en el medio plazo hay que estar atentos a la aparición de vectores de enfermedades como mosquitos, pero esto no sucederá de manera inmediata.
¿Una vacunación masiva contra el tétanos?
Mazón afirmaba el lunes que se estaban “poniendo las primeras vacunas contra el tétanos a voluntarios y vecinos”. Así, hacía un llamado a la vacunación masiva desde los micrófonos de la cadena COPE. Extremo que el Ministerio de Sanidad ha salido a matizar: “No se recomienda ninguna vacunación del tétanos sistemática”, expresaba Gullón. El director de Salud Pública añadía que lo que recomienda el ministerio es que ante cualquier herida en la que aparezca hinchazón enrojecimiento o supuración se acuda a los servicios sanitarios y que desde ahí se valore si necesita alguna inmunización contra el tétanos que se hará valorando cuando se ha puesto la última dosis de esta vacuna.
“Expertas desmienten la necesidad de una vacunación masiva contra el tétanos como recomienda Mazón. ”Si tienes cinco dosis no haría falta revacunar", explica Mar Noguerol
Las expertas también ponen en entredicho el llamado a una vacunación masiva, porque hay personas que ya cuentan con las dosis necesarias de esta vacuna. “Si tienes cinco dosis no haría falta revacunar. Esta bien que la gente se actualice y vea cuántas vacunas tienen puestas, pero ponerse a montar puestos en la calle, que implicaría desplazar personal hasta allí para ello, no tiene ningún sentido”, explica Mar Noguerol. “Lo que sí que creo que es importante es tener preparadas dosis de anticuerpos antitoxina para tratar a aquellos voluntarios que hayan estado tratando con el barrio y que sufran heridas”, añade Toledo.
Y, más allá de los riesgos físicos, Segura habla del verdadero riesgo en el que hay que poner el foco: los riesgos psicosociales. “El riesgo número uno es el psicosocial, la situación tan terrible que ha atravesado la gente que ha perdido familiares, todos sus enseres, sus recuerdos, puede afectar a la salud mental“. Y también hay que estar atentos a lo que Segura llama la ”salud social, como van a recuperar sus casa, como van a disponer de un sitio seguro”, recuerda.
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Parece que Mazón quiere sirven como responsable, conocedor del territorio y de las medidas que hay que tomar a base de propagar amenazas sin sentido a bombo y platillo para luego plantear soluciones igual de alarmistas.
Un sinvergüenza.