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Sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
Las últimas reuniones de los países productores de petróleo, en lo que algunos llaman “Super Opep”, parecen indicar que hay una nueva alianza entre Arabia Saudita y Rusia que va a impedir que Estados Unidos imponga una disminución de los precios durante lo que queda del año. Por el contrario, muchos informes indican que el petróleo seguirá subiendo.
Esto implica que el petróleo venezolano, disminuido en su producción y exportación, cobra nuevamente importancia geopolítica que dejó de tener luego del desplome de los precios.
A pesar de las diatribas políticas, Estados Unidos sigue comprando el petróleo venezolano que es muy cercano a sus costas en relación al que se produce en el medio oriente, lo que facilita su distribución y abarata los costos. En medio del aumento del precio, la disminución en la producción del petróleo venezolano afecta entonces a los Estados Unidos en primer lugar, y esto, en medio de una “guerra comercial” declarada por Trump a China y otros países, puede tener efectos negativos para su competitividad.
Por su parte, China, quien requiere petróleo para sostener su crecimiento, anunció en julio que otorgaba de un préstamo de 5 mil millones de dólares destinados de manera exclusiva al aumento de la producción petrolera en Venezuela. Después de tres años sin aprobarle créditos a la maltrecha economía venezolana, China se ha adelantado en lo que algunos medios y analistas han llamado un“salvavidas” para Maduro.
El crédito vino acompañado de un viaje del presidente venezolano a China hacia mediados de septiembre, quien fue recibido al más alto nivel y con los mayores honores. Geng Shuan, portavoz de Asuntos Exteriores chino, destacó en rueda de prensa el 13 de septiembre: “Tras unas elecciones presidenciales sin contratiempos, la situación en Venezuela ha mejorado y su Gobierno está activamente promoviendo la reforma financiera y económica”.
EE UU había anunciado la intención de prestar “apoyo humanitario”, lo que levantó la suspicacia del Gobierno venezolano quien denunció que se estaría justificando la movilización de tropas militares
El 22 de septiembre arribó el barco hospital chino Arca de la Paz a las costas del estado Vargas al norte de la capital venezolana y fue recibido por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino. Este gesto simbólico no es un hecho menor puesto que Estados Unidos había anunciado la intención de prestar “apoyo humanitario” por medio de un barco hospital que llegaría a las costas colombianas, lo que levantó la suspicacia del Gobierno venezolano quien denunció que se estaría justificando la movilización de tropas militares.
Por su parte, la diatriba de Trump con Arabia Saudita no hace sino complicar el escenario petrolero para Estados Unidos.
El 20 de septiembre, Trump ubica su relación con Arabia Saudita en modo advertencia: “Protegemos a los países de Oriente Medio, no estarían seguros por mucho tiempo sin nosotros, y ¡sin embargo, siguen insistiendo en unos precios de crudo cada vez más altos! No lo olvidaremos. El monopolio de la OPEP tiene que reducir los precios ahora”, dijo Trump a través de su cuenta en Twitter. Pero al día siguiente el ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Khalid al-Falih, declaró en una reunión ordinaria para hacer seguimiento a las cuotas de producción de los países de la OPEP y otros países productores como Rusia, que no habría aumento de la producción y por lo tanto no se prevé cambio en la tendencia actual de los precios.
Muchos analistas consideran que la situación que arrastra Venezuela e Irán está complicando el tema de los precios porque las sanciones de Estados Unidos afectan la producción y venta de petróleo
Muchos analistas consideran que la situación que arrastra Venezuela e Irán está complicando el tema de los precios porque las sanciones de Estados Unidos afectan la producción y venta de petróleo de estos países que se encuentran entre los 5 de mayor producción en el mundo, lo que disminuye la oferta y encarece el producto.
Parece que proliferan los frentes geoestratégicos para Estados Unidos. De acentuarse esta tendencia, Trump debe tomar pronto una decisión concreta sobre Venezuela. O llega a acuerdos con Maduro, (como lo hizo con Kin Jon-Un presidente de Corea del Norte), para explotar petróleo, o busca una intervención militar que le permita tener acceso directo sobre el petróleo venezolano. Cualquiera de estas puede ser una decisión típica de Trump, nada está descartado.
Señales contradictorias en el Gobierno de Trump
No están del todo claras las señales del Gobierno de Estados Unidos sobre Venezuela. Mucho menos en medio de la cascada de acontecimientos que acrecientan la tensión geoestratégica sobre el país caribeño. Aunque buena parte de los discursos de línea dura se mantienen intactos, como el de Donald Trump en la conferencia de la ONU el 25 de septiembre, no obstante hay señales diferentes que parecen indicar que podría haber un cambio de enfoque sobre Venezuela de los países de la región y del propio Estados Unidos.A raíz de la gira por América latina a mediados de agosto del secretario de defensa de Estados Unidos, James Mattis, algunas cosas cambiaron en las relaciones con Venezuela. Desde el comienzo, Mattis dejó claro que “la crisis de Venezuela no es asunto militar” y esto pareció una rareza si comparamos con declaraciones de funcionarios estadounidenses en giras anteriores como la de Rex Tellerson en febrero, quien en su momento era secretario de Estado y en plena gira declaró “casi siempre son los militares los que se encargan de esto” (haciendo relación a la crisis venezolana).
Ya a mediados de julio el departamento del Tesoro había levantado sanciones del 2017 que prohibían a los estadounidenses realizar transacciones con el Gobierno venezolanoEntre la política de la zanahoria y el garrote aplicados históricamente por el coloso del norte para relacionarse con el resto de países del mundo, la diplomacia estadounidense priorizó el uso de la hortaliza en lo referente a Venezuela durante algunas semanas posteriores a la gira en cuestión, cuando una serie de movidas políticas dejaron entrever posibles cambios de enfoque por parte de países que se han mostrado hostiles hacia el Gobierno venezolano.
Ya a mediados de julio el departamento del Tesoro había levantado sanciones del 2017 que prohibían a los estadounidenses realizar transacciones con el Gobierno venezolano.
A pocas semanas de haberse culminado la gira de Mattis, el 5 de septiembre, funcionarios de Estados Unidos en la OEA declararon que podría haber una reconsideración en las sanciones de Venezuela si se diera un cambio de actitud por parte de su Gobierno.
Para el 12 de septiembre pudimos ver una sorpresiva visita a Venezuela de Joaquím Silva, ministro de defensa brasileño, país donde Mattis comenzó su gira. Una visita de este tipo no había sido efectuada por ningún gobierno del Grupo de Lima desde que Maduro ganó las elecciones en mayo de 2018. Si comparamos, cuando el secretario de Estado, Rex Tellerson, realizaba una gira en febrero de este año por latinoamerica para tratar la situación de Venezuela, Brasil movió sus tropas hacia la frontera venezolana, argumentando que la “crisis humanitaria” estaba afectando su territorio.
¿Podríamos suponer que la gira de Mattis coadyuvó a generar otras formas de relación con Venezuela, al menos por parte de Brasil? En todo caso, la visita del jefe castrense brasileño genera expectativas de reestablecimiento de la normalidad en las relaciones entre ambos países. De México podría esperarse algo similar a partir de que López Obrador asuma el Gobierno.
José Vicente Rangel, quien fue vicepresidente y ministro de defensa durante el Gobierno de Chávez, filtró una información a principios de septiembre según la cual habría una comisión de alta política de los Estados Unidos en VenezuelaEl experimentado periodista venezolano, José Vicente Rangel, quien fue vicepresidente y ministro de defensa durante el Gobierno de Chávez, filtró una información a principios de septiembre según la cual habría una comisión de alta política de los Estados Unidos en Venezuela. Según sus palabras: “Primicia: la semana pasada estuvo en Caracas una misión del departamento de los Estados Unidos que contactó a autoridades del Gobierno venezolano (y ambas acordaron) elaborar una agenda de trabajo para una nueva reunión al más alto nivel”.
Finalmente, el Grupo de Lima publicó un comunicado el 17 de septiembre, en el que que rechaza una posible intervención militar. Dicha declaración suponía una respuesta al Presidente de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien había abierto la posibilidad de que algo así ocurriera.
El Grupo de Lima en abierta confrontación con Caracas nunca había sido tan tajante en el rechazo a una intervención militar, lo que dejó colar la interrogante sobre un cambio de enfoque hacia Venezuela en la región. En fin, parece que se empastela la política más radical contra Venezuela dirigida hasta ahora por Almagro y rápidamente se abre una opción light no de intervención militar, ni de golpe de Estado, sino de “ayuda humanitaria” que comienza a circular con fuerza y rápidamente llega a la ONU.
Cómo sería la Ayuda Humanitaria
El 27 de septiembre, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas aprobó una resolución donde se exhorta a Venezuela a aceptar ayuda humanitaria. Si bien no define cual serían los métodos o las vías para ejecutarla, para los voceros del Gobierno venezolano no cabe duda de que se trata de un plan orquestado por Estados Unidos para intervenir militarmente Venezuela y apropiarse de su petróleo.Como tratamos de exponer, la política de Estados Unidos no está del todo definida con respecto a Venezuela. Pareciera que hay diferentes tendencias que no terminan de acoplarse. Pero la China sí lo está, ya que han realizado una apuesta por Venezuela como proveedor de petróleo. ¿Cómo será el contrapeso de Estados Unidos para su obtención una vez que Arabia Saudita va saliendo de su área de influencia y China invierte en Venezuela? ¿Cómo piensa sostener una guerra comercial declarada en medio del aumento de los precios de petróleo?
Según lo expuesto, Venezuela, y concretamente el petróleo venezolano, comienza a figurar nuevamente en la geopolítica y eso abre cualquier posibilidad de resolución del conflicto, desde el diálogo con Maduro hasta la intervención militar, pasando por la ayuda humanitaria.
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