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Violencia machista
Narratología y justicia
La justicia se entremezcla con asuntos narratológicos y una, entonces, vuelve a ratificarse en la idea de que contar es una acción ideológicamente poco aséptica.
A primeros de noviembre participé en “La violencia amb la llei a la mà”, una jornada organizada por el Centre D’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada, el Institut Català de les Dones y ADHUC de la Universitat de Barcelona. Hablé sobre “Violencia y escritura: el cuerpo de la mujer” y aproveché el día para actualizar conocimientos.
La intoxicación informativa y el estado ideológico suscitado por ciertos productos culturales subrayan perversamente la intrínseca maldad de la mujer, su rencor y sus “ventajas” jurídicas para sembrar todo tipo de sospechas a través del concepto de “denuncia falsa”. A los prejuicios machistas o a la escasa relevancia, en términos cuantitativos, de la denuncia falsa, se suma un hecho apuntado por Nekane San Miguel, magistrada de la Audiencia Provincial de Bizkaia: la absolución del acusado no es un sinónimo de denuncia falsa; sencillamente a veces no se puede construir una sentencia condenatoria atendiendo a las reglas del juego establecido.
San Miguel indicó que, ante la violencia contra las mujeres, existe una respuesta penal, pero no un análisis de las causas que la provocan. El populismo punitivo, con sus ingredientes de desgarro y justa furia, de ojo por ojo y atavismo cavernario —de la adjetivación colorista yo soy la responsable—, es esa forma de sensacionalismo sobre la que descansa la incredulidad ante los testimonios de las mujeres maltratadas.
Las causas de la violencia podrían paliarse con el desarrollo de una Ley de Igualdad, que debería haber sido anterior a la Ley de Violencia, evitando así la desinformación interesada y la nebulosa moral que suscitan estos asuntos. San Miguel señaló que, cuando las denunciantes deciden no declarar una vez iniciado un proceso, se encuentran con una actitud agresiva por parte de la Fiscalía: la mujer acaba convirtiéndose en acusada.
San Miguel nos enfrentó a las preguntas de por qué y cómo se valora la credibilidad del relato de estas mujeres siempre sometidas al análisis previo de forenses y psicólogos. Obligadas a demostrar que son creíbles, fiables, partiendo de la base de la posibilidad/seguridad de la mentira o del relato desbocado. Obligadas a desnudarse y a probar que ni deliran ni están locas ni ocultan aviesas intenciones.
Todo el proceso es un acto de violencia reduplicada sobre las mujeres y de las palabras de la magistrada se deduce que ni la justicia es ciega ni todos somos iguales ante la Ley. Ni siquiera cuando se articulan modos de una supuesta discriminación positiva.
Para mí, como escritora, lo más espeluznante llegó con el análisis de las sentencias: los jueces apelan a la coherencia y verosimilitud necesarias en los relatos de las denunciantes sin atender al hecho de que un testimonio puede no ser verosímil ni coherente y, sin embargo, ser verdadero. Sobre todo, si consideramos que la memoria del dolor es frágil, bloqueante, genera incertidumbre, confunde y existen crímenes de dimensiones fabulosas que hacen bueno el dicho de que la realidad supera la ficción.
La justicia se entremezcla con asuntos narratológicos y una, entonces, vuelve a ratificarse en la idea de que contar es una acción ideológicamente poco aséptica y de que la retórica, las formas de un texto, los modos hegemónicos de articular una narración impregnan los discursos políticos y la moral pública.
Tal vez las palabras de quienes escribimos, nuestras reflexiones sobre el color de los adjetivos, la verdad de las mentiras o la obligación trepidante de las tramas estén calando, como gota serena, la vida de la gente y la posibilidad de ser condenado o absuelto.
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No solo es terrible la ley en sí, el invento de género malo, el masculino y género bueno,la mujer y el feminismo,sino el adoctrinamiento,qué hará de la justicia algo inútil e inservible. Será una comedia para encubrir linchamientos atendiendo al género de las personas, un exterminio. Eso es lo que pretende ser la Ley de Violencia de Género y el pacto de Estado. Si hay que especializar en creer la palabra de la mujer, no vaya a ser "revictimiza."¿Es que nadie puede ver que esto puede arrastrar a muchísimos miles de inocentes?Por ejemplo habríamos condenado al infierno más cruel a los 10 chicos de A Estrada, en la que la mujer se inventó la violacion.Esto sí que es maltrato inhumano,condenar a inocentes, y aunque sean solo hombres también sufren, tienen sentimientos y le duelen las injusticias, exactamente igual que a cualquier mujer. ellos también sufren la tortura,el maltrato y la injusticia de la Ley de Violencia de Género y el infierno va a llegar con el pacto de Estado de género contra el varón simplemente por el género al que pertenece, y por el odio hacia lo masculino de quiénes dicen buscar igualdad, bondades en el feminismo y no venganza. Pretendiendo que la mujer ya no tenga ni que declarar, premiando e instigando desde todos los ámbitos a denunciar, y abriendo la puerta a que cualquier mujer pueda denunciar a cualquier hombre, fuera de relación sentimental, y destruirlo si así se le antoja, pues según dice la señora no se deben pedir pruebas a la mujer por el simple hecho de serlo. La justicia pues queda inútil,inservible y ya los propios políticos y las propias ideologías juzgarán a las personas.
Solo se tendría que haber hecho una ley de violencia intrafamiliar o intergenero, que no excluya a nadie ni hombres ni mujeres ni blancos ni amarillos, y al amparar a todas las personas, si en nuestro país, ya que decís que los hombres nunca pueden ser maltratados,si solo existiera un hombre en esa situación, obtendría ese solo hombre protección en la ley y habríamos logrado una ley justa, que protegería,a un hombre y a todas las mujeres de España contra el maltrato. Nunca podrá ser justa la ley de género y el pacto de género porque es excluyente y criminalizante con el sexo varón, y lo grave es que intenta vendernos una ideología de género como que el feminismo es la justicia y la igualdad utilizando estás herramientas discriminatorias y qué tanto atentan contra los derechos humanos que debería proteger nuestra Constitución, esto no es tan complicado entender. La supuesta situación en una España moderna y actual de machismo y patriarcado no justifica en absoluto está ley
Siempre lo mismo,lo mismo. Habéis creado una ley que vulnera derechos fundamentales por razón de género, que otorga presunción de veracidad a la palabra de la mujer en tribunales especializados en género, más de mil millones de ayudas para la mujer y contra el varón en general, todos políticos medios de comunicación contra el hombre en el invento de José Luis Rodríguez Zapatero del año 2004 que considera que el hombre solo es maltratador y nunca maltratado ni siquiera psicológicamente, qué proclama que se hace en nombre de la igualdad del justo feminismo. Pero la idea de la igualdad que tenéis es muy muy distorsionada. Más bien parece un ataque contra todo lo masculino para imponer ideologías,ideologías de género que no respetan los derechos humanos por razón del sexo de las personas. sería lo mismo que si atacais a las personas por su religión o por el color de su piel del sexo no condiciona la maldad o la bondad. Ya está bien de verter calumnias, y si no sabes como no funciona la ley de género infórmate antes por favor.