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Violencia machista
Nos quieren calladas, ocultas, resignadas
Señoras Antisistema Vicálvaro y Resistiremos Vicálvaro
El gobierno municipal de Madrid no quiere ver a mujeres en las calles expresando la rabia y el dolor por el continuo goteo de asesinatos machistas.
No quiere ver la larga lista de mujeres, niñas y niños víctimas de la violencia de género ondeando al viento en cintas moradas, en telares tejidos por otras mujeres que no olvidan, que no callan, que sienten en sus propias carnes el mismo dolor, la misma muerte.
Al Ayuntamiento de Madrid le da miedo que las mujeres nos juntemos en las calles, que hablemos sobre las dominaciones que padecemos. No vaya a ser que consigamos alzar una voz común, un grito unitario contra la violencia constante que se ejerce contra nosotras. No vaya a ser que por fin nuestras vecinas y vecinos se den cuenta de la dimensión de la agresión y exijamos el desarrollo de políticas, la dotación de medios y recursos para combatir una violencia que no cesa porque es estructural, porque forma parte de nuestra cultura, porque se alimenta desde muchos lugares y, en particular, desde las instancias de poder de este modelo capitalista que necesita a las mujeres sometidas para seguir generando beneficios.
El 25 de julio, las mujeres de Vicálvaro se reunieron en la Plaza de las Mujeres para reponer el homenaje y recuerdo a las mujeres asesinadas, que se había retirado por solicitud de la Junta Municipal
El pasado 25 de julio, las mujeres de Vicálvaro se reunieron en la Plaza de las Mujeres para reponer el homenaje y recuerdo a las mujeres asesinadas. Homenaje que se había retirado por solicitud de la Junta Municipal a la Junta Electoral de Madrid durante el periodo electoral, como si la violencia machista tuviera que ocultarse durante “la fiesta de la democracia”. Porque esta fiesta no es para las mujeres, ni los problemas y la situación de las mujeres fueron motivo de debate electoral.
La Junta Municipal de Vicálvaro envió a la policía a amenazarlas con multas y denuncias si ponían lazos morados con el nombre de todas y cada una de las asesinadas. Demasiado visibles, no se podía consentir. En su lugar, se ofrecía un monumento gris y muerto, un monumento sin vida ni emoción, que las recuerde, pero poco, con la boca pequeña. “Resignaos, porque esto es lo único que vais a conseguir”, parecen decir.
La Junta Municipal de Moratalaz construyó un “monumento” pequeño, oscuro, triste y el pasado 25 de noviembre quitó las cintas moradas con los nombres de las mujeres asesinadas y las plantas que el 8M de Moratalaz había puesto en el Jardín Morado
Lo mismo hizo la Junta Municipal de Moratalaz. Construyó un “monumento” pequeño, oscuro, triste y el pasado 25 de noviembre quitó las cintas moradas con los nombres de las mujeres asesinadas y las plantas que el 8M de Moratalaz había puesto en el Jardín Morado con el mismo motivo que las compañeras de Vicálvaro. “Resignaos, porque esto es lo único que vais a conseguir”
Ambos homenajes se han ido tejiendo por cada mujer asesinada, por cada niña y niño víctima de la violencia vicaria, por cada huérfana o huérfano nacido a manos del ejercicio de la dominación sobre las mujeres. Las cintas, los telares, las plantas están vivas, se mueven con el viento, con el paso de las gentes, crecen a la vista, porque eso es lo que reclamamos las mujeres: vida, libertad, el derecho a tomar nuestras propias decisiones.
Y al Ayuntamiento le damos miedo.