15M
Memoria del 15M

La memoria es siempre selectiva, porque claro, no podemos “recordarlo todo”. Y, por supuesto, la selección no es siempre inocente; pero es también la memoria la que da sentido a nuestro presente: sin memoria no entenderíamos nada de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y creo que por eso necesitamos recordar el 15M; intentaré explicar por qué.

Profesor de la Universidad de Sevilla

15 may 2021 07:00

Consumadas las elecciones en la Comunidad de Madrid, nuestros medios ya nos avisan de que las próximas están por llegar (¿En Andalucía? ¿En Cataluña?). Como es natural, las convocatorias no responderían en ningún caso a la preocupación por el bien común o al interés ciudadano, sino exclusivamente a lo que los partidos políticos suponen que beneficiará sus propios intereses. Eso sí, a nosotros, los espectadores, nos llamarían a votar como si la vida nos fuese, a todos, en ello. Y todo indica que aceptaremos esa realidad, otra vez, sin rechistar.

En este ambiente, nuestra vida política, tal y como además nos la narran muchos medios de comunicación, se reduciría a la campaña electoral permanente, una campaña que lo simplifica todo, polariza, y nos presiona para que elijamos entre dos bandos que no dejan espacio a los matices: comunismo o libertad, izquierda o derecha, fascismo o democracia.

La memoria institucionalizada nos repite que la democracia, la fetén es la de aquí y ahora, tal y como está o con pequeños arreglos que llegarán si votamos a quienes tenemos que votar

El 15M nos recordó que las cosas pueden ser de otra forma, y que la ciudadanía debería estar más involucrada en la toma de decisiones sobre asuntos que afectan a su vida cotidiana y a sus esperanzas de futuro: ¿No era eso la democracia? Al menos, así lo creyeron —y por ello lucharon— muchos en el pasado; también aquí, en este país. Pero la memoria institucionalizada nos repite que la democracia buena, la fetén, es la de ahora y la de aquí, tal y como está, o con pequeños arreglos que llegarán si votamos a quienes tenemos que votar. Que sí, que tiene sus fallos pero… ¿se os ocurre algo mejor? Pues resulta que sí, que se nos ocurrieron (o recordamos) muchas otras opciones en aquellos días.

El 15M nos avisó, también, de que política y partidos políticos no son lo mismo, afortunadamente; que votar cada cuatro años bajo la presión constante de que “vienen los malos” no es suficiente. Y que nuestra democracia no es “plena”, como muchos repiten sin dar muchas explicaciones sobre por qué lo creen así. En las plazas, las aulas y algunos medios se nos animó a pensar fuera de los diez mandamientos; los de la Iglesia, los del Estado, los de la izquierda o los de la derecha; también a mirar a los lados, a reflexionar fuera del renglón y a olvidarnos de las autocensuras que no nos dejan vivir, ni opinar sin cortapisas.

Nos recordó el 15M que no debemos conformarnos con un trabajo de mierda y con la falta de expectativas

Nos recordó el 15M que podemos imaginar otras formas de hacerlo todo, que sin esa imaginación estamos condenados a la falta de esperanza, al aburrimiento político más nocivo, que es el que cierra puertas y nos advierte de que “esto es lo que hay”, de que debemos conformarnos con un “trabajo de mierda” (como también los llamó David Graeber), con la precariedad depredadora y la falta de expectativas. Confirmamos en aquellos días que tenemos la capacidad de inventarnos nuevas formas de convivencia, así como la de cuestionarnos por qué nadie nos pregunta, casi nunca, casi nada. Y como tenemos memoria, sabíamos que no éramos los primeros en habernos dado cuenta, que no era nuestro el descubrimiento, pero que teníamos que aprovechar que habíamos decidido recordar.

En los meses que siguieron al 15 de mayo de 2011 nos sentimos deudores de quienes se habían indignado en el norte de África, porque no todos los ejemplos vienen siempre de Bruselas o Nueva York, y aprendimos a hablar de política con desconocidos que, resultó, tenían cosas que contarnos y, además, nos convencieron de que, quizás, no siempre estábamos en lo cierto. Nos enteramos también de que Islandia existía y de que se podía decidir no obedecer normas que eran manifiestamente perjudiciales para la gran mayoría.

Cuestionamos la “normalidad vigente” con argumentos y sin líderes ni banderas, pero sí con un aroma ácrata que provocaba urticaria a quienes son de urticaria fácil

En las plazas se contaban cosas que no estaban en las primeras páginas de los medios, y entendimos por qué. El relato administrativo de la realidad dejó de ser suficiente. En la calle nos preguntábamos por qué recibir una carta de la administración o de un banco siempre nos produce un escalofrío, y decidimos que quizás habría que pensar en cómo cambiar eso… también. Cuestionamos la “normalidad vigente” con argumentos y sin líderes ni banderas, pero sí con un aroma ácrata que provocaba urticaria a quienes son de urticaria fácil. No me extraña que un movimiento así se haya devuelto a los márgenes de la memoria. Genera el instintivo rechazo de quienes han hecho carrera y dinero con otras normas y jerarquías: visto desde ahí, el 15M es, claro está, “peligroso”.

En aquellos días insistimos en preguntar por qué a todo, como cuando éramos niños, y volvimos a comprobar que, si lo preguntas mucho, puede aparecer la policía. Vimos que la curiosidad no siempre es bien recibida y que en las cárceles del mundo hay más gente por decir la verdad que por vivir de la mentira.

Hay que abrir las ventanas de las democracias “plenas” que huelen a naftalina; el 15M, creo, ayudó a hacerlo

El 15M fue mucho más que el germen de partidos políticos, aunque también fuera eso. Merece formar parte de la memoria de esos momentos en los que la indignación se transformó en creatividad y práctica política, y no en el odio irracional a quienes nos digan, a través de nuestras pantallas, que son los culpables de todos nuestros males.

Hay que abrir las ventanas de las democracias “plenas” que huelen a naftalina; el 15M, creo, ayudó a hacerlo. Y así quiero rememorarlo; con una mirada hacia atrás selectiva, incompleta e imperfecta, porque me puede fallar la memoria y porque creo que es este recuerdo el que nos puede servir para salir del enredo en que andamos metidos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Kabilas de mesa camilla
Kábilas de mesa camilla Las flores no nos libran de la culpa de no ser vírgenes
Estamos maternando en una Andalucía cuajada de modelos religiosos cautivos en la lógica patriarcal, y está en nuestra mano ofrecer a la nueva generación de churumbeles una versión decente de las imágenes o una negación desfasada de lo que ven
Kabilas de mesa camilla
Kabilas de mesa camilla ¿Ramadán mubarak? o ¿ramadán digital?
La omnipresencia hace que las pantallas lo ocupen todo, incluso ese vacío que deja la abstinencia de comida y agua, y donde se supone que cada criatura se encuentra con lo que emana de sí misma.
Kabilas de mesa camilla
Kabilas de mesa camilla ¿Por qué lees a Nawal El-Saadawi?
¿Sabéis a quien no leo? A la Europa islamófoba que usa la vivencias de las mujeres como argumentos falaces en debates amarillistas que no aportan nada y que para colmo son tan machistas, o más, como el islam del que quieren salvarnos.
#90345
18/5/2021 15:53

Un virus puede ser más fuerte que una idea. Para la mayoría de la gente 15M es la distancia de seguridad al coche de delante.
(…O: “un concierto inolvidable para los asistentes”; que se suele decir).

0
1
#90140
15/5/2021 15:14

viendo lo vacía que están las calles más bien habría que hablar de desmemoria del 15M

3
6
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Israel
Día de la Nakba Ex Libris, la empresa israelí que provee tecnología a las bibliotecas del mundo
Los principales productos de gestión y servicios bibliotecarios provienen de una empresa cuya sede principal se encuentra en el Malha Tecnology Park, sito en el territorio ocupado donde antes se levantaba la aldea palestina de Al Maliha.
Análisis
Análisis Después del apagón, la normalidad: crisis a la izquierda, Gobierno a la derecha
El Gobierno de coalición está cada vez más exhausto, el PP que vence pero no convence, Vox permanece estático y en izquierda ‘alternativa’ prevalece el estado de descomposición, según los datos del último CIS.
Irlanda
Lavanderías de la Magdalena Caelainn Hogan: “Las madres “descarriadas” y sus criaturas eran un desafío a la autoridad de la Iglesia"
Caelainn Hogan, periodista irlandesa nacida en 1988, es autora de 'La república de la vergüenza', donde revela los abusos en las instituciones para mujeres que se desviaban de la norma en Irlanda.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Más noticias
Kabilas de mesa camilla
Kábilas de mesa camilla Las flores no nos libran de la culpa de no ser vírgenes
Estamos maternando en una Andalucía cuajada de modelos religiosos cautivos en la lógica patriarcal, y está en nuestra mano ofrecer a la nueva generación de churumbeles una versión decente de las imágenes o una negación desfasada de lo que ven
Genocidio
Genocidio 470.000 personas están en situación de hambruna en Gaza, donde continúan los asesinatos
El Ministerio de Salud de Gaza reporta que 52.928 personas han sido asesinadas y 119.846 heridas desde el 7 de octubre de 2023. Trump se reúne con los países del Golfo, pero no se mueve de su apoyo a Israel.
Educación
Educación Protocolos éticos en espacios educativos: ¿qué dicen sobre el abuso de poder?
La asociación de referencia para las escuelas gestalt acaba de aprobar un protocolo para detectar y abordar del abuso de poder. Otros ámbitos educativos cuentan con documentos éticos sobre este asunto.
Opinión
Opinión Abolir la familia, la perspectiva de une superviviente
La familia se vende como un espacio seguro, un lugar de amor y de cuidados mutuos, algo que no corroboran los datos. ¿Hay alternativas? ¿Cómo llevamos nuestras experiencias de redes de apoyo mutuo al centro de la sociedad?

Recomendadas

Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.