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Accesibilidad
El rally de Sevilla para las personas en silla de ruedas
Una de las pruebas más duras para los vehículos de cuatro ruedas es el Rally Dakar. Para las personas que utilizamos una silla de ruedas -manual o eléctrica- nos basta con salir por las calles de Sevilla para realizar nuestro rally particular.
Quien escribe este texto, a pesar de poseer enormes limitaciones físicas a causa de su enfermedad y tener que depender de su madre y su padre para absolutamente todo, soy una persona muy activa a la que le gusta salir y realizar muchísimas actividades. Sin embargo, como usuario de silla de ruedas, me encuentro cada día una gran falta de accesibilidad, reflejada en las numerosas barreras arquitectónicas que hay en la capital hispalense, que me impide hacer mi vida en igualdad de condiciones que el resto de los habitantes de la ciudad.
Consciente de esta gran problemática decidí salir por Sevilla con mis padres, tal y como suelo hacer algunos fines de semana. Esta vez fuimos a dar un paseo por el parque de Magallanes, inaugurado el 18 de mayo de este año 2018, para comprobar si su grado de accesibilidad era el adecuado: según la legislación todo espacio o edificio público de nueva construcción debe de ser totalmente accesible.
Cuando llegamos allí nos encontramos con la sorpresa de que el parque está construido en una pendiente descendente constante del 6%. Para una persona que camine puede parecer muy poco, pero para alguien que va en silla de ruedas es una montaña rusa. Es más, creo que fue allí donde se desgastaron los frenos de mi silla porque mis padres tenían que estar cogiendo el freno constantemente para que no me diera un baño inesperado en el río. Tan solo existe una zona plana en el principio y en el final de la nueva zona verde de la Cartuja, tal y como la ha bautizado el gobierno local.
Otro de los obstáculos que encontré fue que, para bajar a la parte final del parque, tuve que dar un enorme rodeo porque el acceso principal para descender está repleto de escaleras. Parece que al arquitecto encargado de diseñar el parque y a los técnicos municipales de urbanismo se les olvidó que en ese lugar también tenía que existir una rampa. Pero como a las personas con movilidad reducida nos cuesta menos esfuerzo que a los demás desplazarnos, nos obligan a recorrer casi todo el parque para poder llegar a su zona inferior.
Al Ayuntamiento se le ha olvidado informar de que el parque no es apto para personas en silla de ruedas.
Fue bastante complicado llegar para mis padres. Yo voy sentado y no hago ningún esfuerzo, aunque sí pasé un poco de miedo: al no haber una superficie plana la silla de ruedas iba inclinaba durante todo el trayecto y parecía que iba a volcar. Al salir del parque me fijé en el cartel informativo que hay en la entrada y que indica que está prohibido utilizar monopatines, jugar a la pelota o ir en bicicleta. Sin embargo, al Ayuntamiento se le ha olvidado informar de que el parque no es apto para personas en silla de ruedas.
Es inconcebible cómo el consistorio de la capital hispalense pasa por alto las legislaciones y normativas, tanto estatales como autonómica, sobre accesibilidad. En este caso particular he podido comprobar, de primera mano, que se incumplen numerosos artículos del decreto andaluz de accesibilidad 293/2009, el cual regula las normas para la accesibilidad en las infraestructuras, el urbanismo, la edificación y el transporte en Andalucía. También se infringe la legislación en esta materia, que estableció el 4 de diciembre del pasado año 2017 como fecha límite para que todos los espacios y edificios fueran accesibles, además de indicar que las nuevas construcciones desde el 2013 deben de ser accesibles para todas las personas.
Lo peor de todo es que, con esta falta de aplicación de las normativas de accesibilidad, se está vulnerando el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con diversidad funcional. Desde luego, lo que no se le puede negar a la nueva zona verde y lúdica de la Isla de la Cartuja con el nombre de Fernando de Magallanes, es que quien se dé un paseíto en silla de ruedas por el parque va a vivir una gran aventura, tal y como hizo el propio marino portugués.
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